Una boda cruel

Capítulo 3-1

— No molestes a la chica, — se da la vuelta su compañero, y unos conocidos ojos negros brillan en la cara morena.

— ¿Usted es Rustam? – adivino.

— Sí, — responde él indeciso, —¿y de dónde usted…?

— Soy Dana, la amiga de Satima.

— ¿Dana? — el representante de la raza real parece completamente sorprendido, se vuelve hacia Demurov. — ¡Qué dices!

— Te invité a ir con nosotros, pero dijiste que tenías tu propia tertulia — su amigo le responde con moderación y se dirige a mí: — ¿dónde está Satima?

— ¡No se queden parados en la nieve! — me río. Es sorprendentemente agradable atrapar las miradas de admiración del guapo de ojos azules. Teniendo en cuenta el hecho de que llevo una chaqueta de plumón normal y una gorra de punto, no hay mucho que admirar. ¡Pero de todas formas es agradable! — Vengan aquí al camino. Vayan por él, doblen en la esquina y verán la entrada. Satima se quedó en la cátedra, tiene que firmar el trabajo de curso.

— Él se llama Dan, — dice Rustam, sacudiendo la nieve, — por eso se sorprendió de encontrar aquí una tocaya.

 — Daniyal, — lo corrijo de manera mecánica y me ruborizo. ¡No quiero que este hombre tan guapo piense que yo estaba interrogando a mi amiga sobre él! Agrego apresuradamente: — Satima me dijo que usted vino con su hermano.

Y al restaurante deberíamos ir juntos  los cuatro, pero Rustam dice que Daniyal tiene su propia fiesta.

Inmediatamente me imagino un club nocturno caro de los que he visto en las series de televisión. Suben bolas humo, chicas se retuercen en el poste y Daniyal sentado en un sofá acolchado en la zona VIP, abrazándose con sensuales chicas.

El estado de ánimo cae rápidamente. Lo mejor sería decir que me duele la cabeza y no ir a ningún sitio. El hermano y la hermana lo pasarán perfectamente sin mí. Satima lo adora, y Rustam, a juzgar por sus historias, también está atado a su hermana.

Eso sería bueno, simplemente genial, puedo prescindir de la tediosa selección del atuendo. De todos modos, para ser sinceros, en nuestro armario es imposible encontrar algo que valga la pena. Mis ingresos, juntos con los de Olga apenas alcanzan para pagar el alquiler, los servicios públicos, la comida y los gastos de mis estudios. Así que ninguna de las dos estamos para pensar en ropas.

Daniyal no me quita de encima la mirada de sus penetrantes ojos azules y mi estado de ánimo se deteriora aún más. Cierto, lo mejor es decir que no, ¿qué se me ha perdido en ese restaurante?

— Rustam ... — tomo aire, pero Daniyal me interrumpe.

— Cambié de opinión, iré con ustedes, — le dice a su compañero, y luego se vuelve hacia mí. — ¿Tú vas a tu casa? ¿Podemos llevarte, Dana?

Y su "Dana" suena de tal manera que me quedo sin aliento. Y el corazón deja de latir.

— Sí, Dana, ven con nosotros, encontramos a Satima y te llevaremos, — Rustam lo apoya, pero yo empiezo a retroceder.

— ¡No, —sorprendentemente puedo hablar. — No, tengo prisa. ¡Gracias!

Me retiro, aunque sería más correcto decir que retrocedo. Este encuentro me saca de quicio. Rustam y Daniyal se miran, probablemente pensando que no soy del todo normal, pero no dicen nada y, tras despedirse, desaparecen doblando la esquina del edificio. Y yo, en en un estado de confusión total, camino hacia la parada del trolebús.

***

— Mira, esta blusa de lunares es un asco, pero a ti te queda bien la falda, — Olga mira al espejo, delante del cual llevo una hora dando vueltas. Pero yo solo me muerdo el labio.

— No, Olga, esto no sirve, — casi lloro, — ¡en esta falda parezco una secretaria!

La falda es negra, con cintura alta. La falda es ajustada alrededor de las caderas y resalta todo lo que puede ser resaltado. Pero aun así, me veo bastante oficial.

— ¡Como una secretaria! — Olga vuelve a mirar al espejo y sonríe con escepticismo. — Sí, en general... pero con pantalones creará un efecto completamente diferente ¡Ponte esto!

— No quiero pantalones, yo quería un vestido.

— En pantalones sentirás más calor, afuera hace frío, te vas a resfriar, — mi hermana activa el modo "médico muy estricto".

— ¡Olga! El hermano de Satima anda en automóvil, me recogerá y me traerá.

— ¿Y si el auto se rompe por el camino? ¿Y si no puedes coger un taxi?, — Olga de repente se calla, luego me gira hacia ella y clava sus ojos en mí.

Se acabó la paz. Se activa el modo "sala de rayos X". Parece que de los ojos de mi hermana mayor fluye la característica radiación gamma que lo traspasa todo y en su frente se enciende el tablero de luz "No entrar".

— Vamos, dime la verdad, ¿ante quién quieres pavonearte? ¿Te gustó el hermano de Satima?

Es inútil resistirse, porque entonces el modo "sala de rayos X" cambiará rápidamente al modo turbo "bota española", y suspiro:

— Allí estará Dan. Danyal, — aclaro en respuesta a las cejas levantadas, es un amigo de Rustam. Es ... atractivo.

— ¿Por qué no dijiste que te ha gustado un chico?, — sonríe mi hermana, — Bueno, vamos a vestirte.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.