Un Pozo Sin Salida

CAPITULO CUATRO

Me levanto perezosamente de la cama, no me apetece nada levantarme hoy, solo tengo ganas de quedarme todo el día tumbada en la cama leyendo o viendo una serie, pero lastimosamente no puedo hacer eso, y yo misma me obligo a levantarme de la cama para vestirme y desayunar.

Escucho al máquina de café cuando entro a la cocina, veo a mis padres haciendo el desayuno, mientras mi padre se dedica a preparar los cafés mi madre hace las tostadas, les doy un beso de buenos días a cada uno y me apoyo en la encimera a replantearme la vida, ¿quien decidió que levantarse a las 7:30 de la mañana cada día sería buena idea?

Reacciono y antes de que acaben de hacer el desayuno me incorporo para preparar la mesa, solo saco las servilletas igualmente, porque mi padre saca los vasos ya llenos de café y mi madre los platos con las tostadas.

Desayunamos los tres juntos y luego cada uno se levanta para empezar con su rutina de siempre, yo me dirijo hacia mi cuarto para hacer la mochila, cojo los cascos y me voy dirección al instituto, pero antes de que pueda emprender mi camino, Lisa me llama al teléfono.

— Dime —  empiezo la conversación.

— No vayas para el instituto, mi hermano y yo te pasamos a buscar — me dice ella rápido, frunzo mis cejas confundida.

— No hace falta Lisa, ya voy yo caminando.

 Que no, de verdad, vamos a buscarte, a parte que ya vamos para allí.

 ¿Segura?, ¿no os pilla mal venir hacia aqui?

Noup, pasaremos por allí igualmente yéndote a buscar o no, así que… — deja la frase al aire.

Me rindo y le digo que vale, aunque poco le hubiera importado mi opinión pero bueno, si le pilla de camino no me voy a quejar, me ahorran el tener que caminar hasta allí.

Al poco rato aparece un cocho delante de mi, este es un Mercedes-Benz color negro, bastante bonito la verdad, la ventana del asiento del conductor se baja y veo a Jano - ¿a quien mas si no?-.

Este me mira de arriba a bajo sin escrúpulos, aunque no tarda en hablar.

— Venga sube — me hace una seña con la cabeza indicando que me meta en el coche, cosa que hago.

Lisa se encuentra sentada en el asiento del copiloto, como ayer por la mañana, ésta se gira hacia mi con una sonrisa enorme en la cara.

— Buenos dias por la mañana — dice ella emocionada, ¿como hace para estar contenta por la mañana.

Bon diaaa — le contesto yo con otra sonrisa, aunque la mía es una más leve.y se nota que sigo dormida. — ¿Como es eso de que habéis decidido venir a buscarme?

Lo ha decidido ella — interrumpe Jano la conversación entre su hermana y yo.

Yo creo que de los dos, aunque ella te haya “obligado” — hago las comillas con los dedos, aún sabiendo que posiblemente no me esté mirando — también ha sido decisión tuya cuando has venido a mi casa, podrías haber ido al instituto directamente, eres tu el que va al volante.

Jano no me contesta, solo veo como me observa con una sonrisa de lado a través del cristal del retrovisor,

Totalmente de acuerdo con Alice — dice esta vez Lisa.

Su hermano sigue pasivo en la conversación solo se dedica a suspirar de vez en cuando mientras va conduciendo y Lisa y yo hablamos de cosas triviales, ¿como es posible que una persona haya cambiado mi estado de animo en diez minutos de coche?

Las dos nos bajamos en cuanto Jano aparca el coche en algún estacionamiento, le doy las gracias por haberme traído, pero su contestación es un encogimiento de hombros, su hermana y yo nos vamos mientras seguimos hablando de cotilleos de los que se entera.

Me giro por inercia una ultima vez y veo a Jano mirándome fijamente, tal y como lo ha hecho antes de que me subiera a su coche. Él como siempre no aparte la mirada, me desafía con ésta incitándome a que yo aparte la mirada antes, y en este mismo momento lo hago, porque no es plan caminar de espaldas y chocarme con una farola.

Nos encontramos con los otros dos chicos del grupo en la entrada del instituto, estos están demostrando su amos dándose besitos en las mejillas, de verdad que no puedo con tanta ternura, vivo por y para Aidan y Peter.

Lisa y yo nos acercamos a ellos, pero no se dan cuenta hasta que Lisa se posa al lado de ellos y finge la tos. Ellos se separan sonrojados y nos miran a ambas con vergüenza, pero a Lisa y a mi no nos importa porque los miramos con sonrisas picaras haciendo que se sonrojen más.

¿Así me veo yo cuando Lisa o Jano me dicen algo?

—¿Como es eso de que habéis venido juntas? — pregunta Peter.

—Mi hermano y yo hemos decidido pasar a buscarla ya que nos pillaba de camino -—contesta Lisa.

—Tu hermano esta mucho encima de ella ¿no? — dice Aidan mirando a Lisa, ésta sonríe con autosuficiencia y gira su cabeza para mirarme.

— Eso le digo yo, que no es mi imaginación y que le atrae al pesado de mi hermano, pero ella dice que eso no es así, que es mentira. ¿Que se le va a hacer? — levanta las cejas al mismo tiempo que eleva los hombros.

De verdad, ¿nunca hay otro tema de conversación?, ¿por qué siempre se habla del mismo tema? El timbre me salva de tener que hablar del tema, todos nos acercamos a las puertas para entrar a las clases.

Estas pasan igual que siempre, las clases en las que coincido con alguno de mis amigos me siento con ellos pero en las que no coincido con ninguno, me toca compartir mesa con Jano — como no —, donde pasa lo de siempre — rozamos manos, miradas incomodas… —.

Finalmente llega la hora de irnos a casa, y como si fuera costumbre me acerco a casa de Lisa ya que durante el almuerzo me ha dicho que me pase a “hacer los deberes” y cotillear.

Paso por mi casa antes de ir a la suya, aprovecho para comer algo y adelantar las tareas, sabiendo que en casa de Lisa no adelantaremos los deberes, nos dedicaremos a cotillear.




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