Una Pequeña Promesa

Capítulo 8

—Papi, la señora Harris quiere más té —demandó la pequeña a su padre con urgencia. El tutú azul de encaje que tenía puesto se balanceaba con cada movimiento emocionado de la niña. Estaba teniendo el mejor día de su vida jugando a la hora del té con su papá.

—Enseguida —respondió solícito Dean, que nunca creyó que en su vida estaría sentado en la alfombra rodeado de muñecas y con una taza de té en miniatura en la mano, la cual se le escurría entre los dedos a cada rato; sin embargo, no tenía queja ninguna.

El fin de semana estaba un poco caluroso, por lo que habían decidido sentarse en el suelo de la sala, corrieron los muebles y prácticamente acamparon en el lugar.  

Mientras Dean llenaba la taza con té imaginario de la señora Harris, quien no era más que un oso de peluche color rosa, escuchó un ruido afuera que le llamó la atención. Era de un auto aparcando y no sabía quién podía estar de visita a las tres de la tarde de un domingo. Girándose para ver quién era, la figura de un hombre se alzó por el portal y Dean enseguida lo reconoció como su mejor amigo.

—¡Tío Landon! —gritó Hannah en cuanto lo vio y corrió hacia él.

—¡Princesa! —Él la recibió con el mismo entusiasmo y la levantó en brazos, permitiendo que la pequeña le rodeara el cuello y le diera un sonoro beso en la mejilla.

—Tío Landon, tío Landon, mira —dijo entusiasmada la pequeña, señalando a Dean—, ya tengo aquí a mi papá.

—Eso veo, princesa. Qué bueno que me lo dices, alguien tenía que darme la buena noticia —Landon no le dedicó ni una mirada a Dean, solo se enfocó en Hannah y sin mediar palabra con su antiguo amigo, salió de la sala con la niña en dirección a la cocina.

A Dean se le había olvidado llamar a Landon y estaba consciente que la molestia que tenía estaba muy justificada. Siguió al par hacia donde iban y al llegar no había rastro de Hannah por ningún lado, solo estaba Landon hablando con April.

—Me voy a quedar más tiempo esta vez. La construcción del hospital está terminada y por el momento no tenemos proyectos pendientes, así que aproveché el tiempo muerto para venir y echarles una mano.

—Sabes que siempre eres bienvenido —respondió April con una sonrisa.

En ese momento, Hannah entró en la cocina cambiada de ropa y con una mochilita colgada en los hombros.

—Tío Landon, estoy lista. —anunció la pequeña con una sonrisa. Al percatarse de la presencia de su papá, añadió—: Tío Landon, ¿mi papi puede venir con nosotros?

La mirada de súplica que Hannah le dedicó a Landon pudo más que su resentimiento por Dean.

—Por supuesto, princesa. —Landon la cargó entre sus brazos y salió con ella.

Dean se volvió hacia donde estaba April.

—Del 1 al 10, ¿cuán enojado crees que esté Landon conmigo?

—Tres millones —respondió ella con simpleza.

—Lo imaginaba. Deseame suerte —contestó Dean y salió detrás por el mismo camino que salieron su hija y su mejor amigo.

Una vez estaban todos en el auto, Dean se sentó detrás junto a su hija.

—¿Y a dónde vamos? —preguntó.

—Primero vamos al parque y después a tomar helado —respondió Hannah.

—Princesa, el helado no estaba en los planes —Landon la observó por el retrovisor con una expresión de falso reproche.

—Peroooooo —Hanna hizo pucheros intentando salirse con la suya, pero Landon no dio su brazo a torcer esta vez. Pero Dean no era tan fuerte como su amigo cuando se trataba de Hannah, así que decidió interceder.

—Hannah, antes de salir te hiciste la prueba de glicemia?

—No —dijo la niña con honestidad—. Pero sí me la hice esta mañana y estaba muy bien, me dijo mi mami. Y desayuné y almorcé. Y solo quiero un heladito, porfis.

Dean no pudo soportar las súplicas de su hija un segundo más.

—Está bien. Pero solo una bola. No más —dijo Dean con firmeza, como si estuviera imponiendo un castigo en vez de cumplirle un capricho a su hija.

—Mírate, ya estás hecho todo un padre —se burló Landon, pero Dean sabía que en sus burlas había un deje de orgullo.

El viaje en auto se alargó quince minutos más, hasta que llegaron a un parque pequeño donde habían más niños jugando. Hannah dejó a los dos adultos y se acercó a los demás pequeños, poniéndose a jugar con ellos casi de inmediato.

Landon y Dean tomaron asiento en dos columpios desde donde podían monitorear a Hannah sin estar demasiado cerca. Después de unos minutos de silencio incómodo, Landon decidió romper el hielo.

—¿Esta es la parte donde te arrastras pidiéndome perdón o quieres esperar a no tener testigos de tu humillación?

—Landon, no me olvidé de ti. De hecho, en mis planes estaba contactarte justo después de hablar con April. Pero la existencia de Hannah me cayó como una bomba y no he tenido enfoque para nada más. No es una excusa, es una explicación. Y si quieres darme una paliza por eso tampoco te voy a detener, sé que me la merezco.

—Odio cuando te pones todo sentimental conmigo y no puedo enojarme —respondió Landon—. Hannah definitivamente lo sacó de ti. Pero me debes una buena cantidad de cervezas hasta que pueda perdonarte.

—Lo sé, la cagué en grande —admitió Dean derrotado.

—Pensé que estabas muerto, Dean. Seis meses desaparecido. Joder, hasta un funeral te hicieron. Hay una tumba en el cementerio de la ciudad con tu nombre. Y tuve que enterarme por April que estabas viviendo en su casa. Vivo. En persona. Es difícil de asimilar.

—No puedo ni imaginar por lo que pasaron. Siendo sincero, yo también pensé muchas veces que había muerto.

Dean le contó poco a poco todo lo ocurrido en los seis meses que estuvo bajo el cuidado de Jila. Landos lo escuchó en silencio, absorbiendo toda a horrible información que Dean le estaba soltando en medio de un lugar tan inocente como un parque para niños. Se quedó varios minutos en silencio y, sin decir nada, abrazó a Dean.

—Joder, Dean. No sabes lo que me alegro de que hayas podido regresar a nosotros —dijo Landon mientras abrazaba a su amigo. Dean le devolvió el abrazo y dio varias palmadas en la espalda de Landon a modo de comfort.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.