—¿Estás bien? —preguntó Annete.
Asentí con cansancio —La verdad es que nunca me habían hecho tantos estudios, es un poco cansado para mí.
Llevábamos dos horas en la clínica, pase de una clínica a otra, me pincharon como una docena de veces, me hicieron todos los exámenes inimaginables.
Me encontraba en una camilla, mientras esperábamos a la doctora para darnos a conocer los resultados.
—Me preocupa el hecho de que su esposo no sepa esto…
—Ya te dije que no te preocupes, ¿O prefieres que los hermanos Jackson se enfrenten?
—La verdad es que no puedo creer que su esposo sienta algo por Isa, ella es su cuñada básicamente, además Santiago y ella ya tienen a los gemelos…—Annete decía las cosas tan tranquila, como si no le importara que a su esposo le gustara otra mujer.
—Mi matrimonio fue un arreglo entre familias, Elliot nunca me amó de verdad; tal vez parezca algo irreal, pero fue así, nuestros padres casi nos obligaron a hacerlo, pero a pesar de que nunca ha estado enamorado de mí, nunca me falló, siempre fue fiel a nuestra relación, me hizo el amor muchas veces, sin embargo nunca lo hizo como hombre enamorado —La vida de Annete me parecía tan triste —Pero fui feliz, cada momento que me ha brindado yo he sido la mujer más afortunada de este mundo, después vino mi enfermedad y él no se ha apartado de mi lado, ha luchado conmigo y lo hará hasta el último minuto, por eso quiero dejarle este recuerdo: Un hijo.
Está sorprendida por esta historia y al menos me alegraba que Elliot fuera una gran hombre, ahora entendía a Annete, lo único que ella deseaba era que su esposo la recordara por siempre y claro no podía permitir que se acercara a la esposa de su hermano, Isa era una mujer prohibida.
—¿Ya decidiste el sexo del bebé? —pregunté, para cambiar de tema. Se notaba que el tema de Elliot, era otra cosa más que le afectaba.
—Quiero que sea niño, me encantaría que se pareciera a su padre, hasta tengo el nombre ideal.
—¿Cómo quieres ponerle?
—Quiero llamarle: Antony; es el segundo nombre de Elliot su nombre completo es Elliot Antony Jackson, aunque a él no le gusta ese nombre, a mí me encanta.
—Pues Antony se llamará —confirmé.
La doctora ingresó a la habitación, interrumpiendo nuestra conversación —Bueno, ya tengo los resultados… y pues todo está excelente, a pesar de que será el primer bebé que Abby tenga en su vientre, todo está perfecto.
Sentí un gran alivio al escuchar esas palabras y para Annete también fueron satisfactorias, ya que pude notar la felicidad en su rostro.
—Si todo está listo, hagamos esto. —indicó la doctora. —Abby, relájate, no será nada complicado, un pequeño pinchazo y todo estará listo.
Aún estaba a tiempo para arrepentirme, pero ver a Annete y recordar el cáncer de mi madre, eso me daba la fortaleza para continuar. <<Todo va a estar bien>> eso me repetía una y otra vez, entre tanto la doctora hacia lo suyo.
“Esto es por ti mamá”
(...)
—No puedo creer que estaremos tanto tiempo separadas —expresé. Me estaba despidiendo de mi madre, había pasado una semana desde aquel procedimiento; una semana en que llevaba el óvulo y espermatozoide de los esposos Jackson en mi vientre, le supliqué a Annete que me dejara esta última semana con mi familia, quería despedirme de ellos como se debía. Era la primera vez que iba a estar tanto tiempo lejos de ellos.
—Julián por favor, te suplico que vigiles que mi madre tomé sus medicamentos a tiempo, no la hagan enojar, esto va para dos ¿entendido?
—Abby, yo sé cuidarme sola. Todo va cada mejor por el tratamiento que el médico me ha indicado, estaré bien, no te preocupes por mí. Vete con tu jefa… Annete, creo que así se llama.
Iba a irme al día siguiente, pero estaba dejando todo preparado. Annete vendría por mí en la mañana. Se supone que ella le daría la noticia a Elliot el día de mañana, estando ya en la casa, era algo arriestado, pero Annete siempre me calmó diciendo que todo estaría bien.
—No te preocupes Abby, —habló Julián —Mi madre estará en buenas manos.
Besé la frente de los tres y ambos nos unimos en un fuerte abrazo, si todo salía bien, hasta iba a tener un fondo para la universidad de Julián, que ya se iba en un par de años. Esa noche decidimos dormir los cuatro juntos, para ellos también era difícil despedirme de mí, éramos tan unidos, que todo esto significaba tristeza, ellos no tenían idea del gran sacrificio que estaba haciendo, pero era mejor así y que no lo supieran.
(...)
Tenía más de dos horas esperando por Annete, le había hecho docena de llamadas y enviado mensajes, pero no respondía. Estaba empezando a preocuparme.
—Al parecer a tu jefa se le hizo tarde —mencionó mi mamá, mientras me acercaba una taza de té.
—Es una mujer ocupada y supongo que algo la atrasó.
—Los ricos como siempre, con tanto dinero y sin tiempo para disfrutarlo.
Di un brinco al sentir mi teléfono vibrar. Estaba recibiendo una llamada de Isa, decidí ignorarla, ya que por el momento no quería decirle nada. Pero sus llamadas seguían insistentes.
Salí de la casa, para que mi madre no escuchara mi conversación. —¡Aló! Isa ¿Qué pasa?
—Hola, Abby, hay algo que tienes que saber...—Su voz se escuchaba con un tono melancólico, hasta podría decir que estaba llorando.
—Isa ¿Qué pasa? Me estás asustando.
—Ha ocurrido algo inesperado… Annete… ella ha muerto…
Sentí mi mundo congelarse, todo a mi alrededor quedó en silencio al escuchar las palabras de mi amiga.
—¿Cómo… que murió? Eso… eso no puede ser cierta Isa.
—Lo sé, se suponía que Annete tenía más meses de vida.
—¿Cuándo pasó? —pregunté.
—Fue ayer de madrugada, no tuve tiempo de avisarte antes. En esto momentos su cuerpo ya está siendo velado…