En una Universidad en París, para el electivo de los estudiantes que cursan periodismo, "Historia no oficial de Francia", se les pidió a los alumnos que, para finalizar el curso, hicieran un trabajo de investigación, puede hacerse entre dos o cuatro, el mejor trabajo sería comprado por un periódico y publicado para el aniversario del país.
— ¿Les parece que lo hagamos como siempre entre nosotros? — preguntó Jean Paul a sus compañeros Odette, Dean e Ivette, él era un joven que venía de la provincia, bastante extrovertido, piel morena, ojos y pelo oscuro.
— Pero que tema podemos usar, los demás tienen los interesantes, gárgolas, el jorobado... que más se puede investigar... ya hay varios grupos que repetirán la idea, seria genial algo que a ningún otro se le haya ocurrido — le rebatio Odette, tomando su cabello rubio, que tiene hasta los hombros.
— En mi pueblo atacó la Bestia de Gévaudan — respondió pensativo Jean Paul.
— ¿¿¿QUE COSA...??? — dijo el otro varón del cuarteto, un rubio de ojos café, y largas pestañas, por lo que siempre lo molestaba que como mujer se vería precioso.
— Era una especie de lobo que asoló el sector donde vive mi familia, por el 1700 o 1800 creo, siempre conversan de eso en las reuniones.
— Nunca escuche algo así — dijo tratando de recordar algo Ivette, una pelirroja con la sonrisa traviesa constante.
— Tu familia es de Paris — dijo Odette mirándola seriamente.
— Mató como a 100 personas, algunas comiéndoselas... fue una carnicería — puso cara de criminal para echarse a reír después — tenemos un mes para entregar el reporte, les parece esa historia — defendió su idea — podemos ir a la casa de mi abuela, se alegrará, le encanta tener gente a su alrededor, nos dará techo y comida.
— Bueno — dijeron los otros. Salir un poco de la ciudad les haría bien piensan.
Así que al otro día que empezaron las vacaciones viajaron a Langogne, se acomodaron en una habitación las jóvenes, y los varones en otra.
La abuela de Jean Paul, Mary, estaba feliz de tener gente joven en su hogar, era la típica señora mayor, de sonrisa fácil, ahora que sus hijos y nietos se fueron lejos del pueblo y quedó viuda, sentía su casa muy vacía.
— Que bueno que hayan venido a visitarme, vengan a almorzar, están tan delgadas, en este mes las haré quedar perfectas — ambas jóvenes rieron, era tan dulce la señora.
Luego de comer, todos se fueron a dar una vuelta.
— Abuelita vamos al centro del pueblo, ya venimos.
— Bueno mijito, a la tarde les tendré algo más rico para la cena.
— Gracias señora — dijo Dean.
— Nada de señora, díganme abuelita. Nos vemos — los salió a despedir a la puerta.
En el centro de la ciudad había una estatua de una mujer peleando contra un ser, no se sabe si era de verdad un lobo, u otra cosa.
— De lobo no tiene mucho, pero hay que tener en cuenta que solo es una representación — meditó en voz alta Ivette.
Siguieron mirando las tiendas, a la noche comieron algo y se fueron a dormir. Al otro día temprano fueron a la intendencia, y les explicaron lo de su investigación.
— Vengan — dijo el encargado de los archivos, que más parecía un gótico, pálido, alto, delgado, con ropa negra, y mirada seria.
Los llevó a un lugar muy grande, la habitación estaba helada, buscó en varios estantes y les mostró los documentos en una mesa sobre los ataques, que empezaron en el año 1764.
Empezaron a sacar fotos con sus celulares de lo más importante.
"Una joven pastora ve una extraña bestia que se abalanza sobre ella. Los perros que la acompañan tiemblan de miedo frente al extraño animal. La muchacha logra salvarse gracias a sus bueyes, que hacen frente al monstruo para protegerla".
"Jeanne Boulet, de 14 años, murió por el ataque de este animal".
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Editado: 22.08.2019