Un Respiro ... Antes de Partir

31. Del amor y otros afanes

 

Constanza 
 


No había detallado el techo del apartamento, es feo y a esas horas se ve algo tenebroso; me encontraba tirada en el piso mirando al techo, cansada de intentar armar el gimnasio para cebolla. Rendida, cansada y con la nena y cebolla alrededor mío.

Suenan unas llaves en la entrada y cebolla automáticamente se levanta y se va para la puerta, como si le indicara a la nena que hacer, me quedo ahí, viendo a Sergio llegar

- ¿Qué paso? – lo volteo a ver y me sonrió -

- ¿Alguna vez has comprado algo y 2 horas después te has arrepentido? – coloca una caja que trae en la cocina y regresa algo pensativo –

- No me ha pasado – me toma de los brazos para levantarme del suelo - ¿Qué compraste?

- Un gimnasio para cebolla y no entiendo cómo se arma – mira las partes regadas en el suelo y luego me mira a mí –

- ¡En serio!... debe traer instrucciones - estamos tan cerca que noto lo cansado que esta –

- Me imagino que sí, pero no sé dónde quedaron, en fin, ¿Cómo te fue? – suspira –

- Bien... - frunzo el ceño y lo jalo hacia el sofá –

- Ese "bien" sonó raro – se tapa la cara –

- Bueno, la reunión fue un éxito, Molinos Aragón es una excelente empresa y nos da mucha facilidad, pero está muy lejos Constanza – me sonrió y me acerco a él -

- Algo te preocupa...

- Si... los tiempos de entrega son mayores y por estar lejos de Bogotá, tendremos que abastecernos de otra forma... - lo tomo de las manos y lo sacudo –

- ¿Te puedo dar mi opinión? – esta con una sonrisa –

- Claro que si

- No le veo problema a la distancia... pero pienso que deberías pensar con la cabeza fría o mejor dicho con la cabeza descansada, porque ahora estás viendo solo los defectos de la reunión – me jala hacia él y me abraza -

- Tienes razón... estoy muy, muy cansado - me da un beso en la sien –

Cenamos la pizza que trajo Sergio, no conversamos mucho se fue a dar un baño, me quede organizando la cocina y cuando volteo está viéndome con cara de sueño, me da un beso y articula un "hasta mañana" y se fue directo a dormir.

Me levante lo más temprano posible, hoy debía encontrar un apartamento cerca, esa era mi meta para el día, pero antes debía hacer el desayuno, opte por hacer arepas con queso, huevos revueltos, un poco de fruta, café y jugo de naranja. Noto la hora y ya va siendo casi las 8 de la mañana, voy hasta la habitación de Sergio y dudo en tocar, al final no lo hago, me voy para mi habitación y me termino de arreglar y al salir, siento que él también está saliendo de la suya.

Nuestras miradas chocan y me escanea totalmente y se sonríe

- Buenos días... ¿dormiste bien? – suspira –

- Buenos días... podría decir que pude dormir mejor – frunzo el ceño –

- ¿A qué te refieres? ¿te sientes mal? – voy hasta la cocina y le traigo el café –

- Me siento bien y descansado... no me hagas caso – lo señalo y niega –

- ¿Seguro?... – asiente – ¿quiero mostrarte algo?

- ¿Lograste armar el gimnasio? – niego y traigo el desayuno para los dos –

- No... - busco los papeles de la universidad y los coloco en la mesa –

- Universidad externado de Colombia... pregrado en administración de empresas ¿Quieres estudiar? – deja la arepita a medio camino y con una sonrisa me observa –

- Si... siempre soñé con hacerlo y pues ahora tengo los recursos y las ganas, sé que estoy algo pasadita de la edad, pero no me importa, quiero hacerlo y lo voy hacer – sonríe de lado y se estira y toma mi mano –

- Y yo te voy a apoyar – jala mi mano y la besa, siento las mejillas arder – te admiro loquilla

- En otras cosillas – capto su atención - ¿Pablo y la novia se casan?

- Si, se me había olvidado decirte...

- Nos encontramos ayer, me ayudo con los cebolla y la nena – se queda mirándome –

- Vamos a ir juntos al matrimonio

- Claro que si... - se levanta y va hasta su habitación, regresa con una sonrisa –

- Esto es para ti – frunzo el ceño al ver que son unas llaves –

- ¿Para mí? ¿llaves? – se sienta al frente mío y asiente –

- Si, esas llaves son de tu nuevo apartamento... - salto de la silla –

- ¡Estás loco!... como se te ocurre – me levanto de forma efusiva y lo abrazo por la espalda - ¿Dónde es?

- Siempre estoy pendiente de los que dices – suspiro y vuelvo a mi silla –

- Yo se ricachón... - me quedo pensativa, viendo el vaso de jugo al frente mío y se me aguan los ojos -

- Constanza... - se levanta y se agacha al lado mío – ¿Qué paso? ¿me extralimite?

- No te extralimitaste... simplemente no lo esperaba – lo miro a los ojos y siento como limpia mis lágrimas -

- Puedo asumir que esas lagrimas son de desconcierto, logre sorprenderte – me carcajeo y me tiro en sus brazos –

- Siempre me sorprendes, pero llegara el día en que yo lo haga

Me sentía completa refugiada en sus brazos, no entendía que me pasaba con él, pero de momento no pensaría en eso, porque lo que sentía para mi es importante y fuerte y eso es amor, estaba más que dispuesta a vivirlo.

Me lleva hasta el apartamento que se encontraba por decirlo así en el piso de arriba, era justo lo que buscaba, estar cerca de él. No necesitaba amoblarlo al máximo, con una cama doble, algunos muebles en la sala y el mobiliario de la cocina.

Al cabo de unos días entre Pablo y Sergio lograron amoblar el apartamento, en contra de mi voluntad lo condicionaron con todo e hicieron ciertas remodelaciones; Cebolla se quedó con Sergio y la nena conmigo, pero ambos estarían conmigo en el día. Nos habíamos demorado en cambiarle el nombre a la nena, pero contra todo pronóstico llegamos a un consenso y oficialmente quedo "Mozzarella"

Ya tenía fecha para iniciar en la universidad, como algo nuevo me abrumaba, lo converse en la terapia con la sicóloga y al cabo de esta me sentía con más ganas de empezar; empecé a trabajar en la pizzería principal, me tenía que sentir útil y me ayudaba con mi fobia social.



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En el texto hay: enfermedad, dolor, lista

Editado: 24.08.2022

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