Un simple beso

CAPITULO VI

En cuestión de segundos, el carruaje llega por ellos, se suben y notan que don Andrés había salido algunos minutos antes. Se acomodan y Marta no estaba muy de acuerdo con la idea de hablar del tema, pero a Fernando se le nota la desesperación por saber.

–Escucha, ese día fue el peor para el padre de Luisa. Parece que no le gustó al señor que don Rafael asistiera y lo humillo a más no poder y no pudo hacer nada más que retirarse.

–¿Qué más sucedió? Cuéntamelo todo y no omitas detalles.

–Lo diré todo hasta que me digas que tipo de relación tienes con su hija.

Fernando se toma gran parte del viaje en contarle todo lo sucedido a Marta con Luisa, desde la noche que se conocieron hasta el día de la fiesta anterior. Marta solo se queda asombrada por lo que sucedió.

–El señor no debe enterarse por nada en el mundo lo que sucedió o como te tratas con Luisa, no debe.

–Con sus labios me lo dijo y con lo que me dices ahora, no me queda duda que es muy grave.

–Creo que ya llegamos –Interrumpió–

–¿Por qué lo dice?

–Por qué nos detuvimos

–Creo que ni yo lo hubiera pensado. –Respondió con sarcasmo–

Marta saca la cabeza y se da cuenta que hay una fila larga de carruajes esperando a entrar, algo que cuando se lo comenta a Fernando, se queda muy asombrado, ya que no esperaba que hubiera mucha gente y menos de la corte.

–Me parece extraño que ingleses habiten en España. Creí que eran enemigos.

–Es extraño su caso. No he escuchado lo suficiente como para darte una respuesta concreta.

–Tal vez es alguien importante para la corona o bien. Sino, fuera así, entonces no sé qué podría ser.

La fila comienza a caminar, y en pocos minutos se encuentran ya en la entrada. Ambos bajan y en comienzan a caminar para entrar. Fernando escucha que toda la gente que ahí está claramente es española lo cual, hace que sus sospechas se eleven mucho más. Luego, a lo lejos puede ver a Luisa con un vestido de color rojo qué con solo verla, hace que Fernando suspire. Ambos se ven, pero mientras hacen eso, se escucha una voz que a gran voz que estremece.

–Parece que lo que sucedió en mi fiesta no te bastó.

–Andrés, vengo con mucha paz, no quieras hacer otro escándalo.

–Lo único que harás, es hacernos reír a todos, bufón.

Ambos caminan hasta estar uno delante de otro y se quedan cara a cara por unos instantes. La tensión se nota y algunas personas se quedan viendo lo que está sucediendo, otros no le dan importancia. Fernando se queda viendo a lo lejos junto a Marta, Luisa también estaba observando lo que sucede. La esposa de don Rafael se acerca hacia él y le pide que no haga ni diga nada más, que solo se alejen sin chistar, a lo que hizo caso. Do Andrés se burla por la acción tomada de don Rafael. El no pudo soportar que se hubiera burlado de esa manera, así que desenvaino su espada de golpe y apunto al cuello de don Andrés.

–Gracias a mi piedad estás vivo. Por mi piedad hace mucho tiempo atrás.

–Y me debes tu felicidad, no lo olvides.

Don Rafael, desenvaina su espada y se retira sin decir nada. Fernando junto a Marta observaron todo lo que sucedió. Luisa solo lo observa y entra rápido al lugar. Fernando se da cuenta que realmente la situación no es de la mejores para ambos, luego entran a la casa, pero Fernando nota que Luisa lo observa con una incomodidad notoria por Marta, ya que ella no sabe que es su amiga y no solo eso se hace notorio, Fernando quiere porque pasó lo que pasó ahí afuera y él sabe qué en la casa de lo señores, los chismes corren demasiado entre las criadas.

–Verás, escuché algo que supongo que no debí hacerlo.

–¿Y qué fue lo que escuchaste?

–No recuerdo muy bien todo, pero haré lo que pueda.

–¿De quién escuchaste esa historia?

–Digamos que mi madre me contaba cosas muy raras antes de dormir y luego me enteré que la misma señora se las contó.

–Ahora si tienes mi completa atención. ¿Mi abuela lo contó?

–Fue hace muchos años que se puso muy ebria y mi madre estuvo cuidándola, así que ahí fue donde se lo contó todo.

–Pero eso no tiene mucho sentido con lo que me dijiste en el carruaje.

–Lo sé, no estaba muy segura de decirte. No lo creí prudente por lo que escuché que te dijo Perla.

–Pues ahora dilo, creo que me es necesario saberlo, Marta –Dice Fernando-

–Está bien. Don Andrés y don Rafael eran grandes amigos, casi hermanos. Se estimaban mucho el uno al otro y siempre andaban juntos. A don Andrés lo nombraron duque antes de lo que imaginó y tenía que cumplir con sus obligaciones. Incluso ambos se sentían atraídos por la misma mujer, aunque no lo sabían, luego se batieron a duelo.

–Pero ¿Por qué motivo se batieron a duelo?

–Según me dijo, ella estaba en cinta de su hija, de tu madre.

–Espera, ve despacio ¿Cómo sucedió eso?

-Fue en una fiesta, ambos se pusieron muy ebrios y consumaron el acto, cuando ambos recobraron conciencia a la mañana siguiente se dieron cuenta de lo había pasado, esperaron un tiempo y luego anunciaron su boda ante toda la corte. Luego don Rafael le pidió matrimonio a doña Inés y cómo puedes notar, ella aceptó.

–Un momento ¿Cuál es el título nobiliario de don Rafael?

–Es un marques, pero no recuerdo de qué lugar y tu abuelo es un duque. El titulo seria de tu madre, pero ya tiene un puesto fijo y tu tía, está casada con un barón francés, por lo cual, si tu abuelo y abuela fallecen o renuncian al cargo, tu serias el nuevo duque, Fernando.

–Te estás desviando del tema central, sigue con lo que importa.

–Cierto. Lo que sucedió fue que, don Andrés al enterarse de la boda de doña Inés y peor cuando se enteró con quien se casaría, su irá fue mucha que un día cuando don Andrés fue de caza, lo fue a buscar y bueno, ahí se batieron a duelo y ya lo demás, te acabas de dar cuenta quien ganó.



#10296 en Novela romántica

En el texto hay: tragedia, romance, drama

Editado: 12.06.2023

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