Una hija para el Ceo solitario

Capítulo 35: Fotos familiares

Cerca de las seis treinta de la tarde, justo al terminar de arreglarse, Alana recibió la noticia de parte de uno de sus empleados de que Dominik y su secretario habían llegado para la prometida cena, lo que la emocionó mucho.

Bajó y los encontró ya en la sala de estar. El secretario del muchacho parecía jugar con Justin, cosa que la sobrecogió mucho y, apenas verla, ambos se levantaron.

—Señora Cook, buenas noches.

Los saludos se dieron, y se senté con ellos, en tanto Justin se iba con una de las mucamas.

—Esperaba encontrar ya a Andy aquí —comentó Dominik, sacando a la señora una pícara sonrisa.

—Oh, debe estar recogiendo a Hannah y a su hija… creo que ahí hay algo, ya sabes.

El tono cotilla de la señora de inmediato llamó la atención del pelirrojo, que lucía más desenfadado con su traje casual que más temprano.

—¿Qué quiere decir? ¿Andy y su secretaria…? —Ladeó la cabeza, y la señora asintió sonriente—. ¡Vaya, qué inesperado!

—Ni que lo digas, cariño. La niña lo llamó «papi» desde el momento en que se conocieron, y él jamás puso pegas en el asunto. Si me lo preguntas, es un claro indicio de que le gusta.

La sonrisa de la señora creció al ver la expectación del Dominik, que era un viejo amigo de su hijo y parecía desconcertado.

—Y la niña me agrada mucho, es muy habladora e inteligente, me recuerda mucho a Tony, ¿sabes? Tiene esa chispa.

—Oh…

Las palabras de Dominik quedaron en el aire, pues la puerta principal se abrió, anunciando la llegada de Andrew, Hannah, y una Alisson que vestía de punta en blanco, y que no perdió el tiempo para mirar a todas partes en la espaciosa casa con los ojos bien abiertos.

—Esto es hermoso… ¡es como un palacio! —declaró con contentura, y caminó junto a su madre y su «papi» hacia el salón, donde los demás esperaban.

Entonces, Dominik se levantó para recibirlos, y no pudo evitar sorprenderse al ver la imagen de su mejor amigo en compañía de esa mujer y su hija.

A sus ojos, parecían una familia, y no pudo evitar recordar el pasado, el tiempo tras la muerte de Rose y Anna y la angustia de Andrew, su dolor y el modo en el que empezó a desinteresarse por la vida.

Pero ahora… en sus ojos brillaba una vitalidad renovada, y al ser consciente de eso no pudo evitar sonreír también, feliz por su amigo porque, si bien este no le había dicho nada, justo ahora caía en cuenta de la particular y armoniosa aura que los recorría a él y a su secretaria, y que la nena, Alisson, complementaba a la perfección.

—Buenas noches. —Le dio un cálido apretón de manos y se saludaron los mayores; sin embargo, Dominik no tardó en agacharse frente a la pequeñita—. Entonces, tú eres Alisson, ¿no? Es un placer conocerte, soy Dominik, el mejor amigo de tu papi.

Tras oír aquellas palabras, pronunciadas con tanta seriedad de parte del varón, pero que encerraban mucho, Andrew tosió de forma involuntaria, a Hannah se le puso la cara roja y, en notable contraste, los ojitos castaños de Alisson brillaron con intensidad.

—¡Sí! Soy Alisson Roth, ¡es un pacer conocerte! —Estiró la mano en busca de un apretón al que el otro correspondió sin más—. Si eres el mejor amigo de papi, entonces eres mi tío, ¿vedad? Mi tío Dom.

Sin poder evitarlo, al pelirrojo se le escapó una risita y no tuvo de otra que aceptar antes de volver a su asiento.

—¿Ves? Te dije que es un amor. Ya tienes sobrina nueva —cotilleó la señora, mirando de Dominik a su hijo, y a la madre de la pequeña, que parecían un poco avergonzados.

—Es bueno saber que Andy sigue siendo el hombre bueno que he conocido toda la vida, y que ha dado un paso adelante —bromeó el pelirrojo, mirando divertido a su amigo, que lo veía con los ojos bien abiertos, como rogando que no siguiera divirtiéndose a costa suya, por lo que no pudo evitar una risita.

»Y… señorita Roth, siento curiosidad. Finn siempre ha sido un gran secretario para Andy. —Miró al nombrado, que le dio una sonrisa de agradecimiento—. ¿Qué le ha parecido trabajar con él en este tiempo? Sé por experiencia propia que trabajar con Andy puede ser difícil.

La muchacha miró a Dominik y luego a Andrew, y se aclaró la garganta. De alguna manera sentía cierto nerviosismo, uno que no se relajó al ver a su hija cuchichear con el sobrino de su jefe.

—Bueno… ha sido divertido, la verdad —declaró y le dio una sonrisa—. Creo que ambos somos muy perfeccionistas, y eso lo ha hecho todo más fácil.

La diversión pintó el semblante de un Dominik que asintió con la cabeza, y empezó a charlar sobre el pasado.

—Conocí a Andy cuando tenía como… ¿cinco años? A Andy y a Tony, su hermano gemelo. Tony era el impulsivo y Andy el que lo pensaba todo mil veces, se complementaban muy bien.

—Tony es Anthony, ¿no? Leí un poco sobre él.

—Era el hermano gemelo de Andy —intervino Alana, ante el asentimiento de los demás—. A pesar de que eran dos gotas de agua, la verdad es que Tony se dejaba llevar mucho por sus emociones. Era un buen chico, fue una lástima que se fuera tan joven.




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