Capítulo Veintiocho
(***)
Valentina estuvo inquieta toda la noche, al parecer siente la usencia de su papá, se acaba de dormir y son las siete treinta de la mañana; aprovecho para acomodar algunas cosas que me faltaron poner en las maletas, cuando escucho golpes en la puerta de mi habitación.
- Buenos días querida – dice Priscila en voz bajita –, se durmió la princesa de la casa.
- Buenos días, sí recién se acaba de dormir.
- ¿Cómo estás? – se acerca y toma mis manos - ¿todo bien con Ricardo?
- Le he pedido el divorcio – ella cierra los ojos moviendo negativamente la cabeza.
- ¿Estás segura de eso? – asiento – bien, si es así ya sabes que cuentas conmigo.
- Gracias Priscila, aprecio mucho el que te pongas de mi lado.
- Siempre te dije que te veía como a una hija ¿verdad? – asiento – pues no mentí – sonríe sinceramente – ¿y esas maletas?
- Nos mudaremos a casa de mi padre.
- ¿¡Qué!? ¿¡por qué!? Esta es tu casa.
- Es la casa de Ricardo… y me sentiré mejor estando en casa de mi padre.
- Querida…
- Además… - interrumpo su hablar - cuando Yaneth vuelva a casa… necesitará tranquilidad y silencio, y ya vez como ha estado Valentina anoche – sonrío.
- Estoy segura que a ella no le molestará.
- Lo sé… pero… es por mi comodidad, entiéndeme por favor.
- Está bien, está bien… – palmea mi mano – pero recuerda que antes de todo, esta Valentina y tú ¿sí? – asiento.
- Gracias – la abrazo.
- Nada de gracias – nos separamos del abrazo –, eres una hija más para mí… – sonríe – si demoré en apoyar a Yaneth… contigo no lo quiero hacer. ¿sabes? Yaneth empieza hoy con sus terapias.
- Me alegra saber eso… – mis ojos se aguaron – estoy segura que con ello… volverá a ser la de antes.
- Anghela… no lo sé… - se agarra las dos manos y mira al suelo – pero siento… que algo pasa entre Amanda y Yaneth… - vuelve a mirarme – y lo peor es que siento que no es nada bueno… ayer… ¡ay, no lo sé!
- No te mortifiques Priscila… cuando Yaneth se encuentre mejor para hablar… ella nos lo dirá.
- Tienes razón… - sonríe – ¿iras más tarde a verla?
- Si, iré por la tarde.
- Bien, te espero abajo… para tomar desayuno.
- Gracias… pero coman ustedes primero, debo hacer algunas cosas más antes de bajar.
- Está bien, nos vemos más tarde – le da un beso en la frente a Valentina y sale.
Una vez que Valentina despertó, le doy la teta y bajamos para tomar desayuno, al terminar volvemos a subir para cambiarnos y salir a… primero recuperar mi número de móvil y segundo hablar con mi abogado para que inicie los papeles del divorcio.
Una vez habiendo hecho todo lo planeado, llegamos al hospital, Valentina en su coche está súper feliz, subimos hasta el piso donde está la habitación de Yaneth, rogando de no encontrarme con Amanda… aunque, sé que es imposible, abro la puerta y para mi gran sorpresa Yaneth está sola.
(\\\)
Desde muy temprano al despertar, los doctores volvieron a revisarme e iniciaron una serie de exámenes, desde sangre hasta meterme en una cámara que no sé ni para qué sirve, es más, ni pregunté, lo único que quiero es que todo esto termine de una buena vez. Al regresar a mi habitación me encontré con la sorpresa de ver a mi madre y Amanda al parecer en una plática muy amena.
- Cariño, buenos días – se acerca mi madre tomándome el rostro y dándome un beso.
- Hola madre – respondo casi inaudible.
- No te esfuerces bebé, el doctor dijo…
- ¡Vete! – levantando la voz haciéndome toser desesperadamente, mi madre se asustó y salió a llamar al doctor ante la sonrisa de Amanda.
- No me voy a ir… - me habla al dejar de toser – tú y yo nos hemos vuelto a dar una oportunidad… ¿no lo recuerdas bebé? – sonríe, al escuchar abrir la puerta se lanza abrazarme y yo sin poder moverme y alejarla – descuida mi amor, entiendo tus cambios de humor… no te preocupes que siempre estaré aquí contigo – se separa del abrazo al escuchar aclararse la garganta a mi madre quien estaba junto a un médico.