El bar está completamente lleno.
Causante de esto: El día de San Valentín.
Son aproximadamente las 4 de la tarde y hay más de un par en un estado lamentable.
Somebody to Love de Queen, suena a través de las bocinas e inunda con su melodía todos los rincones del bar.
Pongo los ojos en blanco una vez cuando escucho el carraspeo de alguien detrás de mí.
––Tobías de nuevo estas en otro mundo, regresa al mundo de los mortales que aquella chica te está esperando––Diego mi jefe dice señalando a una chica con la cabeza recostada en el mostrador.
Le doy una mirada desconcertada a mi jefe.
––Pero si ni la conozco, y antes que lo digas, no necesitó una chica para pasar San Valentín
Un golpe llega a mi nuca, y se exactamente de quien fue.
––No seas tonto, dijo que te está esperando ya que eres el que atiende ese lado de la barra, Tobías –– Rubén me explica con fastidio.
Bueno alguien está enojado, parece que no le está yendo bien en el día del amor.
Camino hacia la chica, la cual no le percibo el acostumbrado olor a alcohol y eso se lo agradezco a los dioses mientras me posiciono frente a ella.
Espero que mi presencia capte su atención, la haga alzar su cabeza y dirija su mirada a mí, cosa que luego de unos segundos no sucede.
Carraspeo mi garganta unas tres veces y nada, no recibo ninguna señal o movimiento de su parte y eso me hace cuestionar mi grandioso sentido del olfato, llevándome a pensar que en verdad ella si se encuentra ebria.
Decido hablar y con un poco de suerte logre despertarla, pero una vez que abro la boca para articular algo soy detenido por un bajo, pero muy audible sollozo perteneciente a la chica frente a mí.
Oh oh creo que alguien esta despechada y borracha.
––Disculpe, señorita––hablo con un tono de voz amable––¿Va a ordenar algo?
Pasan unos segundos talvez minutos y no logro que la chica desconocida me responda.
––Señorita ¿puede escuch...
No termino de completar la frase porque con una velocidad increíble, su cabeza es alzada del mostrador.
Y lo que veo a continuación me deja sin palabras.