Un Mes De Vacaciones En México

Capitulo 53 (Guanajuato Parte 3)

No quería escucharlo, no podía darse cuenta ahora que esta sobrio que fue capaz de confesar sus sentimientos o demostrarlos.

Fue producto del alcohol, de la situación de los celos, el hecho de sentirse ignorado o amenazado por una nueva joven, que al ir a la fiesta ni presto atención al caballero de oro.

-Dijiste que me quieres, que te gusto…- Por alguna razón nuestro buen Aldebarán, deja escapar algunas lágrimas, le duele la situación y le alegra a la vez que Kanon confesará sus sentimientos, pero… Aun no podía creerlo –Dímelo por favor… Dime que es verdad… Que no fue producto solo del momento, del alcohol…- Sus palabras son de súplica, rogando con la mirada, aquellos orbes oscuros denotan la angustia de saber la verdad.

Pero necesita saberlo, necesita confirmar que esas palaras son ciertas, teme que de verdad solo hubiera sido por el calor del momento, una calentura de verdad efímera.

-Aldebarán- Habla firme, frunce el ceño, apretando los puños, pero parte de su cabello le cubre el rostro –No confundas lo que ocurrió-

-¿Eh?- Su corazón en ese momento se comienza a destrozar.

-Es cierto, dije esas cosas… Pero… Fue solo para provocarte, pasar la noche se dio por el alcohol, no tengo sentimientos por ti, y jamás los tendré- Su tono es firme, pero por alguna razón no podía verlo por completo, solo desvía la mirada detrás del flequillo que lo oculta.

-Kanon… ¿Todo lo que me dijiste… Fue mentira?- Niega con la cabeza, no podía creerlo, pero todo está delante de él, diciéndole que en efecto fue la calentura de probar ese cuerpo que deseaba, es eso lo que se puede apreciar.

-Si- Levanta su rostro, intentando ver a los ojos al segundo guardián, con la mirada más fría y decida posible –Mejor no te ilusiones conmigo, es lo que hago con mi vida, no tengo compromisos con nadie, así que… Anoche con algunas copas de más, solo es para reforzar nuestra amistad y…- Retrocede, sabe que no puede seguir con sus palabras, ya que de igual forma le hace sentir un dolor intenso, mas no demostrara nada de ello.

Aquel latino se queda sin palabra alguna, entendiendo que solo fue producto de su propia ilusión el hecho de creer que alguien tan hermoso como Kanon se fijara en él…

Claro que se había ilusionado, ¿Quién no lo haría?

Al recordar los momentos de la noche, cuando toco se cuerpo, se dijeron palabras de amor y sonrisas, entre besos todo, era una mentira, para disfrutar algo del momento.

-Lo siento, pero no te correspondo, así que… Déjame tranquilo- Se da media vuelta, sin importarle el estado emocional del toro dorado, le dolía verlo así, pero era lo mejor a su parecer.

-Kanon…- Aun lo llama, estira su mano para alcanzarlo, pero es demasiado tarde.

El gemelo menor se ha ido, corriendo tan rápido que desaprecio de la vista rápidamente del otro.

El labio inferior temblando, baja la mirada, dejando que sus lágrimas caigan.

Se ilusión por un instante, creyendo que de verdad el sueño se convertiría en realidad.

Aprieta su puño, la mandíbula igual, el corazón está quebrado.

-Soy tan estúpido… ¿Cómo fui capaz de creer que él… Se fijara en alguien como yo?- Para este punto, su amor propio, se ha desquebrajado, al igual que su corazón.

Sabe que su atractivo era de una apariencia diferente, no como la que poseen sus camaradas, pero creyó, que por el hecho de ese beso que Kanon le dedico, esas caricias y palabras, las cosas eran diferentes.

Cree que se equivocó, por atosigarlo, por molestarlo…

-No te volveré a molestar con esto, lo juro… Kanon…- Esta decidido en un solo pensar.

Es rápido de imaginarlo, pero… Es la única defensa que le queda para salvaguardar su herido corazón.

Mientras en un puesto de pozole.

Una adorable pareja se encuentra degustando ese platillo típico y sumamente delicioso, que uno ya lleva dos rondas, y pareciera querer más, pero se debía contener, por una advertencia dada por la joven Diosa.

-Mi Saga, ¿Seguro que no quieres más?- Le pregunta curioso el centauro, que aún no termina de cenar.

-La verdad, si me gustaría otro poco más, pero… Tampoco debo excederme, la señorita Metztli, dijo que debo tener cuidado con este platillo, si como demasiado me puede hacer daño y no quiero que afecte a nuestros pequeños- Sonríe tocando su vientre.

-Nuestros pequeños… Se escucha tan hermoso al salir de tus labios- Un suspiro por completo de alegría sale de los labios del castaño, con su paliacate en el cuello, pues una cinta en la cabeza no se vería acorde con la vestimenta.

-Lo estuve pensando, y es muy adorable que eso ocurra… Además, tener tanto apetito no es muy normal, si se tratará de uno solo- Se encoge de hombros, comprendiendo que la posibilidad de doble encargo, es mucha.

-Seria hermoso, te verás tan lindo, con nuestros dos bebes- Cada que ve a Saga, solo imagina la vida tan preciosa que les espera, podrán hacer todo lo que tuvieron que abstenerse por distintas circunstancias.

Ahora con un embarazo, que solo es cuestión del tiempo para saber que serán sus bebes y como serán.

Ambos jóvenes casados, imaginan como podrían ser esas pequeñas vidas que dieron fruto.

Es tan maravillosa esta tierra sin duda, y eso que al principio no querían ir y ahora…

Tanto les ha dado en cierta forma.

Sera triste la despedida sin duda.

Sin embargo, al estar los dos tan tranquilos, solo hablando de su pequeño y como acondicionaran los templos de géminis y sagitario para un bebe o dos bebes, que sin duda serán bastante energéticos.

La seguridad ante todo, lo que ambos se plantean claro.

El mayor de los gemelos, alcanza a ver a la dirección de la espalda del castaño, como su hermano menor va corriendo, empujando a las personas.

Lo podía sentir, un cosmos demasiado triste y atormentando, preocupándolo de forma inmediata que Kanon sufra así, es un sentimiento conocido, uno vivido, y podría ser una mala señal.



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En el texto hay: dioses, cultura mexicana, saint seiya yaoi

Editado: 17.10.2025

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