Una Esposa Para El Arabe

4 Reencuentro desastroso

Nicole Castillo

—Tranquila Nicole, salió negativa—dice mi hermana mirando la barrita de plástico.

—Oh, por todos los cielos querías que fuera positivo—afirma mi hermana y bajo la cabeza, ya en estos minutos me había hecho la idea y no me desagradaba, pues sería fruto de nuestro amor.

 Un hijo mio y de Omer sería maravilloso, además de que si fuera varón sería muy guapo y si era niña una hermosura.

—No es eso, es que bueno, no importa seguiré adelante—me fui a mi habitación y revise mi calendario, hace tres meses que llegamos y tengo eso mismo de retraso, asi que si no es un embarazo debo ir a una revisión, pues algo debo de tener.

Los días siguiente todo parecía ir bien, mi hermana mejorando, mis sobrinos creciendo y yo estudiando, me gustaba la universidad y mis compañeros eran maravillosos.

—¿Hija que sucede?—mi madre agarra mi cabello mientras vomito sin parar, ya hice una cita médica pero será hasta mañana.

—No me siento bien yo—sentí como la oscuridad se apoderaba de mi ser y simplemente me deje llevar.

—Si ella despertara en un rato, lo ideal es no agobiarla, pues su presión arterial está por las nubes y en su condición no es lo ideal—escuche una voz a la distancia mientras me sentía adolorida.

Fui abriendo mis ojos lentamente hasta que enfoque a mi madre y cuñado, los cuales hablaban con un joven doctor.

—Hija, al fin despiertas—en cuanto mi madre habla recuerdo que estaba vomitando en el baño y me desmaye, los tres pares de ojos se me acercan.

—Me siento adolorida y confundida—expreso.

—Es normal, yo soy el obstetra Nicolás Abreu, estaré atendiéndote en tu embarazo si estás de acuerdo—musito el chico que no parecía ni de 20 años.

—¿Tienes ID?—fue lo primero que salió de mi boca, el se sonrojó y los demás rieron.

—Gracias por el halago, y si ya,  en realidad, tengo 27 años, soy como dicen un chico super dotado, a los 15 ya estaba cursando la carrera de medicina y a los 18 ya estaba haciendo la especialidad, aquí tengo 4 años trabajando y he recibido más de 3000 bebes en situaciones complicadas, me especializo en tratar embarazos juveniles y con dificultades de salud como las tuyas. Aunque si deseas puedo referirte a algunos de mis colegas mayores y con más experiencia en el campo—el me sonrió y negué.

—¿Eres soltero?—el se carcajeó y asintió, aunque sus mejillas se tornaron rojas.

—Lo soy pero soy tan gay como tu hetero, ¿aceptas que hagamos esto juntos?—pregunta y asiento sabiendo que se refiere a mi salud.

—Hija, eres muy imprudente…

—Espera dijo, ¿embarazo?—todos me miran confundidos y el doctor Nick asiente.

—Correcto, pensé que sabías, pues tienes 13 semanas—respondió y comencé a llorar.

—Me gustaría que me explique que procede con mi cuñada y sobrino—escuche a Farid salir con mi sexi doctor y regresar minutos después con el acta.

—Aquí tenemos todo para tus cuidados, asi que levanta el trasero y sé obediente que ustedes deben estar bien o mi hermosa latina me mata—sonrei y toque mi vientre, el fruto de mi amor con Omer estaría a mi lado para toda la vida.

—Te voy a extrañar mucho—las despedidas son tristes pero necesarias.

—Yo también, cuidate, prometo volver con mamá en cuando te toquen vacaciones—Nairoby me abrazo y luego fue el turno de mi cuñado, el  cual estas últimas semanas se había vuelto un hermano mayor para mí, acaricio mi vientre cinco meses y me acerque a mis sobrinos.

—Adiós mis sobrinos favoritos, los amo—verlos partir fue difícil pero al menos tengo el consuelo que mi madre regresara en unas semanas.

Ahora solo me toca esperar que las cosas se acomoden y aunque de vez en cuando me embarga la tristeza de que Omer no podrá disfrutar esta etapa conmigo, es lo mejor para mí y ahora yo decido ser egoísta por mi bienestar.

Narrador omnisciente

—No fue tan malo—murmuro Robert, Nick se tocó la barbilla enojado, pues aún le dolía el golpe.

—Claro, lo dices como tu no fuiste que recibiste un golpe por estar tomando la cintura de Ni—el chico fue a la nevera y saco una bebida fría para ponerla en su rostro.

—Por suerte ya la mayoría de las personas se habían ido—menciona Nicole suspirando.

—No te vengas a poner ñoño, pues nadie te pidió ponerte cariñoso—Nick se enojó; sin embargo, sabía que Robert tenia razón.

—Ya chicos vamos a dormir, les haré un delicioso masaje—los tres fueron hasta la habitación y se alistaron para dormir.

Nadie que los conociera entendían la relación entre esos tres, pero igual no se atrevían a juzgarlos.

Nicole estaba a punto de irse de nuevo para Estados Unidos, estaba revisando que todo estuviera en las maletas cuando le avisaron que del palacio le habían enviado un paquete y que debía recogerlo en el lobby porque era muy pesado, pareciéndole extraño, no se preocupó y decidió bajar a averiguar que era.

—Voy a buscar algo, por favor estén listos los cuatro que no pienso darme el lujo de llegar al aeropuerto tarde otra vez o mejor dicho en cuanto estén listos bajen—aclaro y los cuatro pares de ojos asintieron mirándola con amor y admiración.

Bajo hasta el primer nivel llego al lobby donde vio dos caja de regalo, estaba a punto de dar las gracias y pedir un taxi, pues ya debían partir.

—Señorita puede...

—¿Por qué tienes regalos de la tienda de bebes más grande de todo Kuwait y sobre todo que le pertenece a tu hermana?—Nicole se sorprendió al escuchar aquella voz que había evitado los últimos días que le restaban en aquel país.

Su sola presencia le erizaba la piel y la hacía sentir sumamente triste y decepcionada por lo cobarde que él fue al no defender su amor.

Desde que se marchó no quiso saber nada de lo que sucedía en Kuwait, asi que era un misterio total lo que pasaba por la vida de Omer.




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