Un nuevo comienzo

Baile de navidad

CAPITULO 22

24 de diciembre del 2013.

—Mami, ¿antes de cenar puedo volver a ver la del expreso polar? —pregunta Mía poniendo ojos del gato con botas. Alex se voltea para que su hija no vea la cara que está poniendo.

— ¿No quieres ver otra? —Le pregunta Evangeline tratando de controlar sus emociones —, esa ya la has visto treinta veces en lo que va del mes.

—Quiero volver a verla, es mi película navideña favorita —sonríe con ingenuidad —, y es la única que conozco.

—Ja —Alex toma asiento en la sala a lado de su hija —, en mis tiempos lo típico era ver un maratón de películas navideñas, como Santa Clausula, el grinch y las de mi pobre angelito.

—Mi favorita era aventuras en juguetilandia —comenta Evangeline.

— ¿Y esa cual era?

—Salía de protagonista Drew Barrymore, es donde se golpeaba en la cabeza y aparecía en una ciudad de juguete o algo así. La pasaban en el canal cinco.

—Oh cierto, que buenos tiempos —sonríe con nostalgia —. Esas sí que eran buenas películas.

—Pero yo quiero ver la del expreso polar —la niña hace un puchero.

—Voy a buscar en la televisión a ver si están pasando la de mi pobre angelito, para que veas lo que es bueno —toma el control y comienza a cambiar los canales con rapidez —, ¿Qué es esto? —masculla molesto al ver que no la están televisando por ninguna parte —. Esto es un ultraje, ¿Cómo no pasar mi pobre angelito en vísperas de navidad? —baja la cabeza con aflicción —. Se están perdiendo los valores.

Frozen ha arrasado con todo, y eso que apenas lleva un mes desde su estreno —le comenta su esposa —, ¿Por qué no llevamos a Mía a verla?

—Estás loca —masculla irritado —, si no soporto la película que… —calla al ver la atención que se encuentra poniendo su hija —. Quefe quifi efe refe lafa nifi ñafa.

—Odio cuando hablan con la efe —Mía se cruza de brazos —, porque no puedo entender lo que dicen.

— ¡Mía! —La regaña de inmediato su madre —, no es bueno odiar y lo que me estaba diciendo tu padre no era la gran cosa.

—Vamos a ver mi película —corre de inmediato al reproductor de video. Muy de mala gana aceptan ver la película por su hija.

Mami, ¿aquí no viene papá Noel? —le pregunta a su madre a la mitad de la película, su padre se encuentra roncando con la galleta de jengibre a medio comer. Se sabe la película de memoria que hasta sueño le dio.

—Con nosotros llega el niño Dios, papá Noel le ayuda a llevar juguetes a otros lugares del mundo.

—Oh, qué hombre tan bueno —la niña sonríe complacida —, mi papi ya se durmió —las dos lo voltean a ver mientras ronca al igual que un oso.

—Acaba de ver tu película para poder cenar, que es lo que le urge.

Una vez que terminan de ver la película, las dos toman unos cojines para despertar al que ronca como motosierra.

—Una —murmura la rubia.

—Dos —prosigue la niña.

—Tres —responden al mismo tiempo —, ¡Es hora de cenar! —acto seguido le arrojan los cojines. Y ahora fue Alex el que dio el grito que se escuchó a cuatro cuadras a la redonda. Las mujeres rompen en carcajadas al verlo de esa manera —. ¡Par de tramposas! ¡Son dos contra uno!

—Había que despertarte de algún modo papi —se excusa su hija.

— ¿Y despertarme con suavidad no era una opción?

—No cuando tus ronquidos se escuchan hasta la calle.

Después de un ataque de cosquillas a su hija, los tres se dirigen al comedor para cenar. Y al momento en que el reloj marca las doce, los tres se dieron un fuerte abrazo. Otra navidad juntos, en familia.

—Llegó el momento de ir a la cama —le ordena con suavidad su madre.

—Pero quiero esperar al niñito Dios.

—Él no va a llegar si te encuentras despierta —Alex suelta un bostezo al decir esto último. A tiras y tirones logran que vaya a la cama, ellos se dejan caer en el sillón, rendidos, mientras ella se recuesta en su pecho.




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