15. Un sonido ronroneador

15. Un sonido ronroneador
 

Me sentía agotada y ese agotamiento se notaba en mi rostro, cada día lucho intentando ocultarlo, pero siempre fracasaba. Últimamente me miraba más seguido en el espejo, no se porque lo hacía, pero el efecto que resultaba de eso no me disgustaba como antes, más bien me resultaba hasta terapéutico, ver como mi aspecto era cada día más frágil y mi mente que se negaba a dejar de luchar.

Después del abrazo con Sergio, no sé cómo encajar nuestra amistad, porque ya no somos simplemente amigos, como dice Ana Gabriel; si no algo más, pero ese algo más no sé que es. Estuvimos trabajando en la pizzería, en las versiones de las pizzas, en la decoración, me sentía viviendo mi sueño, pero al mismo tiempo, jugando con la muerte, ya que no creo que pueda verlo realizado.

Los ítems de mi lista se acaban y eso tambien es señal que mi tiempo es poco, así que fui hasta la habitación de Sergio a buscar mi libreta, el silencio es evidente así que entro sin su permiso, se que esta dormido porque trabajo toda la noche, mis pisadas son imperceptibles por el piso alfombrado.

Camino por la habitación, que es un poco mas calientita que la mía, busco entro los cajones la libreta y nada, me agacho cerca de la cama a buscar y nada, así que camino hasta el otro lado de la cama hasta los cajones del nochero de ese lado, me agacho y quedo muy cerca de su rostro, con delicadeza lo abro y veo donde esta mi libreta, pero cerca de esa libreta esta otra con mi nombre escrito en la portada, trato de tomar la mía y de paso chismosear la otra, estoy tan ensimismada en tomar las dos libretas, que siento que me jalan la mano, por instinto grito, pero recuerdo que el sujeto dormido y ya me pillo

- ¡¿Qué haces Constanza?! – caigo sentada en la alfombra y Sergio me tiene la mano agarrada-

- ¡Me asustaste! – trato de soltarme y él me jala hacia su cama –

- ¡No, el susto me lo lleve yo! – bufo y sigo intentando que me suelte –

- No pues, asuste al niño – me suelta y se carcajea –

- ¿Qué buscamos en mi habitación, Constanza? – busco una salida segura y tengo que pasar muy cerca a él, así que me recuesto en la pared –

- Mi libreta, quiero saber cuántos ítems faltan – asiente –

- Faltan dos, pero eso no da como para que me asaltaras y dormido – bufo y camino hacia la salida de la habitación –

- No quería despertarte ... discúlpame por entrometida, me extralimite – niega –

- Antes que salgas, no me molesta que entres a la habitación, puedes hacerlo todas las veces que quieras, pero ese cajón no lo toques – me señala el cajón medio abierto-

- Esta bien ... pero ¿porque tienes una libreta con mi nombre? - se queda perplejo viéndome y abre y cierra la boca como un pescadito buscando agua -

- Pues ... nada, quería ... - se queda viendo el techo, las sabanas, como buscando una respuesta - acomodar los ítems de la lista, pero note que tu libreta tenía tu letra y tu esencia y deseche la idea y deje la libreta ahí

- ¿Puedo verla? – con las sabanas enrolladas en la cintura trata de levantarse de la cama y me tenso porque debe estar en ropa interior –

- No hay nada escrito Constanza, solamente tu nombre en la portada – gruñe porque trastabilla con las sabanas y es mi momento de salir de ahí –

- Digamos que te creo y mejor me voy – intento salir y me detengo en la puerta – antes de que quedes encuerado y yo con una crisis en los ojos

Salgo rápido de la habitación y al cerrar la puerta escucho su carcajada, voy hasta la cocina por un café y me regreso hasta el balcón que da a la calle, veo que el naranjo ya esta creciendo, no se cuanto tiempo me quedo ahí observándolo, hasta que siento la presencia de Sergio en la sala.

Viene hasta el balcón con una taza de café en las manos y en la otra mi libreta, me la entrega y se regresa hasta el sofá y ahí se queda viendo todo lo que estoy haciendo, así que lo imitó y me siento a su lado

- Entonces ¿Qué hay en la otra libreta? – niega –

- Nada mujer, mejor hagamos uno de los ítems, hoy tengo tiempo – me sonrió al verlo nervioso –

- Esta bien tema terminado – ahora si se sonríe –

- Tenemos los últimos ítems de la lista, pero lo vas a escoger de una manera distinta, en la cocina escondí dos naranjas cada una tiene rotulado un número, la que primero encuentres ese es el ítem que vamos a hacer – se carcajea –

- Estás loco Sergio – me levanto del sofá y me voy directo hacia la cocina –

- Corre Constanza, tienes 5 minutos, si al término de este no has encontrado las naranjas, escojo yo el ítem

Busco por todos lados, en la alacena saco todo de ahí y nada, me voy hasta la nevera hago el mismo proceso y no hay ninguna naranja el muy canijo, las guardo todas, lo escucho carcajearse, lo volteo a mirar y está comiéndose una naranja, voy hasta donde esta él y verifico la naranja y no tiene ningún número, me tranquilizo y trato de ser más objetiva, recuerdo que Sergio traía una taza de café en las manos, así que voy directo hasta la cafetera, la detallo y noto que esta limpia y al levantarla esta pesada, la abro y efectivamente hay esta la naranja con el número 2 escrito, pego un grito y se la señalo a Sergio

- Ricachón el número 2 – se la entrego y asiente –

- Busquemos cual es – toma la libreta y la lee – bueno es .... "ayudar en un refugio de animales"

- Listo y cuando vamos

- Para ese tenemos que buscar información de los refugios mas cercanos y los que precisan más de ayuda, ¿te parece?

- Si, me parece bien

Busca su computadora portátil y empezamos la búsqueda del refugio mas cercanos, este ítem es el más bonito para mí, porque no hay un alma más noble que la de una mascota, ya sea un gatito o un perrito y tambien te da luces sobre las personas a tu alrededor, ya que si una persona es cruel con los animales fijo es mala persona.

Encontramos varias cerca de nuestra ubicación, pero nos inclinamos por un refugio con un nombre muy lindo "huellitas de ángeles" en la página de Facebook es evidente que necesitan apoyo, como las croquetas, arroz, alimento para gato y en si lo que nos llevo a decidirnos fue el hecho que estaban convocando personas para una jornada de "Bañacion".