Una Reina como Regalo

61

Sus labios se curvaron en una amplia sonrisa antes de besar con devoción mis dedos, adornados con costosos anillos.

— Hablé con Quentin, y esta noche cenaré contigo —anunció con desenfado.

La noticia me sorprendió y entristeció al mismo tiempo. ¿Será posible que mi ex prometido, el más tímido de todos, ya no desee verme? Aunque también podía ser que Lester lo hubiera intimidado.

— ¿Y cómo lograste convencerlo?

— En realidad, no se resistió mucho. Aún tenemos un asunto pendiente, algo que no terminamos anoche —me miró de arriba abajo, con descaro, y añadió con satisfacción—: Me alegra que hayas castigado a ese guardia insolente. No me hago responsable de mis actos si lo viera otra vez.

No respondí. Fingí no entender la insinuación del beso. Ya no pensaba corresponderle. Bajé la mirada con timidez y lo invité a cenar. Lester se sentó nuevamente a mi lado, disfrutando visiblemente de esa cercanía. Estuvo animado, contando historias con gracia, siendo el modelo perfecto de cortesía. Del joven impertinente que solía molestarme no quedaba ni rastro.

Cuando trajeron el postre, el duque comenzó a mostrarse más atrevido.

— Arabella, no pude dormir en toda la noche… Pensaba en nosotros. Mi orgullo me impidió ver antes la joya que eres. Te conozco de toda la vida, pero recién ahora entiendo que estoy realmente enamorado.

Sin dudar, apoyó su mano en mi cintura y se inclinó hacia mí, con la clara intención de besarme. Por suerte, Atrey no estaba cerca… porque de lo contrario, probablemente le habría torcido el brazo de nuevo. Y entonces lo comprendí: ¡Atrey sentía celos! ¿Será por eso que trataba de alejarme de mis pretendientes? ¿Acaso… me ama?

Las palabras de su confesión resonaron en mi mente. Quería comprobar algo.

Puse con inseguridad mi mano sobre el pecho de Lester, buscando sentir los latidos de su corazón. Mientras el de Atrey siempre parecía querer escaparse, el del duque apenas susurraba un débil ritmo. Escuché su respiración: tranquila, serena. Sus pupilas se veían normales.

¡Tal vez Atrey no mentía!

El duque se acercó a mis labios, y apenas logré agachar la cabeza a tiempo para esquivar el beso no deseado. Retiré mi mano y me justifiqué en voz baja:

— Sabes… soy una princesa, no puedo comportarme a la ligera. Ya hemos cruzado ciertos límites, y eso podría dañar mi reputación.

Lester apretó los dientes con rabia y me miró como si acabara de decir una tontería. Y aunque algo de eso era cierto, necesitaba explicar de algún modo mi cambio repentino. Me puse de pie con decisión y añadí con más seguridad:

— Perdona, ha sido un día difícil. Espero que no te ofendas si me retiro a descansar.

Sin esperar respuesta, me apresuré a salir del cenador. Confundido, Lester se levantó y murmuró:

— Te acompañaré.

Apenas mi zapato tocó el sendero empedrado, lo vi. Atrey estaba erguido bajo el cerezo, sin apartar de mí su mirada llena de inquietud. Me quedé paralizada un instante, pero luego me recompuse y seguí caminando con la frente en alto. ¿Qué hacía él aquí? ¿Pasó algo? Su mirada, cargada de reproche, me lo dijo todo: había presenciado mi poco decorosa reunión con Lester.

El duque me alcanzó y siguió hablando sin cesar, intentando distraerme con charlas banales. Al pasar junto a mi amado, no pude evitar una sonrisa leve. La verdad, me alegraba muchísimo verlo. Escuchaba sus pasos siguiéndome de cerca.

Ya frente a mis aposentos, Lester no dejó pasar la oportunidad para alabarme:

— Eres muy hermosa, Arabella —dijo, tomándome las manos como si lo hubiera planeado—. Sueño con el día en que me regales tu primer beso.

Tuve la impresión de que lo hacía a propósito, para poner a prueba la paciencia de Atrey, que ya estaba al límite. Vi cómo mis palabras surtían efecto en él: apretó los puños, sus labios se volvieron una fina línea y sus cejas se fruncieron. Siempre se ponía así cuando se enfadaba.

Lester se inclinó y dejó un beso húmedo sobre mi mejilla. En ese preciso instante, supe que la paciencia de Atrey se había agotado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.