Una Rosa Para Ti...

Capítulo Diecisiete

(…)

Después de que ayer impedí que Ricardo le confesará todo a la estúpida de Anghela y de que me vuelva a rechazar por culpa de su maldita esposa, tengo que espiar todo lo que se dice en la habitación y así tener algo de dónde asirme para separar a Ricardo de su mujercita.

  • Hola putita - dice una voz conocida.
  • Hoola, ¿qué haces aquí? – pregunto como una tonta.
  • Qué, ¿qué hago aquí? - sonríe maliciosamente -, pues la respuesta es fácil – se me acerca al oído – tengo ganas de ti.
  • Pero… estoy trabajando – sonrío nerviosa.
  • Tengo el auto abajo ¡vamos! – hace un ademán de acompañarla al elevador. 
  • Espera, no puedo… tengo que hacer mis rondas.
  • Mira putita…No quiero… un no como… ¿¡Qué hace esa estúpida aquí!? – se mueve y esconde mirando hacia la habitación de Yaneth y de ella sale Anghela.
  • ¿La… conoces?  - abro mis ojos en demasía
  • Esa estúpida… me robo… ¿¡qué hace ella aquí!? – me pregunta con rabia.
  • Anghela viene a ver a su cuñada…
  • ¿Cuñada? ¿¡La perrita se casó!? Eso… quiere… decir que Yaneth… - habla para sí misma, pero logro escuchar.
  • ¿¡Yaneth!?
  • ¡No te interesa! – responde molesta.
  • Acaso estás hablando, de Yaneth su ex amante.
  • ¿Cómo lo sabes?
  • Anghela se casó con su hermano y Yaneth está en coma por ir a verla.
  • ¿Por ir a verla? ¿cómo está eso?
  • Creo que tenemos mucho de qué hablar tú y yo, Amanda – sonrío viendo que quizás puedo sacar provecho de esto.

Bajamos a la cafetería y le conté todo lo que sabía de la historia, sus ojos cada que mencionaba a Anghela expresaba un odio más grande o al igual que el mío.



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En el texto hay: anghela, yaneth, ricardo

Editado: 23.01.2020

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