Bajo de mi auto y me dirijo a mi trabajo. Soy empleada pública. Mi trabajo consiste en ayudar a las personas a encontrar un buen empleo. Es un trabajo tranquilo y bien pago. Me da para vivir y para mí está bien.
Mi vida consiste en trabajar y estar en casa con mi amado televisor.
Quizás para muchos soy una mujer aburrida, pero cuando vives treinta años de la misma manera te acostumbras.
-¡Buenos días señorita Andrade!- saluda mi jefe.
-¡Buenos días!- contesto yo.
-Como siempre llega antes que todos. Siempre me ha gustado su puntualidad- comenta
-Aprendi desde muy joven a ser responsable con mis obligaciones- le aclaro y me dirijo a mi puesto.
En el camino me encuentro con la secretaria del señor Puente, mi jefe, ella me sonríe y sigue su camino.
Aquí no tengo amistades, será que soy muy poco comunicativa.
Comienzo con mi trabajo rutinario, hoy tengo varias entrevistas, así que tendré un día ajetreado.
Tres de la tarde, mi teléfono suena y al ver quién llama, hago una mueca, es mi “adorada hermanita”. Hace por lo menos tres meses que no hablamos.
Ella siempre es la que llama, quizás para restregarme en la cara la buena vida que tiene al lado de mi monotonía diaria.
Casa, trabajo, trabajo, casa.
-¡Hola hermanita!- disimulo un poco de entusiasmo. No me gusta hablar con ella. Nada de lo que hago le gusta. Demás está decir que somos demasiado diferentes, empezando porque ella es idéntica a mi madre, rubia, alta y muy elegante y simpática.
En cambio yo, soy morena, bajita y súper aburrida.
-¿Para que llamas?- aunque no quiera, ya me pongo de mal humor.
Se lo que viene a continuación.
-¿Dónde y con quién pasarás las navidades?- indaga, Marina.
-La pasaré con unos amigos. No te preocupes por mí- respondo.
-Nada de con unos amigos. ¿ Que amigos? No te conozco ninguno- me acribilla ella con sus “ tiernas palabras” como siempre. Ironías.
-No necesitas saber nada- contesto.
-¿Cómo que no necesito saber nada.? Tienes treinta años y ninguna relación, es más creo que aún eres virgen y ni siquiera tienes amigos. Así que vendrás estás fiestas y la pasarás con nosotros-, como siempre-termina ella.
-¡No! Primero, soy una adulta y puedo vivir sin supervisión. Segundo no soy virgen, tercero tengo algunos amigos. Para que sepas, salgo todos los fines de semana. Así que no molestes- miento descaradamente. Ya que mi vída es realmente monótona, rutinaria y vacía.
Cortó la llamada. No permitiré que mi hermana menor sé meta en mi forma de vivir. Soy feliz así.
No pasan ni dos segundos cuando suena el teléfono otra vez.
-Dejame en paz!- grito fuera de mis cavaes.
-¿Señorita Andrade? - escucho una voz desconocida al otro lado del teléfono.
-¿,Quien habla?- pregunto.
-Soy Mario Liberman, el abogado de la señorita Casandra Morales- responde.
¿Casandra? Para que me llama el abogado de mi única amiga.
-¿Que necesita?¿Paso algo con mi amiga?- indagó.
-Me temo que es algo que no puedo comunicarle por telefono- me dice y eso me causa más intriga.
-La espero en.mi oficina mañana a las diez en punto- me responde sin que yo le pregunté.
-Mi secretaria se comunicará con usted para darle los detalles de la entrevista- aclara luego.
-Alli estare- contesto yo.
Cuelgo y no alcanzo a hacerlo que ya suena nuevamente.
–¡No cortes y escúchame! Mañana vendrás aunque no quieras, pasaremos por ti en la mañana. Cómo no es día laborable, no tendrás problemas. ¡O vamos con papá a buscarte!-
-No puedo, me esperan en el centro y es algo que no puedo posponer-contesto a mi hermana. Esto si que es la excusa perfecta.
-Pero no te preocupes que en la noche estaré en tu casa. No puedo vivir sin esos “ tiernos angelitos” - le digo sonriente,aunque se que ella no me está viendo.
Cortó la llamada y salgo de mi trabajo rumbo a mi hogar.
Al llegar me descalzo como es mi costumbre, me tomo un vaso de agua y me siento en mi butaca favorita. ¿ que necesitara el abogado de mi? ¿Que habrá pasado con mi amiga?
Hace mucho que no hablo con ella.
Tomo mi teléfono y marco su número, pero al quinto tono ,nadie contesta. Dejo un mensaje de texto y este tampoco llega. Esto si que es raro.
Ella jamás está sin su teléfono.
¿Que sucederá con ella?
Tengo demasiadas preguntas y ninguna respuesta.