---Al día siguiente---
-Achu…- Alguien temblaba con mucho frio, cubierta hasta la cabeza con una rasada y en cama –Creo que me he resfriado…-
-Creo que si- La madre de la Diosa la mirada inquiridoramente -¿Por qué tuvieron que molestar a ese muchacho?
-Sí, no es bueno estar forzando el amor- El padre de esta agrego.
-Juro que no lo vuelvo hacer… En lo que… Achu… Resta de mi vida…- Con fluido nasal, teniendo que ser limpiado a cada rato, estornudos y escalofríos.
-no es grave, sobrevivirás… Pero no será para nada buena idea que vallan a algún lugar…- La mujer mayor la arropaba, para que volviera a descansar.
-Quédate en cama, duerme, ellos pueden divertirse aquí y tu novio venir después-
-Está bien… Pero… Espero no decepcionarlos- Aunque estaba algo preocupada por ello, se dejó caer en la cama, para recostarse de nueva cuenta.
Con esto dicho, es obvio lo que ocurría este día.
-Camus… Nos congelaste a todos… Debes calmarte- Capricornio le decía esto, mientras ayudaba en los deberes cotidianos.
-No fue mi intensión, sabe que… Esas cosas solo me pasan…- Estando rojo, pues recordaba aquella declaración de su escorpión.
-Y congelaste a la señorita Metztli…- Sentencio de nueva cuenta Shura.
-No quise hacerlo- Se sentía realmente mal, ella no hizo nada con mala intención de hecho nadie, pero no puede contener el frio a veces.
Sin embargo ya era suficiente de hacerlo sentir mal, por el momento.
-Cálmate Camus, la Diosa es fuerte, al final es un ser inmortal o bueno su alma lo es…- Le trato de tranquilizar un poco, sosteniéndole del hombre.
El mago de hielo y agua, lo miro serio, pero entendía el mensaje que trata de darle un poco de apoyo moral.
-Eso me hace sentir un poco mejor, gracias Afrodita…- No le sonrió, pero asintió.
-Es verdad, pero su cuerpo aun es el de una humana- El peliverde oscuro sí que le gusta dar un poco lo obvio.
De nuevo su semblante de preocupación volvió.
-Bueno ya dejando de esos temas…- Piscis trato de llamar la atención a los dos presentes –Camus, tú y Milo… Tuvieron su noche de pasión inten…- No termino de hablar, fue congelado a propósito por Acuario.
Existían cosas que no se dirían al aire de repente.
Poniendo su cara de dignación, se giró para retirarse del lugar, dejando una paleta de pascado y una cabra mirando todo el espectáculo.
-Te lo merecías- Se cruzó de brazos y se fue a la cocina.
-La señorita Metztli ya tardo en bajar- Un pequeño pelirrojo decía esto sentado en una silla delante del comedor.
-Debe estar ocupada- El rubio tan serio como siempre hablando, pero se le iba con la forma en que abrazaba al pelilila.
-Aun así… No es normal, ella no tarda tanto- Aries, miraba la hora… Y si ya casi llegaba el medio día.
-Deberíamos ir a ver- Libra contesto, sonriente y bastante tranquilo, pues algo tenían en común las parejas de los Arianos que se vuelven protectores.
-Vamos a revisar, pero…- Por su parte Shion ya había estado pasando una noche en la que el frio los torturo a todos, no durmió bien, y ver a su querido hijo, en brazos de Virgo no le caía en gracia -¡¡¡SHAKA!!! ¡¡¡DEJA DE ESTAR ABRAZANDO A MU POR UN SEGUNDO!!!-
La paciencia es una virtud, pero Shion la dejo en la cama.
-El viejo maestro también lo está abrazando patriarca- Su voz sonaba serena, les tenia respeto, pero no miedo como para dejar de estar protegiendo a su amado -¿Por qué tendría que dejar de cuidar a Mu del frio?-
-Shaka…- Aries con sus mejillas ruborizadas.
Lo que pasa es que la noche anterior, por el frio… Tanto Shaka como Mu y el pequeño Kiki durmieron todos juntos, poniendo ambas camas cerca, así siendo más grande y cómodo.
Además que esa oportunidad de darle su calor de una forma tranquila, no la desaprovechará.
-¡¡¡YA NO ESTÁ HACIENDO FRIO, POR EL AMOR A ATENA!!!- La sangre le hervía.
Se debe aclarar que el patriarca no deja de ser un padre celoso, pero no niega que estén juntos, pero si para demostraciones en público de ese amor.
-Vamos mi borreguito, no te enojes… Es un amor joven- El Chino tan tranquilo decía esas palabras, al final ya había amenazada de alguna forma a Virgo y está muy tranquilo.
Por otra parte de la planta baja se escucharon otros gritos.
-¡¡¡QUE YO NO HARE ESO!!!- Leo le contestaba como podía a su hermano mayor.
-Por favor… Aioria, eres mi único hermano, por favor… Ayúdame- Aioros le pedía casi una súplica.
-¡¡¡SÉ QUE ERES MI ÚNICO HERMANO!!!- Callo un instante, como recordando algo devastador –Eso… Lo sé perfectamente…- Levanto su mirada de golpe -¡¡¡PERO AUN ASÍ, NO PIENSO COMPARTIR HABITACIÓN CON KANON!!!-
-Por favor… Saga pensó en dejarlo dormir con los perros, pero…-
-Sí, mira que esa es una mejor opción- Le agrado la idea al menor de los Griegos –Él se lleva bien con cualquier animal con colmillos y garras-
-Ese no es el caso… Por favor…- Juntaba sus manos, suplicándole que cediera.
-No me molesta que cambéis de habitación, así me da más libertad para hacer mis cosas, sin que…- Lo mira de arriba abajo –No tener privacidad-
-Sé que he sido un encimoso contigo, pero es que… Te quiero mucho y pienso recuperar el tiempo perdido contigo, peor también quiero pasar tiempo con mi lindo Saga y hacer muchas cosas juntos como…- Ya estando en su mundo con una completa ilusión, con algo de sonrojo en sus mejillas y sus ojitos brillantes.
-¡¡¡NO QUIERO SABER QUE HARÁN LOS DOS SOLOS EN ESA HABITACIÓN!!!- Cruzo sus brazos, algo rojo por la vergüenza y forma de hablar de su hermano poco pudorosa –Recuerden que estamos en casa ajena, no deben hacer cosas indebidas…-
-¿Cosas indebidas?- Sagitario, parecía no entenderá que se refería Aioria.
Suspiro, desviando la mirada… No se creía que fuera menos inocente que su hermano mayor –Como sea, no cambiare de habitación y no lo hare- Ahora sonando como un niño berrinchudo.