PRÓLOGO
En la vida siempre hay cosas de las cuales uno se forma desde un principio. Yo tengo un futuro asegurado pero un pasado muy turbio, hasta cierto punto.
Tengo la costumbre que después de salir de la oficina, todos los viernes y miércoles voy a un bar que queda de camino a casa y hoy no será la excepción que vaya.
He tenido un muy largo, largo día de trabajo.
Al llegar al bar me percato que una vez más he coincidido con ella; está concentrada en su laptop. Esta vez sola y sin otra cosa que hacer más que escribir y tomando una copa de vino.
Al estudiar sus movimientos. Observo que la copa está llena... Por ello deduzco que no lleva mucho tiempo acá.
Dejo pasar cierto tiempo para poder armarme de valor y decido caminar desde la barra – en donde me encuentro- hasta ella.
Ella se voltea y me ve de la cabeza hacia los pies, alza una ceja curiosa...
-Hola, Me llamo Kendal- sigue atenta a mis movimientos- ¿Puedo tomar asiento? -mi corazón late a mil por hora al ver que no se inmuta.
Esta vez antes de venir ha hablarle decidí pedir solo una taza de café.
Estoy tratando de dejar el licor.
-Claro, no espero a nadie- ella sonríe y voltea de nuevo a la computadora.
- Gracias- le sonrío y ella cierra su laptop.
-Me llamó Lissel- me extiende la mano y yo le correspondo al saludo; tomó un sorbo de café. Vaya si esta chica no me pone nervioso.
-¿Te interrumpo?- si Kendal, más inteligente no podrías ser.
-Para nada solamente estaba enviando unos correos- ella toma un sorbo de vino tinto.-
-Eso me tranquiliza- sonrío y ella lo hace también.
Un silencio absurdamente incomodo se hace presente.
-Es enserio, ¿me has pedido el lugar y no piensas decir nada?- Alza un ceja y voltea a ver el resto del lugar- No se si te diste cuenta pero el lugar esta casi vació.-
-Eso ya lo sé- contesto y la veo guardando sus cosas- ¿Qué haces?- abro los ojos como platos al ver que se dispone a irse.
-Pues me voy de aquí, ¿no lo ves?- me mira obvia y le da el ultimo trago a la copa.
Tomó de su muñeca y tiro suavemente, ella alza una ceja y me ve con la mirada más coqueta que se pueden imaginar.
-No te vayas aun Lissel, disculpa que sea un tonto pero estoy nervioso- pienso unas ocho veces lo que salió de mi boca y aunque ya se que no me puedo retractar, solo me limito a sonreír le de la manera mas sincera que creo que puedo. De todas formas si estoy nervioso, ella es muy guapa.
-Bueno por lo menos te hice reaccionar- sonríe mostrando casi todos sus dientes... tiene una sonrisa tan hermosa, toma asiento de nuevo y le hace señas al mesero de que desea otra copa de vino.
-Esta no es la primera vez que te veo acá Lissel.- Sonrío y le veo curiosa por lo que acabo de decir.
-¿Así?- y alza de nuevo una ceja, es muy coqueta- Es obvio que no es la primera vez... -llega el mesero y le sirve más vino- Gracias, Fred- dice mientras toma la copa entre sus dedos y la acerca a la boca- vengo muy seguido a despejarme por acá y creo que si no me hubieses visto antes no estarías sentado frente a mi.- sonríe y vuelve a tomar de su copa.
-Eso es cierto...-trago duro- probablemente si te hubiese visto hoy por primera vez no te estaría hablando si no que esperaría que vinieras de nuevo otro día.- Le sonrió.
-Bueno entonces ahora resulta ¿qué me acosas Kendal? -Sonríe sonrojada -Es decir ¿cuanto tiempo tuviste que esperar para hablarme?
-No soy ningún acosador -Niego, ella carcajea.
-Tranquilo sólo decía para ver que cara hacías- me interrumpe.
-Estoy tranquilo... pues más de un mes -sonrío haciendo cara de inocente - es que cada que te veía estabas muy ocupada en tus cosas:
O tenías audífonos o estabas comiendo, a veces acompañada. Y hasta hoy vi que no estabas tan ocupada- Le guiño un ojo y ella se sumerge en su copa de vino.
-Te diré algo- ella clava su ojos color miel en los míos azules.-Llevo más de dos semanas esperando a que me hables. -Roda los ojos.
-¿Es en serio?- pregunto sorprendido, asiente con la cabeza- Disculpa mi idiotez pero de verdad que cuando quiero me paso - suspiro por la vergüenza.
-Tranquilo, lo bueno es que ya lo hiciste- sonríe y me ve a los ojos, se quita las gafas y se hace una coleta- ¿sabes que hora es? - pregunta viendo hacia el reloj en mi muñeca izquierda.
- Son las 20:35...-respondo y la veo a los ojos sin los cristales- ¿se te hace tarde?- pregunto.
-¡Dios mío!-dice toma su bolso y me ve y toma un plumón de los que tiene sobre su agenda toma la servilleta y escribe algo- Este es mi número Kendal ha sido un verdadero placer conocerte...-esboza una sonrisa, la más sincera que he visto durante la semana.
-¿Puedo acompañarte?- me ve y sonríe
-Tranquilo no corras que te puedes tropezar Kendal... llámame y nos veremos pronto, ¿de acuerdo? - Me sonríe, se levanta y le veo caminar hacia la puerta pero llegando se regresa y deja sobre la mesa el dinero de sus dos copas...
-¿Puedo invitarte?- le digo aunque no me escucha, sale y la veo subir a un auto BMW Color gris...
***
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Editado: 01.11.2018