El timbre suena, Mariana se levanta del sofá y camina hacia la puerta principal para abrir y verificar quién tocó el timbre.
El psiquiatra está de pie esperando afuera. —Hola—sonríe.
—Buenos días, había olvidado que vendría; pase por favor—Mariana abre por completo la puerta y hace un ademán para que en entre, el agradece e ingresa a la casa.
—No hay problema, de hecho se me hizo un poco tarde y tengo tiempo—responde con un tono de voz melosa.
—¿Gusta café, agua, jugo?—inquiere mientras camina a la cocina.
El señor Ángel se niega amablemente y responde que esperará por Paola.
—Veré si ya está despierta, es que a veces se la da de bella durmiente—agrega Mariana entre risas y mientras sube hacia el cuarto de su hija.
La madre de Paola ingresa a la habitación, mueve las cobijas y sábanas en donde ella está en vuelta y la despierta. —Paola, cariño... despierta—dice mientras mueve las cobijas.
Paola despierta un tanto confundida, y pregunta que sucede.
—El señor Ángel viene a verte, así que levántate y baja en cuanto puedas—le da un beso la frente y se camina hacia la puerta.
—¿Y el quién es?—interroga un poco confundida.
—El psiquiatra... aún estás dormida—ríe. —levántate que son las 11:30 AM...—sale de la habitación y baja para atender y charlar con Ángel.
—Bajará en unos minutos...—exclama mientras baja las escaleras y se acerca a él.
—¿Sigue teniendo sueños o distorsiones sobre su realidad?—pregunta él.
—Ahm, creo que no... sigue estando confundida, pero cada día es menos y se recupera—contesta mientras se sienta frente a él.
Mientras tanto Paola se levanta de su cama y se dirige al baño para lavarse el rostro con agua y se cepilla los dientes. Después se coloca el primer in jean azul cielo, una camisa y un suéter.
Al mismo tiempo Evelyn entra a la habitación, aun adormilada se recuesta en la cama de Paola. —No debimos quedarnos mirando Harry Potter hasta tarde...—dice mientras se cubre con sábanas.
—Pero, valió la pena—agrega mientras se coloca sus zapatos.
—¿No se si maquillarme?—se pregunta en voz alta.
Evelyn levanta su cabeza un poco, como si estuviese cruda, y la mira un poco desorientada. —¿Es una broma? Bájate ya, te están esperando; y cierras las persianas...—contesta mientras se vuelve acurrucar.
Paola se cepilla un poco el cabello y baja con el psiquiatra.
Saluda y se sienta en el sofá que está frente a él. Mariana sube a su habitación al igual que su esposo.
—Bien, creo que ya tenemos más privacidad...—agrega Paola mientras asiente con la cabeza su espera las preguntas.
—De hecho no duraré mucho. ¿Como te has sentido? Emocionalmente, sigues confundida respectó a tu realidad o no...—inquiere mientras saca la libreta y prepara su pluma.
—Poco a poco comienzo a acostumbrarme y afianzarme en esta realidad, tengo breves recuerdos de esta vida y la anterior, si es que así se le puede llamar. Y respondiendo a su pregunta, aún me siento confundida, sobre si lo que vivo es real, me cuesta un poco acostumbrarme a que ahora soy una chica, o quizás siempre lo he sido, no se, hago muchas cosas por inercia, pero es extraño, quizás el tiempo pase y esta sensación cambie—contesta a la pregunta del señor Ángel, el mientras la escucha la observa y toma algunos apuntes mientras asiente con la cabeza.
—Estaré monitoreando tu caso en los próximos meses; me enteré que un chico consiguió hacerte una entrevista, me dijeron en el hospital—agrega entre risas.
Paola asiente al recordar al chico. —De hecho, si mal no recuerdo Evelyn me comentó que el vendría hoy, aunque no lo sé, supongo que me está dando tiempo que me recupere y pueda contestarle todas sus preguntas—sonríe.
—Te estás haciendo famosa, tu caso poco a poco se da a conoce... me alegra ser el... ¿psicólogo? De una próxima estrella... regresando al tema, me comentaron que pronto volverás a la escuela, quizás la próxima semana, mi recomendación es hacer ejercicio y si sientes algo que no creas que es normal házmelo saber, te irá bien, poco a poco volverás a tu vida normal—cierra su libreta. —Volveré la próxima semana o dentro de dos semanas, de igual forma tienes mi número. Recuérdalo, esta es tu realidad a la que siempre has pertenecido—estrechan manos y puede percatarse de la sonrisa nerviosa que hace Paola.
—Tal vez la próxima que nos veamos usted deba hacer cita—ríe. —Gracias por venir. Nos vemos—cierra la puerta y suspira mientras la frase "Está es la realidad a la que siempre has pertenecido", hace eco en su cabeza mientras se queda recargada en la puerta.
Unas horas más tarde...
Paola está en jardín sentada a solas, sintiendo el aire en su rostro mientras se imagina una nueva vida en su nueva realidad, después de unos minutos ve que llega un auto y del mismo bajan 3 chicos que conoce perfectamente. Justin, Daniela y Diana.
—Ho... hola.. ¿que hacen aquí?—sonríe mientras se levanta de su banca y se acerca a ellos.
—La chismosa de Evelyn nos dijo que quizás hoy venga un chico a entrevistarte, queríamos estar aquí, también queremos ser famosas ahhh—responde de forma sarcástica mientras abraza a Paola.