«Lamento mucho lo de anoche, bueno no lo lamento, pero tuve que hablar con mi hermano...», es lo único que pude leer antes de ser secuestrada por esta señora.
—No lo sé, ella no me dejó leerla—Respondi—, ¡Ah!
Grite un poco cuando sentí el tablón posarse en mis nalgas, haciéndome ponerme otra vez firme, los libros en mi cabeza se tambaleaba un poco, deje de respirar esperando que se detuvieran.
—Si se te caen, te coloco el doble—Mascullo la francesa.
—¿Porque la tortura?—Cuestione.
—Es un método rápido y efectivo, lo han usado en toda la familia real, hasta el príncipe Nicholas se sometió a esos tablazos—Comento.
«No existirá otro método» pensé.
Mi mirada se detuvo en la reina cuando entró en la sala.
—Fuera los dos—Comento.
En ese momento Jeffrey y la señora francesa salieron, no tenía ni idea como se llamaba, porque solo se dispuso a traerme a este lugar como fuera, ni había comido por su culpa.
—Contigo quiero hablar muy seriamente—Mencino sería.
Yo me quite los libros de la cabeza y me acerque donde ella estaba, su mirada era muy diferente a la que me diría ayer.
—Digame, ¿Que pasó, su majestad?—Pregunte nerviosa.
—Ahora si hablaremos de lo que pasó en Bogotá, quiero que me cuentes todo con lujo de detalles—Comento.
—Yo... Yo no me acuerdo de nada, pero déjeme decirle que yo no planee esto, lamento mucho que pasara, pero... Sinceramente yo no debí ir a tomar ese día, así su hijo seguiría siendo soltero—Admiti con la cabeza baja.
Escucho un suspiro de su parte y una mano se poso en mi hombro, la miré un poco aturdida.
—Lo se, lamento mucho como te hablé ayer, estaba molesta, mis hijos son la luz de mis ojos, tengo miedo de que alguien se pueda aprovechar de su título, pero... Lo que me dijiste ayer, me hizo darme cuenta que estaba mal al juzgarte así, tus ojos muestran sinceridad y cuando entraste desmayada y medio me contaron lo que pasó, sentí que mi gran miedo se hizo realidad, yo no quiero que nadie le haga daño a ellos...—Sus ojos se tornaron rojos—... No soportaría ver cómo mis hijos sufren, aunque se que todos somos desconocidos para ti, y tú eres desconocida para nosotros, tus ojos muestran sinceridad pura, pero, ¿Tu madre que piensa de que estés casada?.
Agache la mirada, si la reina estaba apunto de llorar, ahora en estos momentos me haría llorar a mi por tocar un tema sensible en mi vida, aunque me sorprendió lo que me dijo, se que una madre puede llegar hacer así.
—Mi madre está muerta—Articule casi con la voz quebrada.
—¡Oh, lo siento!—Comento.
En ese momento sentí como la reina me abrazó fuertemente, no sabía que estaba pasando, estaba muy asombrada por lo que pasaba en estos momentos.
—Tranquila, tengo una madrastra que me crío como su propia hija—Respondi.
—¿Tienes hermanas o hermanos? —Pregunto separándose de mi.
—Si, tengo un hermana que está en silla de ruedas desde hace unos años—Admiti.
Unas lágrimas salieron de mis ojos y la reina me las limpio, la miré a los ojos y ella me dedicó una sonrisa medio triste.
—¿Que le paso?
Tome mucho aire antes de contar lo que había pasado hace mucho tiempo, ¿Porque lo hacía?, No lo sé, tal vez porque estaba confiando en ella y esperaba que esto no fuera mentira.
—Hace unos años, una noche de lluvia ella salió de la casa para buscar a nuestros padres y... Tuvo un accidente, perdiendo la movilidad de sus piernas—Las lágrimas siguieron bajando por mí rostro.
Estábamos ahí en una gran sala, las dos solas llorando, sin ser interrumpidas ni nada.
—Sabes, no sé si deba decírtelo o no, pero seré sincera contigo, se supone que tú no debes saber nada, se lo prometí a mi esposo y a mi hijo mayor, pero...
—¡Madre!—La voz de Harry nos sorprendió.
La reina se limpio rápidamente las lágrimas y luego me limpio las mías, me sonrió y yo se la devolví, ambas volteamos a ver a Harry que entro con una mujer muy hermosa.
—Hijo, ¿Que pasó?—Pregunto la reina.
—Estabais llorando... ¿Las dos? — Cuestiono Harry.
—Estabamos hablando, ya todo está aclarado entre las dos, no te preocupes—Menciono la reina.
—¿Que estaban hablando? —Pregunto Harry.
—Te diría pero esto es entre mujeres y, para ser más clara y ninguno de vosotros dos pregunte más, entre suegra y nuera.
Mis ojos se abrieron muy grandes cuando escuché esas palabras, estaba mega sorprendida, porque lo digera, pero me gustaba escuchar esa palabra.
—¡Madre!, No seas así, cuenta—Dijo la chica.
—No, es nuestro secreto, ¿Verdad?
La reina me volteo a mirar, yo no sabía que decir, ni que hacer, pero no podía negar nada, luego se le quitaba lo amable por hacerla quedar mal.
—Si—Respondi.
Harry nos miró y luego río un poco, no le sorprendía para nada que me estuviera tratando así, pero bueno la primera impresión no siempre es la verdadera.
—Bueno, Tania, te quiero presentar a mi hija menor Katherine—Articulo la reina señalándome a la chica—, Katherine, ella es la esposa de tu hermano, Tania.
—Mucho gustó, me hermano tiene razón, eres altamente divina.
Me sonroje un poco cuando me alago, no estaba acostumbrada a eso.
—Gracias, el gus...
—Que quede claro, que yo no comenté eso—Me interrumpió Harry.
—Si, sabemos que fue Nicholas hace un rato cuando fuimos a verle—Respondio la chica.
Ahora sí tenía las mejillas coloradas al ver que el principito había dicho algo asi de mi.
—Las dejamos—Cuestiono la reina agarrando el brazo de Harry.
—Cuidado con la instructora, no queremos que no te puedas sentar en el almuerzo—Comento Harry.
—Nos veremos en otro momento, Tania, todavía tenemos un tema pendiente—Dijo la reina.
Ambos salieron dejándome sola con la hermana menor de Nicholas.
Editado: 31.05.2024