Una Reina Para El Principe

Capítulo 27

En ese momento asentí, pero los ojos se me llenaron de lágrimas. Podía ser mi marido. Pero, yo puedo ser una distracción para el, una cuartada o cosa por el estilo, puede que nada sea real y solo yo esté muriendo con esta agonía.

—Ven aquí, pequeña, ¿Por qué lloras?—Mi madre me estiró sus brazos.

Yo me acerqué y me dejé abrazar con fuerza mientras las lágrimas salían una tras otra sin poder controlarlas.

—¿El príncipe te trata mal o alguien?—Pregunto mi hermana con su mano en mi hombro.

—No... Es solo que...—Hice una pausa por los sollozos—... Yo... Creo que me estoy enamorando de Nicholas—Admití a mi pesar—, el gusta de mí. Pero no sé si ese sentimiento sea de verdad, no quiero que solo me esté usando para que ningún escándalo rodee a la familia real, es... Es que se porta tan lindo, es demasiado perfecto para ser verdad, tengo miedo de que al final todo termine.

—Shhh, tranquilízate, mírame—Mi madre separo mi cara y me limpio las lágrimas—, ¿Cómo es el contigo?

Solté un inmenso suspiro, la respuesta era tan simple, pero a la vez tan complicada que me costaba mucho.

—Es lindo, gracioso, cuando estoy a su lado me siento protegida, mi corazón se acelera y... Atento—Respondi.

Mi madre analizó la situación por un momento antes de sacar cualquier conclusión sobre mi príncipe moja bragas. No sabía que opinaría ella de esa situación, ni menos si se la comentaría a mi padre, pero estaba asustada, muy asustada.

—Tranquila, si el es así como dices, debes calmarte, si es verdad que como lo describes debe ser muy perfecto—Comento mi madre—, pero si crees que el te está usando, simplemente toma distancia.

¿Distancia?, Creo que esa palabra no está incluida en este momento, porque simplemente no puedo tomar distancia, es como un fuerte imaginé que me atrae hacia el y no me deja estar separada de su lado.

—No puedo, es imposible, cuando estoy a su lado solo existimos los dos, aunque el dijo que era un hombre sincero y directo, me cuesta creerle—Mencione.

—Pues dale un poco de confianza, si el dijo que era sincero, tal vez es porque así es, no le des vueltas al asunto y disfruta del príncipe, que si terminas con el corazón roto, aquí estaré yo para consolarte, pero créeme que si no intentas llegar hasta el final, no sabrás si tus miedos sin verdad—Respondió mi madre.

El resto del día no la pasamos cocinando y jugando un rato mientras esperábamos que mi padre volviera con Nicholas, pero ya había anochecido y ellos no llegaban, preocupando nos demasiado.

—Tania, vete a dormir, cuando llegue yo los atiendo—Comento mi madre y yo negué.

—Me niego a dormir hasta que no tenga a mi principito conmigo, no podré dormir tranquila—Manifesté.

Ya eran casi media noche y ellos no volvían, eso no me dejaba para nada tranquila, no lo hacía, tenía en una mano mi corazón y en tres mi teléfono, si no aparecían iba a llamar a la policía para poner la denuncia de príncipe perdido.

—Hija, vete...

En ese momento la puerta se abrió y ambas miramos, lo primero que vimos fue a Nicholas y a mi padre tambaleándose de los borrachos, ¡Esto tiene que ser una broma!

—¡Nicholas!—Manifesté molesta.

—¡Óscar!—Comento mi madre.

—Tania—Dijo Nicholas

—Mujer—Respondió mi padre.

Está molesta, se lo había llevado sano y lo había traído inmensamente borracho, eso era lo suficientemente indignante para estar molesta.

—Óscar, ven aquí—Dijo mi madre agarrando a mi padre—, no lo puedo creer, casi matas a tu hija de un susto y llegás borracho, de saber que ibas a hacer eso, ni te hubiera dejado que te llevarás al prometido de tu hija.

Mi madre se llevó a mi padre mientras lo regañaba por hacer lo que hizo, por otro lado, estaba Nicholas tambaleándose mientras me miraba fijamente a los ojos.

—Ta-Tania, yo...

No lo deje terminar porque corrí y lo abrace muy fuerte mientras aspiraba el olor de su cuerpo contaminado con el olor del trago. Sus manos demoraron en reaccionar, pero luego sentí como pasaban alrededor de mi cuerpo y me abrazaban fuertemente.

—Lo siento—Susurro.

Yo me separé de el y lo agarré para ayudarlo a caminar hasta la habitación. Comenzamos a dar pasos hasta la habitación lentamente para que no sé callera.

—¿Que pasó?—Pregunte cuando abrí la puerta de la habitación—, ¿Por qué me llegas así?

Lo acomodé en la cama y luego cerré la puerta para mirarlo seriamente.

—No te lo pienso decir—Comento—, pero...—El hizo una seña con su mano para que me acercara y lo hice un poco—... Hay algo que quiero hacer.

Antes de que pudiera preguntar algo, sentí como me jalaba la mano con fuerza tumbando me encime de él, sus labios fueron lo segundo que sentí y el olor a alcohol lo tercero. Le respondí al instante el beso, el sabor fuerte del Whisky invadía mi paladar por completo, senti sus manos paseando por mi cuerpo posándose en mis nalgas y apretándolas con fuerza.

—Nicholas... La promesa—Susurre contra sus labios.

—Me vale la promesa, ya no aguanto esta agonía—Menciono y me volvio a besar.

********************

—Nicholas —Susurre separando mi cara de su pecho para mirarlo a los ojos —. Rompimos la promesa —Articule y no pude evitar sentir ese inmenso deseo de pegar mis labios contra los suyos.

—Tranquila, hablaré con mi padre y le diré la verdad, que fui yo quien te llevo a romper la promesa. Pero... ¿Te arrepientes?

¿Qué si me arrepentía?, ¡Dios, claro que no lo hacía!, había pasado la noche mas maravillosa de mi vida y esta si me acordaba completamente, ¡Debería estar loca para arrepentirme!, así que yo no estaba loca para arrepentirme de lo que paso, solo que había prometido algo, ambos lo hicimos y esa promesa se había roto por completo cuando deje que el entrara en mi, ¡oh!, de solo recordar lo que había pasado mis mejillas arden como nunca.



#5232 en Otros
#886 en Humor
#1500 en Novela contemporánea

En el texto hay: comedia, romance, plebeyos

Editado: 31.05.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.