Un vientre en alquiler

CAPÍTULO 3

Me sentía incómoda, encontré Annete en la puerta de mi casa, estaba a punto de tocar el timbre, fue una suerte que abriera la puerta en ese instante. 

Me invitó a comer, llevábamos como media hora en la mesa y ella no decía nada. Solo hizo el pedido y comimos en silencio. 

—Gracias por la comida, pero la verdad me intriga su presencia en mi casa y ahora esta cena. —Me gustaba ir al grano en situaciones así. Solía ser muy directa con las personas y muchas veces mi lengua no podía detenerse. —Quisiera saber ¿Cómo supo mi dirección? 

—Disculpa que haya llegado a tu casa de esa manera, tu dirección la pedí en recursos humanos de la empresa, no tuvieron problema en dármela, ya que soy la esposa de uno de los dueños. 

—¿Y por qué quiere hablar conmigo? 

—Mi actitud la otra vez no fue la correcta y me disculpo. Pero Elliot estaba muy insistente en que fuera Isa quien llevara en su vientre a nuestro hijo, acepte porque él tenía razón, Isa es una buena mujer, pero… —Se quedó callada 

—¿Qué sucede?

—Creo que sé por qué Elliot, quieres que sea Isa y nadie más, tengo el presentimiento que él está teniendo fuertes sentimientos hacia ella.

Me asombré ante sus palabras, Elliot no podía estar enamorado de Isa, en unos meses se convertiría en la esposa de su hermano.

—Tal vez se está equivocando, viendo cosas en donde no las hay. 

—Soy mujer y he sido su esposa durante muchos años, lo conozco muy bien —Annette tomó una de mis manos —No puedo permitir que mi esposo cometa una locura, por eso te busqué, si Isa te había escogido, es porque te tiene confianza, Abby… quiero que seas tú la que le dé vida a mi hijo

No sabía qué responder, esto me tomó desprevenida.

—Señora Annete…

—Por favor no te niegues, te daré lo que sea, lo que me pidas. No sé cuantos días más estaré en este mundo y antes de irme quiero asegurarme que mi hijo estará bien. —Sus palabras me conmovían. Pensar que tenías la muerte tan cerca, que tus sueños de niña, tal vez nunca los llegarías a cumplir. —Te lo suplicó Abby…

Suspiré profundo antes de dar mi respuesta —Está bien... acepto. —Esto solo lo hacía por mi madre, ella necesita su medicamento para sobrevivir y yo estaba dispuesta a hacer cualquier cosa, con tal de darle una larga vida. —Pero tengo ciertas condiciones.

—No te preocupes trataré de darte lo que me pidas. Lo único que deseo es que todo el tiempo del embarazo, vivas con nosotros en la misma casa, no quiero perderme ni un solo día de este proceso. 

Asentí temerosa, la verdad no me imaginaba vivir con Annete y Elliot en la misma casa, sobre todo con su esposo, ya que era uno de mis jefes —Primero: no quiero que piense que soy una mala persona, pero en verdad necesito el dinero, mi madre está muy enferma y yo… 

—No voy a juzgarte Abby, yo estoy agradecida en que aceptes hacer esto. Mañana te espero en la puerta principal de la empresa, iremos con un abogado y después a la clínica para llevar a cabo el proceso.

—¿No cree que esto va muy rápido? —inquirí

—Abby, siento que el tiempo se me acaba, entre más rápido hagamos esto, más rápido acabará, yo más que nadie estoy interesada en que quedes embarazada, tengo la ilusión de ver a mi hijo, bueno ya sabes que me quedan pocos días de vida y pues quiero aprovecharlos al máximo. 

—Entiendo, veré si me dan permiso para faltar al trabajo…

—De eso no te preocupes, yo me encargaré.

Annete me llevó a la casa después de nuestra charla. La verdad; a pesar de haber aceptado su propuesta aún me sentía con dudas en hacerlo.

—¿En dónde estabas? —preguntó mi madre al entrar. 

—Bueno…—no sabía ni qué responder. 

—Vi que saliste con una mujer ¿Quién es ella? 

—Ella… bueno ella es la esposa de uno de mis jefes, las empresas Jackson abrirá una nueva sucursal y pues… quiere que la ayuda capacitar el personal… si eso, pero tendría que irme a otra ciudad al menos por un año.

Mi madre puso cara de asombro, solo esperaba que dijera: No, no te puedes ir por tal y tal razones y si era así tendría que buscar otra excusa para esconderme y… —¿Cuál es el problema? —cuestionó 

—¿Escuchaste lo que acabo de decir? Tendría que irme de la ciudad y sería casi por un año.

—Si te escuché Abby, no veo problema en que vayas, es una buena oportunidad para ti, si te lo están pidiendo es porque han notado lo eficaz que eres, así que deberías de aprovechar la oportunidad. 

No tenía palabras para responder, por un lado me sentía aliviada de que mi madre se tomara esta noticia con tranquilidad y por otra parte me sentía culpable por tener que mentirle, no era algo común en mí, es decir nunca le había mentido de esa magnitud, no desde que mi padre se fue, ella y yo creamos un lazo muy fuerte entre madre e hija. 

—Me preocupa dejarte sola…

—Yo estaré bien, Julian me puede enseñar esas cosas que usan en los teléfonos para hablar todas las noches, no quiero ser un obstáculo para que cumplas sueños. 

De pronto empecé a llorar, ya había mencionado que era una persona muy sentimental y con cosas tan insignificantes solía soltar lágrimas sin parar. Me sentía como la peor hija del mundo por mentirle, pero lo hacía por su salud, así que esto no podía ser tan malo. 

—Abby no llores, todo estará bien, yo estaré bien, tus hermanos también, algún día tendrás tu propia familia y pues te irás para siempre de esta casa, ahora solo serán unos meses. —Sentí los brazos de mi madre abrazarme, mientras que yo no paraba de llorar. 

—Te amo mamá, nunca dudes que todo lo que hago es por tu bien y la de mis hermanos. —dije, mientras me limpiaba las lágrimas. 

—Lo sé mi amor… 

Mi madre era la mejor. Me había enseñado tantas cosas importantes en la vida y me dolía hasta el alma hacer algo de lo cual ella estaba en contra, pero yo estaba dispuesta a ir en contra de esos valores con tal de tenerla muchos años a mi lado. 

 

(...) 




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