Un Respiro ... Antes de Partir

11. Un concierto épico

11.Un concierto épico 
 


Dormir últimamente se me estaba dificultando, la fatiga y letargo se me notaba y en las noches no me dejaban dormir como quisiera, además mi costado derecho me esta doliendo más, cada día se intensificaba y temía que por ahí iba ser mi final.

Deje de lado todos los achaques, me levante con energías renovadas, con ganas de hacer muchas cosas, entre esas seguir con el entrenamiento del ricachón, cocinar se le daba bien, no podía quejar; el chip le esta cambiando, aquel ser que conocí ya no queda casi nada ... solamente el carro carísimo.

Salgo de la habitación con una sonrisa en el rostro, pase por alto los espejos con los que me tope y me envuelve un olor a café recién hecho y ese olor da vida, bueno a mi me la da. El señor esta con una taza gigante de café, hoy Bogotá amaneció fría, más fría de lo habitual, así que entendía lo que conllevaba la taza exageradamente grande en Sergio

- Buenos días – me sonríe, se levanta y me sirve una taza de café –

- Buenos días ... estas sonriente hoy ¿puedo saber por qué?

- Deje en la habitación los dolores y todo con lo que convivo y he decidido sonreír más y disfrutar lo que me queda

- Me gusta esa actitud Constanza ...

- Tu manejas mi agenda, ¿Qué hay que hacer hoy? – me carcajeo – sonó como si fueras mi asistente

- Eso te iba decir, no soy tu asistente ... pero, hoy tenemos un plan que vas a disfrutar

- ¿Cuál es? – se carcajea –

- Hay que hacer mercado, ya no tenemos nada

- A que horas vamos

- Enseguida y desayunamos fuera ¿te parece? – asiento –

Me cambie lo más rápido posible, hoy íbamos a ver si el entrenamiento ha servido, me esta esperando en el pasillo, me entrega las bolsas reutilizables; empezamos bien.

Hablamos de todo un poco de camino a la central de abastos, al bajarnos él noto que su auto desentonaba con todo lo que había alrededor y por primera vez se sintió fuera de lugar. No le dije nada lo dejé que se expresara o más bien su actitud dio a entender todo

La plaza de Paloquemao nos recibía con ese ambiente tan familiar, los vendedores con sonrisa amables, las frutas y verduras en su esplendor y obviamente una que otra degustación por ahí; como no habíamos desayunado, pedimos a los vendedores que nos recomendaran desayunaderos que quedaran dentro de la plaza.

Fuimos a parar donde "la sazón de mamá maría" un local acogedor y muy limpio, como estamos en entrenamiento yo pedí la comida para los dos; empezamos por una changua, muy típica de esta región del país, que consiste en un caldo a base de agua-leche, huevos, cebolla, sal y cilantro viene acompañado de unos trazos de pan y un buen chocolate caliente.

Podía apostar que jamás había comido esta delicia gastronómica y efectivamente así paso; cuando llegaron con la comida puso cara de espanto, le insistí que lo comiera, pero la dueña del local se dio cuenta y fue hasta nuestra mesa y nos pregunto ¿todo esta bien? Por pena a la señora empezó a comer y para sorpresa de todos los que vieron el berrinche que hizo cuando vio la changua, pidió otro plato de caldo.

De ahí empezamos el tour por la plaza, algo que me pareció de los más entretenido, primera parada, frutas y verduras, no hubo mayor rollo porque ambos sabíamos que íbamos a llevar, la segunda parada fue granos y procesados de ahí pasamos al área de cárnicos, esta área es compleja porque el señor Sergio esta acostumbrado a carnes selectas y yo quiero que él asuma su pobreza y que para esas carnes no hay

El entrenamiento esta sirviendo, ya que hizo caso a todas las recomendaciones del carnicero y las mías, esta vez nos fue mejor, ya que nos hicieron rebajas en ciertos artículos, de ahí nos fuimos hacia un almacén de cadena por elementos de aseo.

Llegamos a la casa y entre los dos hicimos el almuerzo, después se pegó al teléfono como por horas, me fui a descansar mientras él seguía en el teléfono a las horas siento que están casi tumbando la puerta de mi habitación, la abro y esta Sergio con cara de alegría

- ¿Qué paso Sergio? – me jala hacia la sala –

- Tengo que contarte algo - trato de arreglarme un poco la espelucada que llevo –

- No es malo, ¿verdad? - niega –

- Para nada – abre la puerta y salimos hasta la calle, hacia los parqueaderos –

Al llegar me suelta y me señala un auto de baja gama, pequeño, al verlo a el rostro, esta con una sonrisa ancha, grande

- ¿De quien es el auto?

- Cambié el auto Constanza, hoy me di cuenta de que con el anterior ya no me sentía cómodo – me carcajeo –

- En serio ... me gusta – le toco la carrocería -

- Lo compré usado, por la venta del carro anterior obtuve este y me quedo dinero

- Eso era lo que yo te he venido diciendo – se ríe y asiente –

- Metí todo en tu cuenta de ahorros – asentí y seguimos viendo el auto –

Subimos hasta el apartamento, saco una bolsa de pan de una alacena y saco dos vasos de jugo de mora de la nevera y nos sentamos a conversar

- Te tengo algo Constanza

- ¿Qué fue? – busca algo dentro de la chaqueta y saca como unos papeles y me los extiende –

- Mira las boletas del concierto del sábado

- ¡Esas son! – las observo y las llevo al pecho – gracias por esto

- No te preocupes es con mucho cariño .... Tiene canciones muy buenas – tomo aire porque es mi momento –

- Uff son buenísimas, él ha cantado canciones de todo tipo, románticas, cumbias, vallenatos y hasta rock se atrevió a cantar, veras su versatilidad en el concierto

- ¡En serio! Ahora entiendo porque le dicen el patrón

- Si

Los días anteriores al sábado pasaron con un suspiro, no se si era mis ganas de estar en el concierto, es mi primera vez en uno y me llenaba de expectación. Él día había llegado mis nervios se encontraban al 100%; por recomendación de Sergio me puse ropa cómoda, unos jeans, suéter, la chaqueta de siempre y los infaltables tenis.



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En el texto hay: enfermedad, dolor, lista

Editado: 24.08.2022

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