Una chica adinerada de provincia

Episodio 9

ILONA.

Entro en una enorme tienda de maquinaria agrícola. Aquí hay de todo hasta el más mínimo detalle. Inmediatamente me recibe amablemente el vendedor Serhiy. Él siempre me atiende. Me aconseja y me explica si no entiendo o no sé algo. Amablemente me cuenta lo que significa tal o cual cosa. Es joven, atractivo, pero lleva un anillo de casado en su mano derecha. Respeto mucho a este joven. Y también me encanta que simplemente haga su trabajo. No se me insinúa, no me lanza miradas ambiguas, y no me suelta компліменти, como hacen otros.

Hoy primero elegimos correas larguísimas según el маркування, que indicó el tío Ivan. Necesitamos diez de inmediato. Menos mal que están enrolladas, si no, no cabrían en el coche.

En media hora terminamos con las correas, e inmediatamente pasamos a los rodamientos, y detalles más pequeños.

Al rato ya estoy en la caja, y Serhiy junta todo lo que le digo en una caja de cartón.

De repente noto la mirada tensa del vendedor консультант, que mira a algún lado más allá de mí. Y al momento me estremezco de que la mano caliente de alguien se posa en mi талія, y mis labios calientes tocan mi hombro desnudo.

De esto como que me recorre una corriente, me agrada, pero al instante me tenso por completo. No puedo imaginar quién me está cortejando tan bien. Giro la cabeza tensa hacia un lado, y me encuentro con unos hermosos ojos verdes. Parpadeo y me doy cuenta de que es David.

No alcanzo a decir nada, porque él me abraza tiernamente, y susurra con voz ronca.

— ¡Perdón! No quería asustarte.

Yo suspiro, y por un momento me apoyo en el guapo, que huele a un perfume masculino embriagador. De verdad que me asustó. Ya había pensado que era Mark quien me perseguía. Suspiro y me alegro de que mis pensamientos sean erróneos.

Noto las miradas curiosas, tanto de los vendedores, como de los visitantes. Con cuidado me libero de los abrazos de David, y él, mirándome a los ojos, confiesa con voz ronca.

— Apenas te he alcanzado. No pensaba que fueras tan rápido en este tu coche.

— Ya viste qué motor tiene — sonrío. Y noto que David lleva pantalones cortos blancos, y una camiseta igual. Para mis adentros señalo que el color blanco le sienta bien a su piel bronceada.

— ¡Disculpen! — nos interrumpe Serhiy —. ¿Qué sigue en la lista?

Traslado la mirada al консультант. Me pongo nerviosa, y culpable digo.

— ¡Perdón! — empiezo de nuevo a nombrar todo lo que aún queda en la lista.

Siento una tremenda emoción, de que David me vuelva a abrazar. Él tan inesperadamente me quita la lista de las manos, y sigue nombrando las piezas y el маркування.

Estoy desconcertada por las acciones del hombre. La verdad es que con una propiedad tan descarada, aún no me había topado. Aunque en los brazos de este guapo, me siento increíblemente.

Después de dictar todo lo que aún quedaba, David me devuelve la lista. Y Serhiy mientras tanto, después de empaquetar la compra en tres cajas bastante grandes, y esto sin contar las correas, dice una suma redonda para pagar.

David me suelta, y ni siquiera alcanzo a entender lo que pasa, cuando él a la pregunta de Serhiy, - ¿cómo vamos a realizar el pago?, responde.

— El cálculo realícelo, por favor, a través del терминал.

Mientras yo, pestañeando confundida, saco mi teléfono del pequeño клатча, que cuelga de mi hombro, David realiza el pago con su teléfono.

Yo confundida le miro a los ojos. No entiendo por qué lo hizo. No son doscientos гривень, y ni siquiera dos mil...

— David, ¿por qué..? — pregunto desconcertada.

— ¡Porque me agrada! — responde elhombre guiñándome un ojo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.