Un Mes De Vacaciones En México

Capitulo 54 (Jalisco Parte 1)

---Al día siguiente---

-Entonces, ¿No existe ningún problema?- La Diosa Metztli, menciona esto concentrada hablando bastante tranquila, que se podría decir sola, pero en realidad comunicarse con alguien más.

-No, no hay nada de problemas, entonces… Los mandare de inmediato-

-Muy bien Atena, de verdad será una linda sorpresa para ellos- Sonríe la joven, mientras da saltitos en su propio eje.

-Veo que te llevas bien con ellos- La voz suena tranquila, algo alegre en cuestión.

-Son agradables, están algo locos, pero es su encanto para ser buenas personas- Pensativa, recargándose en la pared –Aunque, son muy inocentes y torpes con sus habilidades sociales-

-Es normal, no conocen nada más que el entrenamiento y relacionarse entre ellos- Suspira algo nostálgica, dándose cuenta que sus caballeros dorados han sacrificado tanto por ella y que jamás podrá pagarles todo lo que han hecho.

-Bueno, al menos aquí están aprendiendo a mantener bajo perfil… Aunque, si entendimiento de bajo perfil, es no usar su cosmos, pero al menos lo intenta- Suspira la joven, mirando hacia el jardín trasero.

-Gracias Metztli, de verdad… Creo que has sido una gran guía para ellos en ese sentido-

-De nada, son amigos ahora para mí, yo encantada de ayudarlos siempre- Los nervios se apoderan de ella, pues aún sigue sin decirle absolutamente nada, sobre que los caballeros dorados se están casando y tendrán hijos, pero… Es algo que al final se enterara.

Es mejor evitar su reacción tan temprano.

-Entonces, a mi igual, si estarán felices pasando un día entero con los caballeros de bronce en tu país, daré mi consentimiento y ellos llegaran en un momento-

-Bien, aquí los esperaremos, disfrutaran mucho ir a Guadalajara-

-Correcto Metztli, deja los reúno e irán contigo en unos minutos- Corta la comunicación bastante entusiasmada.

-Con la sorpresa para Camus y los preparativos de la boda ya acomodados- Mira que ha hecho algo espectacular con su propio jardín, es sin duda maravilloso tener ese toque divino –Solo será cuestión de un día divertido afuera, para la tarde-noche celebrar y bien, oficialmente Milo y Camus estarán casados-

Aparece una tabla, donde lleva unas hojas y ha anotado varios puntos como en una lista, palomeando las cosas que ya están listas y bien hechas.

-Con que vengan los de bronce, estará cubierto el punto tres- Ladea la cabeza –Si especificaba solo uno, ella sospecharía, si pedía a los cinco, pues pensó lo que planea para otra cosa- Una risa nerviosa –Aun no sé cómo reaccionará al saber que esto ocurre, pero… Si lo hago de una vez, ya no podría hacer nada, además que no creo que se enojó- Mira a uno de sus perritos, que la observa atentó -¿Cierto?-

Obviamente no obtiene respuesta alguna, pero si unos ojos que le indicarían que debería hablar con la otra Diosa esa es la interpretación de la pelicastaña rojiza.

-Mejor…- Con una risa nerviosa, vuelve sus ojos a la tabla portátil –A ver, solo algunas mesas, adornos muy sencillos, me tome la libertad que sean acorde a sus tonos de cabellos, peliaguamarino y peli cerúleo- Sonríe asintiendo –El pastel ya está a la orden, quedara delicioso, a lo que pude ver, los tamales les gustaron, pero debo evitar los duces- Niega con la cabeza con una sonrisa –Camus ya está preocupado por como Milo está comiendo muchos, pero es obvio… Al parecer el embarazado no tiene síntomas, todo le afecta a su prometido- Sonríe, sonrojada y súper emocionada –Que adorables son cada uno de ellos-

Pareciera una organizadora de bodas, fijándose en cada mínimo detalle.

-Después de ellos se casen, será el turno de Shaka y Mu, y fuera de ellos nadie más me ha dicho de que desean casarse- Alza la ceja algo suspicaz –Aunque deberían pensarlo seriamente algunos, que ahora al recordar mi otro poder, el dar vida a externos, creo que siento algunas nuevas vidas más, pero debería asegurarme pronto- Desaparece la tabla y la pluma que igual invocó.

-Lo veré durante la hora del almuerzo- Sonríe sin más, adentrándose hacia la cocina por la puerta que conecta la patio, para primero dirigirse a la sala, para dejar que pase unos minutos antes de que todo inicie.

Sin embargo su sorpresa fue muy grande, cuando vio un bulto enorme en uno de los sillones, moviéndose, y produciendo algunos quejidos, como si estuviera demostrando un roto corazón.

-¡¡¡AAAAAAAH!!!- Sin pensarlo, un ataque de sus manos sale, alusión al agua, para golpear directamente a quien sea que estuviera allí.

Y claro que se trata de una persona, alguien que aún sigue sufriendo en silencio, una terrible desilusión.

Que cuando el ataque de la Diosa conecto, logro voltearlo con todo y el sillón, produciendo un fuerte retumbar en toda la casa.

Claro que haciendo despertar a los demás.

Cabe menciona que es muy temprano por la mañana, para lograr alcanzar a Atena en la comunicación antes de que si quiera se fuera a descansar.

-Ay…- Un leve quejido se escucha de quien está ahora yace en el suelo, con unas sábanas empapadas cubriéndolo.

-¿He? ¿Qué?- La jovencita se fija que ha atacado a un amigo -¿Aldebarán?- Confundida, lo mira atenta -¿Qué haces aquí?- Se da cuenta de lo que ha hecho –Ay, perdóname, te ataque sin saber…- Le extiende la mano para ayudarlo a levantarse.

Una mirada triste por parte del caballero dorado más corpulento, levantándose por su propia cuenta, dejando estirada la mano de la Diosa –Esta bien no se preocupé- Baja su mirada, sin siquiera pensarlo, comienza a poner el sillón en su lugar.

-¿Ocurre algo?- La menor pregunta ladeando su cabeza confundida.

Podía sentir la enorme tristeza dentro del corazón del toro, la desesperación, el dolor, la desgracia de un amor no correspondido.

-No, nada…- Responde triste, limpiando con su antebrazo las lágrimas que recorren sus mejillas, Sin importarle estar completamente empapado y en pijama delante de la joven.



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En el texto hay: dioses, cultura mexicana, saint seiya yaoi

Editado: 17.10.2025

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