Lord Bonick regresó a Londres con la esperanza de por fin encontrar a su hija.
Al llegar fue a visitar a su primo para comentarle todo lo sucedido.
-Entonces todo este tiempo estuvo con la hermanastra de tu esposa.
-Si, al parecer ella la crio como a su hija.
-Me alegro de que por fin hayas dado con tu hija y espero que la conozcas pronto.
-Yo también, solo espero que me perdone por tantos años de ausencia.
-Así será primo.
Al día siguiente Lord Bonick decidió dirigirse a la dirección que Lady Lowell le había dado. Tardó dos horas en llegar desde Londres y lo recibió el ama de llaves.
-Buenas tardes, se encuentran los señores Jones.
-Buenas tardes, ¿Quién los busca?
-El duque de Leeds.
-Espere un momento por favor, anunciare de su llegada.
-Disculpe señora, a usted y al señor los busca un duque.
- ¿Un duque?
-Si señora, el duque de...
-Y que esperas, hazlo pasar.
-Si señora.
-Buenas tardes señores Jones.
-Buenas tardes mi Lord, ¿A que debemos su grata visita?
-Unos amigos míos me dijeron que su esposo es un gran comerciante y me gustaría hacer negocios con él.
- ¡Oh! Por favor acompáñeme, lo llevare a su oficina.
-Muchas gracias señora.
Mientras hablaban los señores, Lady Christine fue a la cocina a pedir bocadillos.
-Ariana, necesito que prepares unos bocadillos y los lleves a la oficina del señor.
-Si mi Lady.
Lord Bonick hablaba de negocios cuando entró una joven con bocadillos y bebidas.
-Buenas tardes señores (dijo Ariana saludando cordialmente)
-Gracias Ariana, puedes retirarte (dijo el señor Jones).
-Si señor, con su permiso (dijo retirándose del lugar).
Al verla Lord Bonick se dio cuenta que aquella joven era muy parecida a su difunta esposa.
- ¿Es su hija? (preguntó curioso).
-No, es la ayudante de la cocinera, mis hijas están en la salita de té bordando con su madre.
-Entiendo, y la joven que acaba de salir ¿Desde cuándo trabaja aquí?
-Desde pequeña, mi esposa la adoptó y cuido hasta que nuestras hijas crecieron, esa joven es la doncella de mis hijas menores.
Lord Bonick no podía creer lo que le decía aquel señor, su hija era tratada como una sirvienta, le hervía la sangre de coraje.
Se quedó un poco más conversando con esas personas hasta antes de la comida, al retirarse de ahí se dirigió al palacio a visitar a su primo.
- ¡Primo! Qué sorpresa verte por acá tan tarde.
-La he encontrado, por fin encontré a mi hija.
- ¿Y dónde está?
-Trabaja como sirvienta en casa de la familia Jones, es extraño, la hermana de mi difunta esposa me dijo que la trataban como a una hija, y que cuidaban muy bien de ella, pero es solo una simple doncella para las hijas de ellos.
-No puedo creerlo, ¿Qué piensas hacer?
-Recuperarla, pero necesito tu ayuda, quiero que esas personas paguen por tratar así a mi hija.
-Por supuesto, se les castigará por maltratar a la sobrina del rey, su acto no quedará impune.
-Gracias primo.
Lord Bonick no podía esperar para llevarse a su hija, estaba ansioso y temeroso, esperaba que su hija no lo rechazará y entendiera sus razones.
A la mañana siguiente fue a ver a su primo para obtener la ayuda que necesitaba.
-Gracias primo, no tengo como agradecerte por toda tu ayuda y apoyo.
-No agradezcas primo, yo también quiero conocer a tu hija y saber que está bien.
-Gracias, pronto volveré con ella.
Con la ayuda de su primo regreso a la mansión de los Jones.
-Buenas tardes mi Lord, es un gusto tenerlo aquí de nuevo (dijo Lady Christine alegre).
-Gracias, quisiera hablar con usted y con su esposo.
Lady Christine pensando que Lord Leeds quería hablar de negocios fue a buscar a su esposo para darle la buena noticia y juntos reunirse con él.
-Buenas tardes señor, es un gusto tenerlo aquí de vuelta.
-Gracias, tengo un asunto que tratar con ustedes.
-Claro, ¿De qué se trata?
-Quiero saber quién es la joven Ariana.
- ¡Oh! (dijo Lady Christine un poco nerviosa) es la doncella de mis hijas, ella las ayuda a arreglarse y a terminar sus deberes.
- ¿Y cómo llegó esta joven a trabajar aquí?
-Disculpe señor, pero sus preguntas no tienen nada que ver con los negocios a tratar.
-Lo sé, pero no vengo aquí por negocios.
-Si no es así, entonces le pido por favor que se retire.
-No lo haré, aquella joven que tiene por doncella es mi hija y si no contesta mis preguntas serán arrestados.
-Esa joven no puede ser su hija, la adopte siendo un bebé.
-Usted señora miente, mi difunta esposa la dejó a su cuidado antes de morir.
-No creo conocer a su esposa.
-Entonces no recuerda a Lady Antonette, su hermanastra.
- ¿Cómo lo sabe?
-Porque ella fue mi esposa y Lady Elizabeth me contó que usted estaba al cuidado de mi hija, por lo que vengo por ella.
-Está bien, puede llevársela, no quiero problemas.
-Gracias, por favor mándela a llamar.
Lady Christine se dirigió a la cocina donde siempre se encontraba Ariana.
-Recoge tus cosas, te iras.
-Por favor madre no me lleve de nuevo con Michelle me he portado bien.
-Solo recoge tus cosas, te esperare afuera de la oficina de mi esposo.
-Si madre (dijo Ariana angustiada, temía que la llevara de nuevo con su hermana).
Ariana recogió sus pocas pertenencias y se dirigió a la oficina, donde entró en compañía de su madre, ahí se encontraba su padre y un señor que nunca había visto pero se le hacía lejanamente familiar.
-Aquí esta señor.
-Muchas gracias.
(Ariana no podía creer lo que escuchaba, su madre estaba permitiendo que ese señor se la llevara, porque lo habría hecho, se dirigió al carruaje junto al señor).
- ¿Quién es usted?
-Mi nombre es Elliot Bonick, Lord de Leeds y ¿Usted señorita?
-Me llamo Ariana Jones (se encontraba contrariada, aquel señor parecía amable, pero aún no entendía porque estaba con él), ¿Porque me ha llevado? ¿Acaso me ha desposado?
-No, es un larga historia y espero que al escucharla comprenda y logre perdonarme.
-¿Perdonarlo? No entiendo señor, de que debería perdonarlo si apenas lo conozco.
-Paciencia, pronto sabrá por qué.