Me había despertado en el sofá de una pequeña casa llena de colores blancos y negros, muy monocromático.
La soledad del lugar era lo único que me recibía y por un instante me relajé aunque lo más normal era mi pánico, no obstante, todo me alejaba de ese estado ya que sabía que seguramente estuvieran haciendo hasta lo imposible por rescatarme.
Debía encontrar una forma de salir de este lugar, fuera como fuera.
En un principio me dirigí hacia la entrada y comprobé que estaba totalmente cerrada. Caminé tropezándome con dos habitaciones y al final logré mi cometido, el patio. No obstante, estaba todo cercado y al mirar a mis alrededores pude observar que no estaba sola, guardias de seguridad me rodeaban dispuestos a no dejarme escapar.
No tenía ni la más remota idea del lugar en que me encontraba. No había fotos, no había nada que me indicara que esta casa era un lugar donde vivía alguien, por el contrario, solo me había encontrado muebles, dos cuartos, ambos con una cama y una mesita de noche. Pareciera el lugar indicado para un secuestro, un lugar que no decía absolutamente nada. Era como si desde hace tiempo esto estuviera planeado, tan solo no sabía por quién, aunque esperaba descubrirlo pronto.
(...)
Harry
Era medio día y seguía sin saber nada de Ava. Todos comenzábamos a desesperarnos y lo único que me mantenía cuerdo era el hecho de que había logrado encontrar una pista o mejor dicho una identificación en uno de los callejones, la identificación de Sawyer Newton.
Me encontraba furioso, Sawyer había sido mi nuevo guardia de seguridad contratado, había confraternizado con nosotros, le había dejado entrar a nuestras vidas al permitirle mantener un romance con Nicole y así nos pagaba. Ahora sí estaba seguro de que tenía algo que ver con la desaparición de mi chica y cuando lográramos localizarle lo iba a pagar.
Nicole estaba destrozada pues se sentía totalmente engañada hasta el punto en que se culpaba una y otra vez.
Nadie nos había contactado aún y temíamos por lo que pudiera pasar ya que no era muy habitual esa demora, normalmente secuestraban y exponían sus demandas, justamente como la otra vez que la habían secuestrado cuando tan solo era una niña.
No tenía una idea de cómo la podría estar pasando pero bien no era una opción. Solo esperaba que no salieran a flote los recuerdos del pasado que tanto la había traumado de niña. Los recuerdos que la obligaban a dormir cada noche con las luces encendidas, esos recuerdos que ella había borrado.
-La única forma de salir de este lugar es por mar o a través de un jet privado ya que no poseemos aeropuerto pero, ¿ adivina qué?- habló Dexa una vez llegó de reunirse con las autoridades de esta isla.
La observé analizando a dónde quería llegar.
-¿Qué?
-Cuando Ava desapareció dijeron que nadie había salido de la isla pero casualmente quien se encontraba de guardia ese día era Isaac Fields quien una vez revisas su historial se ha caracterizado por tener problemas con la ley y según rumores pero sin nada confirmado, ayudar a su hermano, Newt Fields, a escapar de la cárcel y esa guardia que hace una vez por semana es su servicio social.
Después de aquella bomba de información miré hacia mi prima ya que realmente no entendí cual era el punto de toda esta historia. Esperaba que valiera la pena el tiempo que estaba perdiendo.
-El punto es que cuando miras la foto de su hermano a quien supuestamente ayudó a escapar de la cárcel, coincide con alguien que conocemos, Sawyer. Te mintió con respecto a todo Harry y ahora debemos ir a ver a ese Isaac si quieres tener alguna respuesta-suspiró.- He mandado a que le apresen y que bajo ningún concepto salga.
Los padres de Ava al momento se levantaron del sofá en que estaban sentados y abrazaron a Dexa ya que al final habían obtenido una información que valiera la pena.
-Vámonos a por esas respuestas. Hoy mismo debemos recuperar a nuestra niña.-pidió el ya cansado padre de Ava.
Esta era la segunda vez que secuestraban a su hija y si todo salía bien, sería la última.
Nos fuimos Dexa, los padres de Ava y yo en dirección a la comisaría, mientras los demás se quedaban junto con mis padres en aquella casa antigua, por si surgía la tan esperada llamada o surgían nuevas respuestas.
Subí al auto de Dexandra y me monté en el asiento del copiloto mientras que los padres de Ava iban en los asientos traseros.
La seguridad nos seguía de cerca para evitar algún potencial inconveniente.
Estábamos cerca de nuestro objetivo y ahora nada nos detendría.
Dexa estuvo al volante durante unos cinco minutos cuando dobló a la derecha y nos encontramos con la comisaría del Monte San Miguel.
Bajamos del auto y caminamos por las calles desoladas teniendo cuidado de que nadie nos viera porque si en este lugar tan aislado no conocían al príncipe de Rumanía ni a la realeza griega, un nombre y un rostro que no obviarían sería el de su propia princesa, Dexandra María, nacida en Rumanía pero de crianza francesa y sobretodo lista para gobernar esas tierras algún día.
-Bienvenidos.-nos recibe con una reverencia el que pareciera ser el sheriff según su placa.
Asiento y le estrecho su sudorosa mano llena de nervios. En otro tiempo hubiera sonreído pero ahora había perdido a la pelinegra causante de mi felicidad.
-Necesitamos que nos lleve con el hombre que mandé a detener.-exige Dexa y el Sheriff, tragando fuerte nos comienza a guiar por un pasillo contrario al de las celdas.
Las otras personas se obligaron a mantenerse ocupados en sus labores de oficina y si nos dirigieron la atención no me di cuenta, estaban concentrados en lo que parecían ser sus otros casos.