Un sitio para las pinturas

5

Al día siguiente Efran planeo pasar todo el día en el estudio de su hermano, su novia en el desayuno le ofreció ayudarlo, pero él decidió hacerlo solo.

—¿Seguro? —Cuestiono ella—, puedo pasarme por ahí e ir a trabajar luego.

—No, descuida —Prefería no tener a nadie cerca por si algo del sitio evoca alguna memoria que lo ponga triste—, nos veremos en la tarde nomas.

Por lo que llego temprano. Estar allí ahora solo le hizo pensar en los recuerdos que tenía con Gestav, siempre sobresalía y se llevaba la atención de los demás, cosa según él mismo cree, nunca le afecto.

Lo primero era barrer un poco, no había demasiado polvo, cosa que agradeció, luego de eso se puso a ver los cuadros ahora si con atención. Al compararlos con los que había vendido en internet, se dio cuenta que el estilo era diferente.

Si bien, solían siempre a ver imágenes surrealistas en las obras de Gestav, los anteriores eran un poco más escabrosos; había uno en el que se veía a un oso con zapatos blancos en una jaula de huesos, y una pistola colgando del techo. Ahora lo más “fuerte” que encontró Efran en el estudio es de una casa vacía, con las paredes trasparentes y que arriba se ve un sol, que tiene cierta forma a una persona.

Le pareció que ese cambio del tono, podría deberse a que esas pinturas teman un objetivo diferente que las anteriores. Por lo que busco en el escritorio, movió un montón de papeles hasta que encontró un cuaderno.

—No sé si deba… —pensó. Su hermano le dio las pinturas, pero no menciono nada sobre sus otras cosas, quizás considere una invasión de su privacidad el hecho de que lean sus anotaciones. Aunque claro, no importaba mucho ya.

Por lo que, se sentó y con cuidado de no maltratar ninguna hoja empezó a leer. Encontró títulos de sus obras, con ideas bastante resumidas sobre lo que quería trasmitir en cada una, junto a un pequeño boceto sin color en otra página. Cada una de las obras seguía ese proceso creativo y encontró incluso apuntes de otra colección de pinturas anterior.

Efran lee como puede el cuaderno entero, no estaba lleno y muchas cosas no las entendía, ya que estaban hechas solo para que Gestav se guie, no para que alguien más pueda entender sus ideas. Entonces busca en los demás cajones y encuentra una agenda, cosa que le parece extraña, pues para eso tendría su teléfono. La revisa y nota que había el nombre de un sitio escrito en las casillas de algunos días de pocos meses antes de su muerte.

Sitio al que se dispuso a ir.

Se trataba de una finca algo alejada de la ciudad, con un cercamiento de ladrillos. Tuvo que agendar una cita para que lo dejen entrar desde la garita de seguridad, pues se trata de un centro psiquiátrico. Camino por el amplio jardín, donde vio a un lado a gente haciendo aeróbicos, luego fue a la oficina del director, quien le dijo lo que quería saber.

—Su hermano quería hacer algo más social —Tenia un aspecto semiformal—, quería que más gente viera su arte y que sea un público diferente, por eso lo deje que conociera las instalaciones y que entreviste a algunos de los internos.

—¿Le menciono algo sobre sus nuevas pinturas? —Siente que al fin, su búsqueda dio frutos.

—Si de hecho. Le hable de que podría hacer y qué no hacer… en sus temas, ya que no quería que algo pueda molestar a alguno de los internos, y me dijo que haría una colección solo para este centro, como me ocupe la verdad no volví a preguntar, supuse que es de esos adinerados excéntricos que prometen cosas porque pueden y luego no cumplen.

—No es el caso —defiende Efran—. Las pinturas están hechas.

—¿A si?

—Sí, yo pensaba que eran para un museo, o para mi familia, pero esto es mejor. Por lo que, si me da su permiso se las podre traer.

El directo acepto y dos días después Efran le ayudo a colgar tres en la sala común, una en la oficina del propio director y otra en la sala de psiquiatría. Cuando terminaron él se sintió satisfecho de haber llevado las obras para el centro. Nunca antes había entendido que ven su madre y su hermano al gastar un montón de tiempo en algo que no es real, pero al ver la cara de los internos, y como tratan de analizar y debatir los cuadros de la sala, lo entendió por completo.

Entendió que es necesario que lo tenga que entender, que la idea es tratar de hacerlo.



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En el texto hay: duelo, desiciones, pinturas

Editado: 12.02.2025

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