Una Inesperada Tarde De Domingo

Capítulo 6: Oportunidades

No es que no pueda vivir sin ti

Es que ya no quiero intentarlo

Cada noche sueño contigo

Desde el día que nos dijimos adiós

Si no hubiese sido tan tonta

En este momento estaría abrazándote.

💟💟💟💟💟💟💟💟

 


(USTED TIENE UN NUEVO MENSAJE) Hola ¿Daph? Hubiera querido hablar contigo, pero, en fin, llamé para decirte que estaré una semana fuera por trabajo. Aviso en caso de que quieras verme. Bueno, eh, te extrañaré... Piensa en lo que hablamos, ¿sí? Yo estaré pensando en ti. Te qu... BIIIPPP

 

Esa mañana de martes se presentó ajetreadísima. La nueva campaña de Chavanier se lanzaría en cuatro días y todo el mundo, empezando por André, su jefe, se encontraba en estado de permanente agitación.

Cuando Daphne llegó a su oficina fue interceptada por Patricia, la fiel secretaria de André, quien con mucho nerviosismo le explicó que el todopoderoso de Chavanier Cosmetics se hallaba ingobernable, encerrado hacía más de cuarenta y cinco minutos con Diego, que era uno de los que lograba calmarlo... en parte. La otra persona era Daphne misma.

- ¡Al fin te dignas a presentarte en mi oficina!- le gritó su jefe apenas traspasó la puerta. A su lado se encontraba un, en apariencia, atribulado Diego con expresión ansiosa. El joven le lanzó una de sus miradas de "Lo siento", mientras le alcanzaba a André una carpeta con papeles para firmar. El jefe parecía bastante alterado, lo que se reflejaba en su aspecto exterior a horas tan tempranas: la corbata ya estaba desatada, se encontraba sin chaqueta (cosa extraña en él) y su cabello siempre perfecto ya estaba alborotado por las veces que había pasado sus manos por ellos. Su expresión ceñuda y su mirada azul fulgurante no auguraban nada bueno aquel día.

- Son las 8.05 am, es decir, hace cinco minutos que comenzó mi jornada laboral. ¿Por qué estás tan nervioso, André?

- ¿Por qué estoy nervioso, cheriè? ¡El labial ultra duración no está listo! ¡¿Te parece suficiente motivo para estar nervioso?!

Mientras André caminaba de un lado a otro de su oficina y maldecía en francés, seguido por Diego que ya no sabía cómo calmarlo, ella se sentó con tranquilidad en uno de los sillones estilo minimalista que la adornaban. Sí, adornaban la oficina, porque eran los más incómodos del mundo, con ondulaciones que le dificultaban a Daphne sentarse de la forma correcta.

- Diego - dijo en el tono más amable que encontró -, ¿podrías dejarnos solos un momento, por favor? Trae un té de tilo para André en quince minutos.

El semblante del asistente se relajó y sus ojos verdes parecieron agradecerle el pedido y la intervención. André Chavanier era una persona en extremo egocéntrica y con tendencia a lo dramático, y Diego Soto quizás lo amara demasiado, pero había momentos en que el carácter de su pareja ponía a prueba hasta al más paciente.

- Ahora, André, ¿puedes explicarme cómo es que el labial aún no está listo para el lanzamiento?

De manera rápida y atropellada, el hombre comenzó su relato de los hechos.

Al parecer, el día viernes realizaron una última prueba para verificar la calidad del producto. Este labial ultra duración revolucionaría el mercado pues su mayor virtud era, justamente, que duraba cuarenta u ocho horas, veinticuatro más que otros labiales en el mercado, incluidos los labiales Lasalle. André acudió esa mañana temprano a los laboratorios y los científicos abocados al proyecto le dieron la noticia de que no certificaban la duración total, porque solo lograron verificar que el labial es perecedero a las treinta y seis horas de expuesto en la piel.

- ¿Por qué nos enredamos con este tema, André?- le replicó una vez que acabó su relato. - Treinta y seis horas siguen siendo más que veinticuatro y nuestro producto aún es el más innovador del mercado. Lo promocionaremos como "aquel que dura entre treinta y seis y cuarenta y ocho horas", ¿qué te parece? En honor a la verdad, es cierto, pues las pruebas anteriores han durado más que la última ¿no es así?

El atribulado hombre la miró con una sonrisa y un brillo especial en sus ojos azules profundos. Sin saber cómo, de repente, Daphne recibió un cálido abrazo del frío y calculador empresario André Chavanier. Nunca lo había hecho, y aunque el gesto la sorprendió, lo disfrutó mientras duraba. André era su mentor, la persona que más había confiado en ella cuando nadie apostaba un penique, y en verdad estaba agradecida por eso.

- ¡Mon dieu, tú siempre ves la luz en mi oscuridad, Daphne! Tienes toda la razón: no hay porqué ahogarse en un vaso de agua. El lanzamiento sigue en pie.

Daphne titubeó entre salir o seguir en su lugar, cuando su jefe agregó:

- Dile a Diego que venga pronto para que ultimemos detalles de la fiesta de lanzamiento.

Asintió y salió de esa oficina con una sonrisa de oreja a oreja iluminando su rostro, con la satisfacción de haber sido útil una vez más. Diego la observó interrogante y ella volvió a asentir con la cabeza, advirtiéndole al pasar que André lo necesitaba con urgencia.

Mientras lo veía irse pensó en lo increíble que le resultaba el amor entre Diego y André a pesar de los veinte años que se llevaban. Muchas veces ese amor le provocaba a su amigo el mismo grado de stress en que vivía de manera constante su pareja y jefe, pero Diego lo compensaba con un buen humor y un optimismo inquebrantables.

- Eres mi hada buena, Daph.- le susurró volviendo sobre sus pasos, y lo acompañó con un guiño cómplice.

Es en esos momentos en los cuales la joven se sentía completa, porque tenía la certeza de que en ese inmenso lugar era necesaria y no un accesorio inútil, que solo figuraba en los papeles. O que solo servía para hacer sociales y dar una buena imagen en los cócteles corporativos.




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