Una Muerte Determinada

Capitulo IV

Estoy tan desesperada que busco señales, pese a que soy escéptica, que se niegan a aparecer.

Observo queda dos libros, pienso 'no son mios' los separo y apoyo en la mesita de luz, que me fabrique con un cajon de verdura, solos para que no se mezclen, tomo otro papelito y escribo: "de: Caty", espero que los encuntre, lo único que me falta es que crean que me cague hasta en eso.

Mas que orden, mi cuarto parece un depósito; bueno, es que eso es ahora. Un depósito de los que fueron mis tesoros, puras mierdas materiales, que en su momento me ayudaron, o me aliviaron, o me mimaron; porque somos así los humanos, indudablemente caprichosos y egoístas por momentos.

Mi cuerpo lo sabe, sabé que esta llegando el fin, mi panza lo sabé.

 

Aún no tome la decisión final, no escogí si quiero un simple telon cerrarse, o, fuegos artificiales. Entiendo, que está última es muy tentadora, pero no sé si tengo las fuerzas para tremendo final.

Por como voy, lo que voy a entregarles es un patetismo juvenil.

 

Eso me hace pensar en teatros, en que adoraba ir al teatro, encontraba cierta satisfacción al rodarme de don-nadies que compartían el mimo gusto. Luego todo lo retro se vivió moda, los hispters perdimos las ferias y hasta la identidad porque todos querían ser hispters. Antes cuando me lo decían despectivamente no me molestaba, ahora lo detesto; porque a primeras suponen que todo esto que soy es por una corriente moderna. Me gusta lo Vintage, me gusta lo que a la mayoria de la gente no, pues veo aún vida en algunas de las cosas que descartan; me gustaba ir a las ferias encontrar ropa exclusiva y a un precio mucho mas que accesible. Solo que las corrientes tienen que arruinarlo todo; de buenas a primeras todas las ferias estaban a tope, y de repente vendian ropa usada a un excesivo costo, ya no había exclusividad ni antigüedad solo mierda cara con el rotulo de Vintage.

Las casas de Rameke, las relojerias (a las que nadie prestaban atención), las casas de espendios de cosas usadas, hasta las librerias de canje (y no es que considero que este mal que la gente se instruya), se encuentran abarrotadas, mal provistas y todo a un precio ridículo. Para ello me compro un libro nuevo. Esto me hace mirar mis libros, espero me los sepan cuidar, o se los sepan cuidar ya que ya no son míos.

Muchas de las cosas que me daban placer de a poco fueron arrebatadas o desaparecidas, unas por demasiado interes y las otras por la falta de este.

 

Sé que pueden sonar a banalidades, pero la vida es como una inmensa luz que brilla por los un mil placeres (mundanos, egoistas, sentimentales eso no importa) que hacen que esa luz se imponga (ante uno mismo), pero cuando los placeres se van consumiendo lo mismo pasa con la luz, y sin luz sólo queda oscuridad y aunque en la vida siempre hay un poco de oscuridad aquí y allá, sin luz no hay vida. Y yo estoy así sin luz, aquí en la oscuridad: muerta en vida.

No estoy tomando una decisión arrebatada, prácticamente la decisión me tomo a mí, ni infantil; que más quisiera en este momento portarme así, no puedo no hay chances de retroceder.

 

Siempre pense, no voy a mentir, en la muerte perfecta, no en los velorios como hace la gente dramática ¡que horror! No. Pensaba en la particularidad de el final de todo, claro, para uno; desde entonces decidí, ridículamente, que yo elegiría el 'cuando' y 'como'. Y no es que en gran medida no haya sido así, sin embargo al final, la muerte como la vida nos ecxcede.

Creí poder ser el director, productor, iluminador, actor...de esta obra que me supera, y me supero desde siempre; pero era demasiado arrogante para notarlo.

 

Supongo que es hora de, sencillamente, dejarme ir.

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.