---Al día siguiente---
La fiesta sí que fue una muy buena, si bien… Nadie resultó herido…
¿Qué raro?
Los caballeros dorados fueron a una fiesta y no termino en desastres…
Vaya, la paternidad sí que los ha logrado cambiar, o madurar… Bueno se puede decir que si…
Pero… Algo está sucediendo…
Primero que nada, se ve algo de movimiento en la habitación que comparten Shura y Aioria, que no se puede decir mucho sobre ellos, solo que… Al despertar, están sin ropa alguna, sonriéndose mutuamente, y con el capricornio acariciando las tibias mejillas rojizas del León dorado.
Un beso, por parte del mayor en la frente, una demostración tierna de algo que parece haber sucedido, si bien el alcohol fue un factor que hizo la inhibición de sus acciones, no significa que no fuera deseado.
Si bien, que tenga una consecuencia, no es tan importante, decidieron que si así sucede, será bienvenido y si no… Pues… Ya sucederá.
Más en una segunda habitación, justo en la que comparten Kanon y Aldebarán…
Algo similar ocurrió.
Ya que el primero en despertar es Kanon, abre sus ojos con pesadez, y sintiendo un fuerte dolor de cabeza, la resaca le está llegando y la sed por este hecho.
Ni siquiera le presta atención al hecho de estar desnudo sobre la cama, usualmente duerme de esa forma a veces, el poco pudor que tiene se denota desde luego, pero le tenía confianza al segundo guardián.
Sin embargo una enorme punzada en su parte trasera, lo hace caer de la cama, de una forma estrepitosa, que jala las sabanas, lo que provoca que su compañero de esta se despierte.
Igual de sorpresa pero con un fuerte dolor de cabeza, acostumbrándose a la luz solar que se cuela por la ventana.
-¿Kanon?- Se pregunta por con quien tuvo algo que ver, dándose cuenta que no está en la cama.
-¡¡¡¿QUÉ FUE…?!!!- Pregunta a gritos.
-¡¡¡KANON!!!- Se incorpora, para ir directamente con el peli azul, así ayudarlo a levantarse.
Pero esta fuera de aceptar dicha ayuda, está enojado, furioso, colérico, y sintiéndose sumamente confundido por lo que supuestamente ha ocurrido.
-¡¡¡SUÉLTAME!!! ¡¡¡Y DIME!!! ¡¡¡¿QUÉ FUE LO QUE OCURRIÓ ANOCHE?!!!- Arrebata de golpe su mano, sintiendo que esto no era lo que su corazón en verdad quería, o simplemente no se imaginaria que algo así pasara.
Fue tan rápido, repentino, un error que ambos cometieron, por estar bebiendo y dando rienda suelta a sus más bajos instintos.
-Kanon…- También necesitaba sumar dos más dos en este momento, analizando lo que ocurrió…
Si ambos estaban desnudos sobre la cama, juntos desde luego y el menor de los gemelos esta con un dolor punzante en su retaguardia, significa que algo entre ambos hombres ha ocurrido.
-¡¡¡¿QUÉ HICISTE?!!! ¡¡¡¿QUÉ HICE?!!! ¡¡¡¿QUÉ HICIMOS?!!!- Las lágrimas salen de sus ojos, doliéndole más la cabeza y enfurecido, cubriéndose con las sabanas de la mirada del otro.
-Kanon, yo… Lo siento… Yo… No sé cómo ocurrió…- La mirada triste, claro que nada justifica lo que han hecho, pues fue todo influenciado por el alcohol, pero no niega que un sentir en su corazón lo inunda.
-Lo… Lo… Último que recuerdo… Es que… Llegamos de esa dichosa fiesta… Y… Subimos las escaleras y…- Aprieta los puños –Esta muy borroso… Yo… ¿Cómo es que permití que esto pasara?-
Aldabean no sabía que decir o hacer, también tiene ese mismo recuerdo, en donde ayudaba a caminar a Kanon, parecían muy unidos y sonrientes, se habían dado algunos besos previamente, pero… Después de cerrar la puerta… ¿Qué más paso?
Es obvio lo que ocurrió, pero… ¿Cómo fue que ellos llegaran a esto?
Las dudas surcan sus mentes, la respuesta está en obvia situación, pero uno lo negara siempre, pues a su parecer el amor es una condición que afecta la voluntad y juico de los demás, sin lógica aparente.
Y otro, que es abierto a decir sus sentimientos, hacer cualquier cosa para que la persona que ame se dé cuenta, pero no de esta forma, jamás hiriéndolo como lo ha hecho…
Incluso se pregunta, si había sido capaz de obligarlo.
Claro, en la mente de Aldebarán, la posibilidad de que alguien como Kanon quiera estar a su lado es cero, pero… Si tan solo supiera que no es cierto…
Que en el dragón marino ese sentimiento existe, por más que él lo niegue, lo contempla, pero claro que preferiría no sentirlo, ni haberse dado cuenta de esto, lamentablemente es tarde.
Un rato después…
---Abajo en la cocina---
Todos, o bueno en su mayoría comiendo, lo que se conoce como un poco de recalentado.
-¿Esto no es lo mismo que comimos en la fiesta de su amiga?- Pregunta curioso el escorpión, pero sin dejar de alimentarse y dándole en la boca a un apenado Camus.
-Ja, ja, ja, acá es bastante común darle algo de la comida que queda a los invitados, además ser amiga cercana de la festejada, tiene sus ventajas- pensativa –Aunque hay mucho pastel en el refrigerador…- Señala con el pulgar dicho electrodoméstico.
-Me podría acostumbra a este tipo de fiestas- Sonríe entusiasmado el caballero de Libra, que no puede evitar devorar parte de su plato, y de igual dándole pequeños bocados a su borreguito.
Al parecer Shion presenta un aumento de apetito ahora, igual que Saga…
Ambos se mantienen legados de los malos síntomas de los mareos.
Pero es raro que Milo ahora tenga muchos antojos a todo, y Camus calmado, sin nada que solo fijarse en comer adecuadamente y evitar la grasa.
Nada fuera de lo común para otras parejas, una enorme sonrisa en los labios de Aioria y una tranquila de parte de Shura, sin dejar de tomar la mano de este.
Al parecer muchas bodas se vienen de una vez.
Salvo que un cangrejo ahora está apoyando su cabeza en la mesa, dándose cuenta que el beber demasiado tequila, mezcal y demás cosas en exceso, es muy malo.
Ahora la resaca está en su cuerpo, raro que el León dorado y la cabra no presenten nada de esto, pero es que estos no lo hicieron hasta caerse de borrachos.