Un Respiro ... Antes de Partir

5. Marcas y realidades

5.Marcas y realidades 
 


Ya teníamos la lista cuadrada, bueno eso lo diría yo Constanza Londoño, pero Sergio cada 30 minutos le encontraba algo raro a mi lista, así que opte por no prestarle atención.

Sentía que él tenía muchas cosas represadas en su interior, me sorprendió saber que tenía un conocimiento nulo de la música y para su edad y época, esas bandas que le mencione eran ultra famosas.

Quería preguntarle por su familia, por su relación con su hermano, así que me aventure; planifique las preguntas en mi mente, a mi me gusta el chisme, pero no quiero demostrarle que me gustaba el chisme. Sali de la habitación con la firme convicción de preguntarle, esa convicción me demoro 30 segundos ya que está pegado al teléfono, camine por toda la estancia a su alrededor, me tome 3 vasos de agua, revise la plantita de plástico que tiene de decoración, seguí caminando, revise todos los cuadros y volví a revisar la plantita de plástico

- ¿Te pasa algo o es mi impresión? – salgo del bucle con una sonrisa y suspiro de forma audible, noto que está mirándome con los brazos cruzados y con una media sonrisa, cabe añadir que ya no está hablando por teléfono –

- No me pasa nada, simplemente quería preguntarte algo y no sé cómo – se sienta en uno de los muebles y me señala el que esta al frente de él –

- Simple... preguntándome

- Bueno ... tú me comentaste que tu hermano maneja la empresa familiar, ¿él no te podría echarte la mano? Y ¿Qué tal es tu relación con él? – suspira y me observa por unos minutos –

- Precisamente con él conversaba, ya le llegaron las noticias de que perdí la empresa y demás, nos llevamos bien ... pero no quiero que me vea como el fracasado

- No fracasaste, confiaste en las personas equivocadas – se sonríe con sorna –

- En eso fracasé Constanza, él esta dispuesto a devolverme mi parte de la empresa, pero no voy a aceptar, porque es su patrimonio, es su trabajo de años, yo se la vendí

- No quieres aceptar por orgulloso y te digo orgullo con hambre no pegan – sonríe –

- Tienes razón, orgullo ... yo soy el mayor, soy por decirlo así su ejemplo a seguir y mira lo que paso

- Eso no tiene nada que ver, es la forma natural de tratarse entre hermanos, bueno creo yo ... pero  debes tomar una decisión – se toma la cara –

- Quiero intentarlo yo solo, hay gente que me debe favores, los ayude, espero que correspondan ahora que yo necesito

- Espero que te vaya bien, aunque lo dudo

Nos quedamos conversando de todo un poco, le propongo que es el momento para llevar a cabo el uno de los ítems de la lista, el tatuaje.

Buscamos por internet sitios seguros para hacerme el tatuaje que quiero, Sergio esta un poco escéptico, salimos en su auto y se me viene una idea a la mente

- Oye Sergio – capto su atención –

- Que fue loquilla

- ¿Te ahorrarías algún dinero si vendieras el auto? – me voltea ver extrañado –

- No voy a vender mi auto Constanza

- Piensa... el mantenimiento de este auto es carísimo y eso no contando que el carro es delicado, podrías venderlo y con lo que te den te compras otro o inicias tu empresa otra vez

- ¡Quieres que ande en transporte publico! – me carcajeo –

- No es mala idea, piénsalo – nos quedamos mirando un Transmilenio que paso por nuestro lado, lleno de gente –

- Es pésima idea, mira como van todos

- Como sardinas en lata, todos apretados y eso que no sabes que es un deporte extremo entrar al bus – me voltea mirar con cara de susto –

- Cambiar el auto me suena

- Piénsalo

Nos quedamos en silencio todo el trayecto hasta que llegamos a un sitio donde hacen tatuajes, mientras esperamos que nos atiendan, me pongo a pensar en lo que le dije a Sergio de su auto y me siento apenada, no debí ser tan metida, ahora pensara quien sabe que cosas de mí. Esta sentado al lado mío con la mirada al vacío, necesito disculparme, lo jalo por la camisa

- Oye – voltea y me sonríe -

- No me digas que estas echando para atrás – niego –

- No ... quiero disculparme contigo, no debí decirte lo de tu carro, soy una metida y chismosa, no debo tratar de arreglar la vida de las personas a mi alrededor – me hace señas que me quede callada –

- ¡Para ya! ... no eres ni chismosa ni mucho menos una metida; no es descabellado lo que me propusiste, es una idea buena y viable, aquí sentado hice las proyecciones y sí me quedaría un buen dinero, además tengo en una bodega ciertas cosas que podría vender

- Yo pensé que la había embarrado – niega –

- Nada ... siempre di lo que piensas y tratar de ayudar a las personas dice mucho de ti, gracias a ti estoy aquí – me sonríe y hay un brillo en sus ojos -

Nos quedamos mirado por unos minutos, sus ojos tienen un brillo especial que me dejo pegada a ellos, el tatuador nos llama y nos dice que es nuestro turno y ese instante raro se rompió, miro otra vez hacia Sergio y ya no me da la cara, que paso, no sé.

El tatuador nos indica que la zona es sensible y dolorosa y vea que tenía razón, veía entre lágrimas como Sergio se reía de mí; el chico es muy hábil en su labor y termino rápido, me indico como cuidarlo y al cabo de unos días, ya podría quitar el vendaje que le pusieron.

Al salir nos fuimos hacia el apartamento y Sergio recibió una llamada de un amigo, se iban a encontrar en un bar; tan pronto llegamos se fue, me quede sola, no había televisión ni radio, así que me senté a mirar por la ventana hacia la calle, la gente pasaba y empecé a jugar con ellas, a imaginarme que estaba pasando por sus mentes y a crear sus diálogos, no se cuanto tiempo paso, me desconecte de aquella ventana cuando Sergio llego con cara de todo menos de que hubiera ido bien

- ¿Dime que te fue bien? – niega –

- No ... quieren mis contactos, mis clientes para sus empresas, no me quieren como tal, al final me salió con la escusa de que yo no tenía cabida en su empresa



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En el texto hay: enfermedad, dolor, lista

Editado: 24.08.2022

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