Una Deuda, Una Oportunidad De Encontrar El Amor

CAPITULO 21

- Ponganse la ropa por favor.

Ambos se apresuraron a hacerlo en silencio. La chica capataz procedió a sentarse frente al escritorio mientras dejaba que los “pillados” se vistieran con confianza a sus espaldas.

Las ideas pasaban vertiginosamente por su cabeza. Cuando al fin Julian se sentó en su lugar de siempre ella se adelantó a hablar.

- No me interesa cuál es la relación que hay entre ustedes, de cierto, lo que acabo de ver explica muchas cosas que no encajaban en mi mente. Seamos honestos, esto no es justo para nadie, en especial para ella que debe permanecer en las sombras escondiendo una relación contigo por no sé qué razón. Espero que mañana llames al abogado para que inicie los papeles del divorcio, quiero todo listo pronto.- Él la miraba con su ceño fruncido y el habitual hábito de colocar los brazos cruzados sobre su pecho, la analizaba, intentaría atacar; por lo tanto, Adela continuó para no ser interrumpida- No obviaré mi deuda, continuaré con los términos del contrato laboral los 7 meses que hacen falta, después de ese tiempo regresaré con los míos. No continuaré aislada del mundo y podré llamarlos una vez por semana.

- ¿Te dió tiempo de pensar todo eso?- respondió su esposo irónico

- Cuando una persona tiene sus anhelos claros, no necesita pensarlo mucho, ¿estamos de acuerdo?

- Si no lo hago, ¿qué ocurrirá? me imagino que planeas vengarte de alguna manera.

- Julian, no soy igual a tí, el nombre de Germinia no va a ser manchado con difamación alguna de mi parte- la mujer sollozó, estaba aturdida, avergonzada y llena de esperanzas.

- ¡O sea, si no firmo el divorcio no harás nada!

- Te comportas de un modo bastante ridículo- el tono de la muchacha era tranquilo y risueño- exiges respeto y silencio en toda esta situación y pasas por alto los sentimientos de los demás, ella debe sentir algo muy fuerte por tí para permitirte toda esta locura. Mañana espero que el abogado venga, Germinia te dejo a cargo del proceso.

La mujer asintió con la cabeza gacha, un pañuelo en su mano evidenciaba el llanto silencioso. La muchacha se levantó segura dirigiéndose a la puerta, antes de salir se volteó:

- Gracias por este regalo de cumpleaños tan maravilloso.

El ama de llaves se levantó en silencio, ajustó su ropa y su cabello para marcharse también

- ¡No te vayas!

- No debí perdonarte tan rápido, siempre cedo contigo. Voy a descansar.

- No te pido sexo, solo compañía, estoy confundido.

- ¿acaso te gusta la chiquilla?

- No, es que siento que todo se me sale de control

- El ser humano no puede controlarlo todo, ves, me enamoré de mi cuñado, ojalá y nunca hubiera pasado pero sucedió. Ya renuncia a esas tierras, se que la deuda del señor Pablo era solo la excusa para obligarlo a entregarte su parcela. Perdiste desde el momento que descubriste que las dueñas son las hijas, Adela ha demostrado gran capacidad e inteligencia, para la muestra un botón. Te pudo intentar chantajear y no lo hizo, solo pidió lo justo. Te advierto que seguiré sus ordenes de ponerme al frente, no soporto más esta farsa que me hace parecer una amante de segunda.

- Sabes perfectamente que no lo eres, Mina eres lo más importante en mi vida.

- Espero que lo demuestres. Hasta mañana.

A la mañana siguiente cada quien se dedicó a lo suyo: Germinia llamó al abogado para que se presentara en Los Laureles ese mismo día, Adela fue a los cultivo, Julian se fue a trabajar con Mario en los establos. 

- ¿Te sucede algo?- preguntó Julian a su capataz al notarlo silencioso.

- No, tengo muchas cosas en la cabeza, principalmente sabiendo que las fiestas patronales son este fin de semana.

- No, hay algo más, te conozco desde que naciste.

- Creo que a tí también te ocurre algo y quieres desentenderte de tí mismo conmigo.

- Por Dios Mario, eso sonó a trabalenguas.

- Yo hablo si tú lo haces

El señor Santoya, continuó cepillando al semental pensativo, buscando la manera de desahogarse sin ser descubierto, con su esposita de mentiras bastaba.

- Germinia anda alterada por lo que viene, aún no entiende que es parte de la pantalla que debo mostrar para no delatarme.

- Ya deberías estar acostumbrado, fue su hermana la asesinada, la única familia que le quedaba.

- ¿y nosotros no somos ahora su familia?

- Una cosa no excluye a la otra, el dolor a veces deja huellas profundas con cicatrices que jamás sanan. Germinia dejará de molestarte el día que dejes de aceptar la presencia de María en esta casa.

- Entonces esa bandida sospecharía de quien es el investigador que le pone las redadas. Nadie conoce mi estatus, solo ustedes dos, no puedo exponerme. Además, nunca hubo evidencias que le incriminaran, le sigo las pistas como a cualquier narcotraficante.

- Eres el único que no ve la conexión.

- No me puedo paralizar, así no haría bien mi trabajo.




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