Una carta para lisa

4. Sudores asquerosos.

(Antes de empezar, lisa, perdóname que ahora voy a empezar a sonar como tu papá. Tenme paciencia, y lee hasta el final, por favor)

Si a ti te tocara huir de tu casa ahora, lisa, descubrirás que no puedes mantenerte por tu cuenta.

Porque necesitarás dinero, que nadie te lo va a dar gratis. El capitalismo es así, y el socialismo es aún peor. Créeme que sé lo que te digo, lisa. Yo vivo en Venezuela.

Entonces, para ganar dinero, deberás hacer un trabajo. Pero descubrirás que trabajas más de lo que ganas, lo que te convertirá, en poco tiempo, en una pobre.

No existen milagros, lisa, ni maravillas como en las películas gringas. La pobreza, ahorita, la tienes a una vuelta de esquina. No le cortejes, ¡nunca! Huye de ella, ahora que puedes.

Usa a tus padres de muletas para apoyarte, lisa, así hablen mal de ti a tus espaldas. Míralo como el precio a pagar por usarlos de puente hacia tu futuro brillante y esplendoroso.

Pues si huyes de tu casa y, en general, le das la espalda a los problemas y te escabulles, la pobreza te arropará firmemente una vez que te atrape, y no te soltará, ¡nunca! La lotería, o las tarjeras de crédito, que son lo mismo, son una esclavitud que no funcionan en ninguna parte.

Entonces descubrirás, en poco tiempo, que ese trabajo que harás por comida y techo, no tiene nada que ver con todo aquello que amas.

Eso te convertirá en una carbonizada, burned out, amargada, más alejada que nunca de tu plena realización personal, y lo odiarás con toda tu alma.

Odiarás a ese trabajo y te odiarás a ti misma. Te acostarás, sin energías y sin dignidad, en tu pobre cama tragando lagrimas más amargas que las que lloras actualmente.

Yo no quiero que a ti te pase eso, lisa. Es una vida horrible, yo que te lo digo.

Así que te diré lo que haremos para evitarte ese futuro a corto plazo.

Lo primero que harás, lisa, es NO cometer los mismos errores que cometí yo. Déjame explicarte.

Yo me fui de mi casa a los 25 años, pero con la misma mentalidad y rencores generacionales de cuando yo tenía 15 años. Cometí el error de no madurar en esos 10 años.

En esos 10 años me convertí en un profesional, un genio del diseño gráfico. Pero no me convertí en la persona equilibrada que yo necesitaba ser, para evitar convertirme en mi propio peor enemigo una vez independizado, como me ocurrió tan catastróficamente.

En la universidad no me enseñaron a madurar. Me enseñaron a jugar bowling y pool. Me enseñaron la diferencia entre el vodka y la ginebra y, por supuesto, me enseñaron la talla de condones que se ajustaba a mis “necesidades”.

Nada de eso es malo por sí solo, lisa. Solo que todo eso te enseña es a estar entre “amigos”, cuya presencia y apoyo desaparecen, como por arte de magia, una vez que te atrapa una horrible enfermedad o, peor aún, te atrapa una espantosa deuda con acreedores que no dudarán en romperte (con suerte) una pierna si no les pagas en las próximas 24 horas.

Por increíble que parezca, lisa, los que van a salir para adelante, una vez que estés en problemas, son esa misma familia cuya vida te hacen tan difícil.

Evítales tener que hacer “milagros”, porque no son profetas. NO te metas en problemas que no puedas solucionar por ti misma. Así aprenderás a ser independiente.

Los “amigos” no te enseñan a evitar el cáncer, lisa. Oye este consejo: es mejor prevenir antes que lamentar. El cáncer de pulmón ya tiene cura. Siempre la ha tenido.

La cura es; no fumes. Así de sencillo es todo; prevención!!! No te metas donde haya luces sin una explicación que se vea desde afuera, porque caerás en una trampa donde te comerán viva.

Esto es muy importante, lisa; No escuches a los gurúes de la auto-ayuda y la superación. No prestes atención a ningún meme, memo, pastor, iluminado, saltimbanqui ni nadie que se haya hecho rico a base de diezmos, ofrendas o “contribuciones” de su feligresía o admiradores. Ponte sorda ante los Paulo Coelho que pululan en cada esquina. Todos son unos estafadores.

De uno de ellos, en ese entonces, escuché un consejo que encarecidamente, lisa, te ruego que NO LO SIGAS.

Él dijo, en su sesuda sabiduría y auto iluminación, que nunca es tarde para tener una infancia feliz.

Lo seguí, y terminé dilapidando el sudor de mi trabajo en “juguetes”, para luego terminar teniendo una segunda, tercera y cuarta adolescencia.

Imagínate tener que repetir cuatro veces tu adolescencia, sin que cambie ni la música.

Los “iluminados” que hablan así, son unos hijos de puta que no han probado en carne propia sus propios consejos. No los escuches. No escuches a nadie que habla “sabidurías” sin antes haberlas probado sobre sí mismo, a ver si en realidad funcionan.

Así que consejos como “Si quieres cambiar al mundo, empieza por ti mismo”, aprende a calibrarlos con astucia. Hay quienes dicen que ese consejo lo dio Albert Einstein. Una mentira tan grande no puede ser tolerada. Él era un científico, y los científicos prueban sus teorías antes de publicarlas.




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