Ella intenta seguir con su vida,
intenta volver a como era antes
de que el volviera a aparecer
nuevamente en su vida,
ella sigue y sigue a pesar del dolor,
a pesar de la angustia y sensación de vacío.
Viviendo el día a día,
viviendo un día a la vez, paso a paso.
Ella sonríe, una sonrisa fingida,
una sonrisa que jamás llega a sus ojos,
aquellos ojos que al llegar la noche
suelen derramar lágrimas de dolor.
Ella con la mirada perdida e ida,
con tantos pensamientos que rondan su cabeza,
recordando cada momento vivido,
recordando cada palabra,
con la respiración sostenida,
con aquel nudo en la garganta
y con la sensación que le quitaron
una parte de su alma, aquella que jamás volverá.