Una hija para el Ceo solitario

Capítulo 11: Prudente

La impresión dejó fría a Hannah, nunca mejor dicho. ¿Cómo que era el dueño del lugar? Espera… ¿Acaso el Grupo Seele no se dedicaba exclusivamente a la gestión en términos tecnológicos? Había estudiado el organigrama y sus derredores, y no sabía nada sobre eso.

Percibiendo su duda, Andrew sonrió y explicó con calma:

—El Grupo Seele no es mi único negocio, señorita Roth; sin embargo, es más o menos el principal. Lamento no haberle informado al respecto, pero son negocios que no interfieren con mi agenda, ya que son gestionados por terceros. No obstante, de ser necesario, le facilitaré un leve resumen pronto.

La muchacha solo atinó a asentir con la cabeza.

—Bueno, iré a cambiarme de nuevo —dijo, se dio la vuelta y volvió al camerino.

La sonrisa de Andrew no se desdibujó en ningún momento y, dándose cuenta de esto, la astuta Ali se acomodó en su abrazo y le susurró, como si compartiera un secreto:

—Papi, ¿verdad que mami es hermosa? Es la más linda del mundo mundial.

El muchacho volteó a verla con ojos dudosos pero, tal como todas sus reacciones, medidas y lentas, atinó a sonreír y, por impulso, le acarició la cabeza de manera juguetona, lo que hizo reír a la nena y enterneció a todos los presentes en el comercio.

—Eres bastante pícara, ¿eh? —Alisson le sonrió inocente, lo que le ablandó todavía más el corazón, mostrando su debilidad por los niños, por esta pequeña en realidad—. Pero tienes razón… tu madre es una mujer hermosa. Tienes mucha suerte de tenerla.

El orgullo se hizo presente en los resplandecientes ojos de la niña, que asintió gustosa con la cabeza y siguió abrazada a él.

Y Andrew no la soltó.

Hannah salió, aún curiosa por la escena, y fue directo a pagar.

Cuando regresaba para tomar sus compras, vio que Andrew bajaba a Ali y tomaba las bolsas como si nada.

—Ya que estamos, ¿les parece si las llevo a casa? Está de camino.

La muchacha estaba a punto de negarse, pero Ali intervino como si nada:

—¡Claro, papi! —Tomó la mano de su madre y la instó—: Vamos, mami, vamos…

Y así, guiada por su hija y en medio de un raro ambiente afable, fueron con su jefe. Al llegar al auto, un hombre abrió la puerta trasera, y Andrew les indicó a ellas que entraran primero. Hannah, Ali, y él al final tras guardar las compras ajenas en el baúl.

—Harold, vamos a la casa de la señorita.

—Entendido, señor —contestó el hombre al volante, en tanto todos se ponían los cinturones.

—Gracias por llevarnos a casa, señor Cook —murmuró Hannah con calma, dándole un vistazo al varón al otro lado.

—No se preocupe… está bien dar un aventón, además, de cierta manera el conflicto de antes es parte mi responsabilidad. Hablaré con los Becker para que traten con Emma.

—¡Esa mujer fea es horrible! —chilló molesta Ali e hizo un mohín.

Andrew soltó una risita sin poder evitarlo, y suspiró.

—Tienes un poco de razón… Por cierto, cambiando de tema, ¿cómo te va en la nueva escuela, pequeña señorita Roth? —Miró a la niña con cierto interés.

Esta sonrió emocionada.

—¡Es genial! Conocí a mucha gente, y puedo hablar con muchas personas, y las clases son más difíciles, lo que me encanta.

—Es bueno que te estés divirtiendo. Es una buena escuela.

—Me gusta mucho. —Ali asintió con la cabeza—. El próximo sábado hay una excursión al bosque para explorar, van a ir los padres y los hijos. La maestra dice que va a ser muy divertido, harán muchos juegos y premios y todas esas cosas, creo que me divertiré mucho.

Alisson hablaba como si conociera a Andrew de toda la vida, como si él de verdad fuera su padre, lo que a su madre la impresionaba e inquietaba a partes iguales, pues su hija no solía ser tan abierta a dialogar con los adultos.

—Oh… de seguro será muy divertido. El bosque es lindo, aunque húmedo, y en esta época más.

—¿Te gusta el bosque? —preguntó la nena, con sus orbes marrones centelleando de expectación.

—Sí, claro. De pequeño solía ir de excursión con mi padre y mi hermano, pero hace tiempo que no lo hago.

Esas palabras fueron una revelación para la pequeña, que enseguida se sentó derecha y lo miró ilusionada.

—¡¿Y si vas con nosotras?! Mami irá conmigo, pero ella es horrible acampando. Si tú lo has hecho antes, ¡podemos ganar algo! ¡podemos ganar un premio lindo! ¡Anda, di que sí, solo será el sábado y la mañana del domingo!

Hannah enseguida la miró acusadora.

—Alisson Roth, deja de hacer estas cosas. El señor Cook es mi jefe, y es evidente que no tiene tiempo para esto. Recuerda que eres una niña, cariño, tienes que aprender a no hacer este tipo de declaraciones a los adultos.

—Coincido con tu madre, pequeña señorita Roth —comentó el muchacho con voz serena, atrayendo la atención de las dos chicas y el chofer, que esperaba que su jefe terminara rechazando la oferta, igual que Hannah—; tienes que aprender a ser más prudente desde pequeña, porque no a todos los adultos les gustan los niños como tú, ¿entendiste? —Se dirigió directo a una Alisson cuyo semblante se ensombreció mientras asentía triste—. Sin embargo, yo no estoy en ese grupo de adultos odiosos y cascarrabias que despreciarían a una pequeñita tan dulce como tú. —Los ojitos de Ali volvieron a brillar, y Andrew miró a la madre—. Si a la señorita Roth le parece bien, no me importaría ir. Seguro será divertido pasar algo de tiempo en el bosque, me conectará con mi pasado.




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