Si no fuera por Rustam, Daniyal definitivamente se hubiera perdido esta boda. Inmediatamente regresaron a Suiza, había tanto trabajo que Dan retrasó el vuelo hasta el último momento y pensaba ir a buscar a la novia directamente del aeropuerto. Pero su amigo se encargó de los boletos, el avión llegó muy temprano, por eso llegaron a tiempo.
Esa mañana hacía frío, ellos recibieron a Dana y su hermana a la misma hora, él contaba cada segundo esperando el avión…
Daniyal luchaba con todas sus fuerzas para apartar los recuerdos de su cabeza, pero seguían entrando como nubes de tormenta, y en algún momento se dio por vencido. Le atormentaba la constante sensación de déjà vu, pero no le conmovía en absoluto nada de lo que ocurría, como si él fuera un espectador imparcial.
Dan nunca preguntó qué había acordado su padre con Zurab, fue suficiente que se llegara a un acuerdo en el que se tuvieron en cuenta todas sus demandas. Daniyal visitó a los Arisjanov solo una vez, pero no vio a Zarema, aunque trató de encontrarse con ella, porque consideraba su deber advertirle que su matrimonio era ficticio. Pero a ella la escondían obstinadamente, y el se dió por vencido. ¿Eso cambiaría algo? Ella es también una participante involuntaria de esta farsa, y a ella nadie le preguntará si está de acuerdo.
Por algún consentimiento tácito, estaba claro que Rustam no debería ser el padrino. Él ya fue padrino una vez en la boda real, y quién ahora hará esos papeles, no importaba mucho.
En el cortejo de bodas, Dan viajó en el auto de Rustam, y ambos parecían ser solo invitados en una fiesta ajena. Ni siquiera salieron del auto mientras los padrinos recogían a la novia.
Por extraño que parezca, el distanciamiento de Danyal en su propia boda era tomado por todos como algo normal.
Él y Rustam se pasaron toda la noche en una sala aparte en el restaurante en una tertulia puramente masculina; éste fue uno de los compromisos para los que dió su consentimiento Dan. No bebió en absoluto, esperó pacientemente mientras los invitados se divertían, a que llegara la hora de llevar a Zarema a la casa de los Bagraev.
Pero de manera imprevista, se emborrachó como una cuba Rustam, y debían tomar el avión por la mañana. Daniyal lo metió en el asiento trasero del todoterreno de Murat y lo llevaron a casa juntos. Y luego Dan fue a buscar a Zarema.
Vino, como debe hacer el joven esposo a la habitación de la joven esposa. Parece que nadie pensó en ponerla en conocimiento de que no habrá noche de bodas ni esta noche ni en un futuro cercano. Zarema estaba sentada tímidamente en el borde de la cama, Dan pensó de forma muy impersonal que ella era muy hermosa.
Seis meses atrás, habría considerado su derecho conyugal de manera muy diferente. Ahora no se sentía conmovido por la belleza de la chica, ni por su frescura, ni por su mirada interesada bajo sus pestañas agitadas.
Ante sus ojos había otra novia, ella era lo único que él necesitaba, sin ella todavía no podía respirar libremente...
Daniyal se acercó a la chica y se sentó a su lado. Se frotó los ojos, tenía muchos deseos de dormir, pero eso sería ya en el avión.
— Zarema, — sintió que ella se estremecía y se tensaba, — nuestro matrimonio es necesario para nuestras familias, por eso estamos aquí. Yo no quería que esto sucediera, lo siento. ¿Recuerdas a Dana, mi esposa? Yo la amo, así que entre tú y yo no habrá nada. Dentro de unas horas tomaré un avión hacia Zurich y tú te quedarás aquí. Me comprometo a proporcionarte todo lo que necesites, no carecerás de nada. Te prometo que podrás pedir el divorcio en la primera oportunidad que aparezca y te dejaré ir en las condiciones que tú decidas. Nos divorciarán rápidamente si dices que yo no cumplo mis deberes conyugales.
— Pero Dan... — su falsa esposa lo miró con los ojos llenos de lágrimas, — ¿qué dirán de nosotros?
— ¿De nosotros? —Dan se asombró — ¿Y quién y qué puede decir? Se trata de nuestras relaciones y de las relaciones de nuestras familias. Tu padre necesita el dinero de los Bagraev, él tiene problemas, y nosotros necesitamos las conexiones de los Arisjanov, nosotros también tenemos problemas. Ahora el círculo se ha cerrado, a todo el mundo le va bien, menos a ti y a mí, pero eso no debe importarle a nadie, ni siquiera a nosotros.
Se levantó, por un momento, algo se movió en su alma, cuando Zarema rompió a llorar y se cubrió la cara con las manos. Dan tocó su hombro y trató de decirlo lo más suave posible:
— Espero que podamos hacerlo lo suficientemente rápido para que puedas casarte con alguien que aprecie a una mujer tan maravillosa como tú. Y seguro que te irá bien. Yo voy a ducharme, tú acuéstate a dormir, los dos hemos tenido un día difícil hoy. Dormiré en la butaca, trataré de no roncar para no molestarte.
Ella estaba realmente cansada. Cuando Daniyal salió de la ducha, Zarema ya estaba resollando somnolienta en la almohada. Suspiró aliviado, no hubo escándalos, eso está bien. Se sentó en la butaca, tratando de ponerse cómodo, y cerró los ojos.
El registro empezará dentro de cuatro horas, es necesario despertarse antes, no se sabe en qué estado está Rustam. De cualquier manera, tiene un par de horas. Los recuerdos volvieron a inundarlo, pero los de aquella boda, la real, y ya no se resistió.
"Te añoro, Dana, te añoro tanto..."