Alessandro Cooper era un millonario de treinta años, dueño de una de las mayores compañías de Telecomunicaciones de Chicago. Tenía todo lo que quería en su vida. Dinero, poder, y por sobre todo estaba muy enamorado de una de las mujeres más bellas de Norteamérica. Estaba emocionado pues faltaba poco para su boda. Él estaba seguro que Rebeca Hilliard era la mujer que él necesitaba en su vida, la mujer de sus anhelos y la futura madre de sus hijos. Aunque ni sus padres ni su hermano mayor estaban de acuerdo. Pero a él eso, no le importaba.
Pero no contaba con la crueldad del destino. Toda su vida cambió en cuestión de segundos sin que él pudiera imaginarlo. Y una noche de copas y una profunda depresión lo llevaron a hacer algo del cual no fue consiente y tuvo sus consecuencias.
Paz por su lado es una mujer de veintiséis años con grandes aspiraciones llegó a Chicago con una gran meta. Cumplir su sueño más anhelado que siempre le había prometido a su difunta abuela.
Ella era de las personas más ahorrativas del universo, no le importaba caminar diez kilómetros con tal de ahorrar algo. Tenía muchas manías y una de ellas era escribir cartas y guardarlas en una caja. Lo hacía desde niña. Ya que no tenía muchos amigos, entonces era su manera de contar sus penas o sus anécdotas. Un día luego de meses de trabajo se cruzó con el jefe de la compañía y ella quedó fascinada con él. Ella aseguraba que fue amor a primera vista. Aunque él ni voltea a mirarla. Y no es que ella sea una mujer fea, sino que el hombre no tenía ojos para nadie más que para su prometida.
Entonces Paz Ramírez solo soñaba con él, idealizándolo, y desde ese momento él se convirtió en todo lo que ella pensaba en el día y en la noche, No existía otro hombre para ella. Soñaba con algún día al menos cruzar palabras con él. Y ese día muy pronto llegaría.
Para ella también una noche cambió toda su vida y lo que para algunos podría considerarse una catástrofe, para ella fue lo mejor que le había pasado. Gracias a esa noche ella pudo tomar las riendas de su vida.
¿Qué pasará cuando Paz se dé cuenta de que Alessandro Cooper nunca fue el hombre que ella necesitaba en su vida? Que ella necesitaba a su príncipe azul, no al ogro de la historia.
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— ¿Qué haces?
—Me voy.
— ¿Por qué? —sonrie irónico
— ¿Y qué quieres que siga haciendo aquí? Él volvió por ti. Y tú, tú lo amas. Y yo, yo no tengo nada que hacer aquí. De hecho no debí venir. No debí hacerme ilusiones contigo, soy un tonto. Lo supe desde un principio, ustedes están destinados a estar juntos.
— Toma — él me observa con intriga.
— Lee esta carta por favor, leela antes de irte.