Una Reina Para El Principe

Capítulo 38

—¿Nos toca organizar a nosotros el matrimonio?—No pude evitar preguntarle.

—Sí, pero no te preocupes, yo me haré cargo mientras tú vayas donde tus padres—Se limitó a responder.

No me agradaba el hecho que el no fuera a ir conmigo, yo quería que lo hiciera y pasáramos la semana juntos, con mis padres.

—¿Por qué no irás?

El me miro con una mueca en la cara para luego soltarme y caminar por el lugar.

—Tengo bastante trabajo por hacer, quisiera ir, pero no puedo—Susurro—, pero prometo recompensarte cuando regreses, mientras estés por fuera yo te enviaré adelanto de lo que vea y tú me dirás si te gusta o no.

—Solo quedan dos meses y tres semanas—Comente—, las cosas que hay que organizar no son pocas, tomara mucho tiempo.

—Dejame todo a mí, yo me encargaré que todo salga bien—Manifestó—, ya verás que te gustará.

No me sentía cómoda dejando que el hiciera todo el trabajo, si no me iba a acompañar era porque estaba muy ocupado y más encima quería cargarse más trabajo, sería desconsiderado de mi parte si lo dejara ocuparte de todos los preparativos del matrimonio, yo también me iba a casar.

—No, yo también quiero ayudar, no harás todo el trabajo tú solo—Mencione acercándome hasta él.

El me miro en completo silencio, cuando estaba cerca me envolvió entre sus brazos para abrazarme, yo le correspondí el abrazo y escuchaba como mi corazón latía desbocado por su cercanía, esperaba que el no lo escuchara.

—Yo te enviaré las imágenes y tú tomarás la decisión final, solo disfruta con tus padres un tiempo, sé que lo necesitás y ellos contigo.

—No quiero ir una semana, extraño a mis padres y mucho, pero aquí nos casaremos los dos, debemos decidir los dos juntos—Dije mientras le acariciaba el rostro, pero la retire al sentir los pelos de su barba—, necesitas cortarte eso, pica.

El río, — apenas y está saliendo, mañana me la quito.

Yo lo mire mientras deslizaba mis dedos por su barba de unos pocos días, no eran muchos los que tenía, pero se veía muy sexy con ella, pero lo prefería sin ella.

—Sí, debes quitártela con urgencia—Reproche separando me—, el día que vaya a visitar a mis padres quiero ir contigo.

Declare alejándome y sentándome a descansar.

—Si, Cariño, iremos los dos de visita, pero para eso pueden faltar unos meses—Comento mientras se sentaba al lado mío.

—No me importa, si voy contigo estaré bien—Mencione agarrándole la mano—, además así mis padres tendrán más contacto contigo… ya sabes, por el hecho que terminaremos casados ante todo el mundo por incumplir las reglas.

Me había puesto un poco nerviosa, pero para mí era importante que mis padres tuvieran contacto con él, que estuvieran de acuerdo con lo que estábamos haciendo aunque no supieran la verdad, pero que vieran que estaría bien, así nuestros sentimientos no pasarán a mayores.

—Está bien—Manifestó dándome un suave beso pero me separé.

—Hablo en serio, quítate eso, pica mucho—Sentencie mientras hacía una mueca.

—Cuando te bese en el pasillo pareció no afectarte—Argumento mientras se colocaba de pie.

No mencioné nada al respecto, sabía claramente que había ignorado la idea de sentir esos pelos pasar por cara, pero es que su beso era tan placentero que no me quería separar por la picazón solo quería continuar con ese sustancioso beso que me estaba volviendo loca.

—Voy a quitarme esta barba recién salida, ¿Me acompañas?

Me coloque de pie y enrolle mi brazo con el suyo—No me lo necesitas pedir dos veces.

Lo jale fuera del laberinto y lo lleve lentamente por todos los pasillos para dirigirme hasta su habitación, pero ya estaba un poco perdida y no recordaba a donde tenía que agarrar.

—Mandaré a poner señalizaciones para ti—Comento, pero en ese momento deje de sentir el piso y vi que el me había alzado.

—Nicholas, ¿Que haces?—Pregunte mientras me sujetaba de su cuello.

—Llevas un tiempo aquí, aunque no te culpo que no sepas cómo llegar a mi habitación, pero te acostumbraras muy pronto a llegar a los aposentos.

Escondí mi cara en su cuello y cerré los ojos para sentir su aroma. No sé qué me pasó en ese momento por la cabeza, pero abrí mi boca un poco y empecé a succionar una parte de su cuello. Nicholas se frenó inmediatamente.

—Tania…

Su voz era ronca, yo no dije nada y solo seguí trabajando en su cuello.

—Nicholas—La voz de Harry no me paro, pero Nicholas se tenso y apretó su agarre—, no vi nada, yo hago el trabajo.

—Maldición, Tania, no hagas eso—Susurro con voz ronca.

No le respondí en lo absoluto, solo succione con más fuerza aún sabiendo que el chupete que le quedaría no será para nada discreto, pero no me importaba. Sentí como aceleró el paso hasta que abrió la puerta de su habitación.

—Tania, amor… detente

No le respondí nada más y solo me separe para mirarlo. Me puse una mano en la boca impresionada al ver la intensidad que tenia y que se demoraría unos días en bajar.

—Vamos para que te quites eso—Susurre con una sonrisa mientras cruzaba los dedos mentalmente para qué se borrará rápido.

Se quedó mirándome fijamente, pero luego camino conmigo hacia el baño para dejarme en el lavabo y agarrar la máquina de afeitar.

No le quite la mirada de encima, vi como se empezó a esparcir espuma por su cara y cuando giro a cabeza para echarse en la parte de abajo   se quedo quieto al ver el chupón.

—¡Tania!—Su voz sonó más de reproche que de molestia.

—Se ve hermoso—Mencione estirando mis piernas para atraparlo y pegarlo a mí—, lo importante es quitarte esa barba.

Le quite la máquina de las manos y la encendí para pasársela suavemente por su cara.

—¿Sabes hacerlo?

No, pero quiero intentarlo contigo, aunque no debe ser tan difícil, si uno de mujer se corta los pelos de abajo…. ¡No me los he quitado aún!, No. Debería esperar más y sacarlos de ahí si quiero intimar con mi príncipe más adelante.



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En el texto hay: comedia, romance, plebeyos

Editado: 31.05.2024

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