Una Esposa Para El Arabe

Prólogo

El tiempo es tan efímero como algunos sentimientos, pues en ciertas ocasiones pasa como un suspiro que apenas lo notamos cuando ya se ha ido dejando un gran vacío en nuestro interior.

Dicen que el tiempo acomoda las cosas para que tu camino sea más llevadero y Nicole debía darle la razón a quien invento aquella frase, después de tanto tiempo se sentía lista y preparada para regresar a Kuwait aunque no lo haria sola.

—Nena, ¿estás segura?—Nicole asintió mirando los ojos claros y expresivo de su acompañante.

—Sí, Robert, vamos—el chico era un sol y lo demostró al acompañarla a la coronación, a pesar de que estar allí sería incómodo para el.

—Al fin salen, saben que no me gusta esperar—ambos rieron ante Nick y subieron al auto, ella había decido hospedarse en un hotel, pues estar en el mismo lugar donde compartió tanto con Omer no le agradaba en lo más mínimo.

Esos más de dos años la había no solo hecho madurar, sino ver el mundo de manera distinta, tuvo que convertirse en alguien fuerte y valiente cuando empezó sus estudios, pues se dio cuenta de que estaba en un nido de víboras.

Nicole tenia exactamente dos años y cuatro meses que había salido del palacio, no había vuelto y eso intrigaba a muchos que sospechaban del amorío que tuvo con el sobrino del antiguo jeque.

Nicole tenia un poco de nervios por lo que dirían las personas al verla, no obstante ella tenia claro que debía estar con su hermana en ese momento especial, pues no todos los días tu hermana mayor se convierte en la jequeza de una nación.

—Bienvenida cuñada—Farid la recibió con una sonrisa y rompiendo un par de códigos le dio un beso en la mejilla y la abrazo, el sabía que ese gesto suyo la hacía sentir segura y en calma.

—Tu si sabes como calmarme, eres como ese hermano mayor que siempre quise, pero que me conforme con tu esposa—bromeo diciendo algo de verdad y de mentira, viendo a su hermana entrecerrar los ojos con fingida molestia.

—En la otra vida pediré que no nazcas—musito la latina mayor y se abrazaron, luego de algunos saludar a la recién llegada y sus invitados todos siguieron disfrutando de la fiesta, tanto Nai como Farid querían saber como sería el encuentro entre Omer y Nicole pero a la vez querían disfrutar de la nueva etapa que iniciarían.

—No fue tan malo—murmuro Robert, Nick se tocó la barbilla enojado, pues aún le dolía el golpe.

—Claro, lo dices como tu no fuiste que recibiste un golpe por estar tomando la cintura de Ni—el chico fue a la nevera y saco una bebida fría para ponerla en su rostro.

—Por suerte ya la mayoría de las personas se habían ido—menciona Nicole suspirando.

—No te vengas a poner ñoño, pues nadie te pidió ponerte cariñoso—Nick se enojó; sin embargo, sabía que Robert tenia razón.

—Ya chicos vamos a dormir, les haré un delicioso masaje—los tres fueron hasta la habitación y se alistaron para dormir.

Nadie que los conociera entendían la relación entre esos tres, pero igual no se atrevían a juzgarlos.

Nicole estaba a punto de irse de nuevo para Estados Unidos, estaba revisando que todo estuviera en las maletas cuando le avisaron que del palacio le habían enviado un paquete y que debía recogerlo en el lobby porque era muy pesado, pareciéndole extraño, no se preocupó y decidió bajar a averiguar que era.

—Voy a buscar algo, por favor estén listos los cuatro que no pienso darme el lujo de llegar al aeropuerto tarde otra vez o mejor dicho en cuanto estén listos bajen—aclaro y los cuatro pares de ojos asintieron mirándola con amor y admiración.

Bajo hasta el primer nivel llego al lobby donde vio dos cajas de regalo, estaba a punto de dar las gracias y pedir un taxi, pues ya debían partir.

—Señorita puede...

—¿Por qué tienes regalos de la tienda de bebes más grande de todo Kuwait y sobre todo que le pertenece a tu hermana?—Nicole se sorprendió al escuchar aquella voz que había evitado los últimos días que le restaban en aquel país.

Su sola presencia le erizaba la piel y la hacía sentir sumamente triste y decepcionada por lo cobarde que él fue al no defender su amor.

Desde que se marchó no quiso saber nada de lo que sucedía en Kuwait, asi que era un misterio total lo que pasaba por la vida de Omer.

—Este ese no es asunto tuyo y…—los nervios la traicionaron cuando vio el ascensor abrirse mostrando a sus compañeros de viaje.

Miro a Robert y a Nick fijamente, en espera de que entendieran su angustia, el segundo se dio cuenta y despachando al primero se acerca ella.

—Te he preguntado por qué tienes regalos de bebe, acaso tu tuviste un hijo mi…

—No niño bonito Ni está embarazada de nosotros, por eso mi cuñada nos dio obsequios para nuestro ratoncito—Nick hablo acercándose a ella, Omer estuvo a punto de golpearlo, pero ella se interpuso colocándose en frente.

—Omer tu eres un hombre felizmente casado que no deberías preocuparte por lo que tu amante del pasado haga con su vida, asi que por favor dejame en paz de una buena vez y vete con tu princesa que por cierto vi en las revista que está embarazada seguro por eso no la vi en la coronación asi que da media vuelta y dejame ser feliz con la familia que si me ha elegido…

 




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