Un papá en apuros

Capítulo 14: Compréndeme

—Te prometo que todo tiene una explicación —susurra Massimo al llegar a mi lado—. Escuchemos al doctor primero. 

De alguna forma su voz y compañía me hicieron sentir un poco de calma en aquella turbulenta lluvia de emociones. El semblante del doctor me produce desconcierto. Evalúa a Massimo y sin hacer más preguntas prosigue con su objetivo. 

—Nicoletta, hubo ciertas complicaciones durante la cirugía. 

Eran las palabras que no quería escuchar. Por una vez en mi vida deseaba una respuesta que me hiciera sentir como una tonta por preocuparme. 

—Tranquila Nicoletta, ella está en cuidados intensivos, sin embargo su condición es delicada y me temo que habrá que intervenir nuevamente —explica el doctor. 

Otra cirugía involucraba más dinero que no tengo. Reuní todo el salario del último mes y el dinero que me dieron de mis otros empleos cuando renuncie para cubrir esta cirugía.  

—¿Qué tan inmediata debe ser la cirugía? 

—Lo antes posible Nicoletta —responde con tono solemne. 

—Programe la cirugía lo más antes posible —ordena Massimo —. Realizaremos el pago inmediatamente. 

—Massimo no tienes que hacerlo —pido, pero este se encarga que el doctor asienta a sus ordenes —. Te lo devolveré, puedes descontarlo de mis próximos salarios.

Espero un regaño, una respuesta propia a su actitud de las últimas horas, en su lugar, su silencioso escrutinio me genera desconcierto. 

—¿Has comido algo ya? —inquiere con un tono preocupado. Definitivamente, este hombre tiene múltiples caras para los días de la semana. 

—Massimo no te entiendo. Ayer me trataste como si fuera un estorbo y hoy vienes… 

—Hablemos —interrumpe y con la mirada me señala a Alessandro quien se ha mantenido en una silenciosa inspección del centro—. Te conseguiré algo de comer. 

De camino a la cafetería siento múltiples miradas sobre nosotros, en primer instancia asumí que era porque reconocían a Massimo, después de todo era alguien importante en sociedad. No fue hasta que sentí un apretón en mi mano que mi cerebro reacciono para procesar que nuestras manos estaban entrelazadas. 

—¿Qué quieres comer? —pregunta y remuevo mi mano con suavidad.

—No tengo mucha hambre, un emparedado esta bien —respondo sacándo mi billetera del bolso. 

Gasto saliva ya que Massimo ignora mis palabras y pide dos cenas completas. 

—Guarda eso Nicoletta sino volveremos a tener problemas —sentencia y deja a Alessandro en el suelo para poder pagar.  Buscamos una mesa cercana. 

—¿Nicoletta estas enferma? —pregunta Alessandro abrazándose a mi pierna. 

—No cariño, te había dicho antes que es mi abuela quien esta enferma —le recuerdo. 

—Yo no tengo abuela —revela lleno de inocencia—. ¿Puedes compartir tu abuela conmigo? Quiero una abuela también. 

En múltiples ocasiones escuche a Massimo mencionar a su madre de forma hostil, así que eso explica porque no tiene familiares con los cuales contar. 

—Creo que ese es un tema que deberías discutir con tu padre —musito. 

—¡Papi la abuela de Nicoletta será mi abuela también! —exclama sin permiso ni demora. 

—Tendrás que preguntarle a Nicoletta si quiere compartirla —responde él colocando un plato frente a mi.

La situación y el hambre me lleva a ingerir todo en silencio, Alessandro hace mil preguntas sobre el lugar y para mi suerte Massimo se dedica a él. Cerca del área de comida hay unas mesas infantiles, se encuentran vacías así que Alessandro decide acapararlas para jugar dejándome a solas con su padre. 

—Massimo ¿Qué hacen aquí? —pregunto y es que llevo comiéndome la cabeza durante una hora —. Yo realmente quiero comprenderte. 

—Sabes Nicoletta, las personas piensan que porque tengo dinero y crecí con privilegios todo en mi mundo brilla, pero es todo lo contrario. Cuando empiezas joven todos te sonríen porque saben que eres estúpido y manipulable, pero lo que no saben es que la cara de tonto se compone con el tiempo y mucho más rápido si es tu propia familia quien te la ha visto —confiesa consternado. Mientras habla puedo ver nuevamente al Massimo sincero y vulnerable que conocí en el invernadero hace unos días. 

—Massimo entiendo que es difícil confiar en las personas, mucho más si tu propia familia, quien se supone debe acompañarte y apoyarte. Sin embargo, no te puedes dejar consumir por ello, aunque parezca que es la única forma en que las cosas pueden funcionar no dejes que eso te opaque y en el proceso, a los que te rodean. 

—Antes de que llegaras a la casa —contesta—. Pensaba que Alessandro era mi única luz, pero ahora contigo Nicoletta puedo ver con completa claridad .

Sus palabras me embriagan el corazón. Nunca me sentí especial o importante para alguien más que no fuera la abuela. Hace unos meses pensaba que mi estadía en esta vida sería poco peculiar y completamente olvidable. No obstante, la llegada Alessandro y ahora Massimo a mi vida me hacen sentir valiosa. 

—Mi actitud de ayer tiene explicación, descubrí algo que cambia las cosas —sentencia y la oscuridad vuelve a su mirada. Tomo su mano con el objetivo de disiparla. 




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