Una princesa para el príncipe

Capítulo 1

-Ava,ven para acá ahora.-grita mi madre desde la sala.

¡Cielos!, esa mujer no me puede dejar tranquila. Aveces suele volverme loca.¡Uish!.

-Ya voy mamá.-le respondo desde mi habitación.

¿Qué querrá ahora?Me preguntaba en mi fueron interno rezándole a los dioses por que no fuera lo que yo pensaba. Una vez me arreglé y cambié de ropa bajé por las escaceras. 

-Ya estoy aqui.-aviso a la vez que me acercaba a mamá y le daba un beso en la mejilla.

-Veras hijita hermosa...-comienza pero rápidamente la corto-¿Qué quieres?-pregunto sin una pizca de curiosidad sabiendo lo que se traía entre manos.

-¿Esas son formas de dirigirte a tu madre?-se queja-Yo no te crié así-replica dramáticamente.

En un pasado hubiese pensado que verdaderamente se sentía mal pero la verdad es que ya hace mucho, se los trucos y dramas de mamá.

Cosa a lo que realmente ya estaba acostumbrada debido a que mi madre muchas veces solía ser algo muy intensa y en mi cabeza ya le tenía  el apodo de la ''dramma queen''. 

Aunque la verdad es que después de todo aún con sus defectos y virtudes era una madre estupenda y yo me sentía muy afortunada por tenerla en mi vida. La quería muchísimo como mismo sabía que ella me quería a mi. 

-Lo siento mamá, pero se lo que digo. Si me hablas así es porque me pedirás algún favor.-explico.-Bueno, dime que necesitas, madre.-suspiro sabiendo que quiere algo.

-Hijita querida, ¿podrías convencer a tu padre para que me deje usar una de sus tarjetas?-pregunta con cara de quien no rompe ni un plato.-Es que necesito ir de compras-explica.

-¿¡Mamá?!,pero si ya fuiste de compras la semana pasada-suspiro.-Esto es inadmisible, papá dijo que no más compras por tiempo indefinido.-Pero hija...-replica-Está bien ir de compras, pero no el despilfarro que haces mamá. Con razón papá está molesto,¿¡sabes que es gastar medio millón de dólares en una sola tienda de ropas?!-exclamo exasperada-En mi defensa, era porque la semana anterior había hecho una donación muy grande ,a los pobres y a las personas sin hogar y mi armario había quedado prácticamente vacío.-explica.-¿Entonces ,me ayudarás con tu padre?-pregunta.-Ok, pero es la última vez, para que te enteres señora Tracey. Además, ¿me prometes no gastar tanto esta vez?-Si hija.-dice contenta.-Pero esta vez tu iras conmigo.-añade.

¡Oh, no!, esto es el colmo. Mamá sabe que odio estas cosas pero aun así seguía insistiendo.

¡Cielos!, acabo de firmar mi sentencia de muerte. Solo el altísimo sabe cuanto odio ir de compras.

(...)
Media hora después nos encontrábamos en una de las butiques más caras.

Ya había escogido unos cuantos vestidos y tops que me gustaban. Algo poco excesivo. Pero a mi madre en cambio yo le había tenido que recordar el trato en reiteradas veces ya que estuvo a punto de comprar cosas excesivamente caras.

La verdad no es que fuéramos pobres ya que mi padre era dueño de una de las mejores empresas de arquitectura y joyería a nivel internacional y esto hacía que dispusiéramos de una fortuna considerable. Pero mi madre gastaba demasiado. Si vivieran con ella lo entenderían.

Pero a pesar de eso mi madre junto a mi padre eran los mejores padres que uno pudiera desear. A parte de quererme mucho, ellos siempre me apoyaban en todo y estaban para lo que necesitara. Por eso y mucho más yo los adoraba.

-¿Este me queda bien?-pregunta mamá una vez que sale del vestidor.

-Si ,mamá.-respondo.

Jamás debí haber convencido a papá para que la dejara hacer esta compra, la mujer iba por su decimoquinto vestido y todavía no había encontrado uno que le gustase.

-No, creo que me hace ver muy gorda.-dice observándose en el espejo.

-Tonterias, te queda perfecto.-le dije restándole importancia. Pero a fin de cuentas era verdad ya que mamá en sus cuarenta y tres años parecía tener poco menos de treinta y seis, con su pelo rubio platinado y sus hermosos ojos color esmeralda parecía modelo de revista, de hecho en su juventud se había dedicado a esa labor poco antes de conocer a mi padre.

-Esta bien hija, solo por esta vez te haré caso.-me dice atentamente.

-Ahora vayamos a comer que muero de hambre.-le digo una ves estamos fuera de la tienda.

-Cuando no hija, cuando no.-dice mi madre con una sonrisa. Ya que tanto ella como yo sabíamos que yo tenía un barril sin fondo por estómago.

-Yo se de un restaurante nuevo, que hay por aquí cerca.-le digo a la vez que la tomo del brazo.

Nos montamos en el auto y el chofer luego de escuchar las indicaciones nos lleva al lujoso lugar.

Una vez entramos y nos acomodamos, se acerca un camarero y toma nuestra orden .

Comienzo a jugar con mi teléfono cuando el camarero regresa con los pedidos.

Estoy a segundos de devorar mi comida cuando de pronto veo a una chica y un chico riendo.

Rápidamente vinieron a mi pequeños recuerdos de mi y Harry. Como le extrañaba, al principio cuando me enteré de que mi padre quería expandir la empresa internacionalmente, me puse muy triste ya que me despediría de Harry quien hasta esos momento era mi mejor amigo y había sido mi primer amor.

A pesar de la despedida los primeros meses nos manteníamos en contacto y todo iba bien hasta que de buenas a primeras me dejó de escribir y de responder a mis mensajes.

Sin saber porque, aun seguía mandándole mensajes todos los días aunque posiblemente el nunca los viera y la verdad todo eso me dolía mucho ya que durante mucho tiempo el había sido mi todo.

Por suerte aun tenia a mi buena amiga, Dexandra quien también tenía una relación con él ya que era su prima.

-Hija come y no pienses más en eso -me dice mamá con mirada preocupada.

En ese momento me percate de que no había probado bocado y sin miramientos comencé a devorar mi plato.

Aveces me molestaba que mi madre me conociera tanto ya que aún sin desearlo ella sabía lo que pasaba con Harry. Debido a que un día en un ataque de frustración lloré y le confesé todo.




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