Una Rosa Para Ti...

Capítulo Treinta y cuatro

(\\\)

Llegué al bufete de abogados a esperar a que Amanda haga su aparición, habíamos quedado a las diez de la mañana, muy puntual ella apareció, después de los saludos y presentaciones correspondientes.

  • ¿Trajiste tu número de cuenta corriente? - ella asiente, entregándonos el número -, antes de eso, debes leer y firmar este contrato – se lo alcanzo, para que eche un vistazo – en él está estipulado en que una vez que se deposite los quince millones de dólares en tu cuenta:  
  • UNO: No volverás a ponerte en contacto nunca más conmigo o con alguien de mi familia.
  • DOS: No darás ni una información con respecto a mi vida o a la de los míos. TRES: Si es que alguna vez, volvemos a cruzarnos por azares del destino, harás de cuenta que no me conoces y seguirás tu camino.

CUATRO: No usaras a un tercero para incumplir las tres primeras cláusulas.

CINCO: No intentaras apelar por ningún medio, este contrato.  

En caso de que incumplas alguna de estas cláusulas, iras directo a la cárcel, estés donde estés, se dará aviso a la policía.

  • ¿¡Me harás firmar un contrato!? – pregunta furiosa.
  • Creías que por quince millones, me arriesgaría a volver a ser chantajeada. Decide, ¿lo firmas o no? – me mira fijamente.
  • Lo haré, dónde firmo – tomó el bolígrafo y firmó el original y las copias, al ver que firmó y dio su copia de identificación y pasaporte, le di la señal al abogado para que deposite lo acordado.
  • Ahora puedes ver tu cuenta – le dije al ser informada que la operación se había hecho, ella tomó su móvil y verificó.
  • ¡quiqui…quince millones! – sus ojos se abrieron como plato y se levantó de la silla – supongo que este es el adiós – me mira.
  • No supongas, es el adiós – sonríe derrotada.
  • Bien, me voy – camina hacia la salida.
  • ¡Amanda! – se detiene y me mira - ¿cómo supiste lo de Máncora?
  • Eso no está estipulado en el contrato – sonríe y se va.

Entra una llamada de mamá, la escucho alterada, no entiendo.

  • ¿Valentina? ¿qué pasa con Valentina?

Salgo inmediatamente hacia el hospital, al llegar había policías por todos lados, me acerco a donde mamá me dijo estarían, miro a todos lados, pero no veía a Anghela; Ricardo estaba como un loco en el móvil y mi madre se acerca con lágrimas en los ojos.

  • ¿¡Qué ha pasado!?
  • Valentina… – dice mi madre tratando de calmarse – Valentina, ha sido secuestrada.
  • ¿¡Qué!?  No, ¿dónde está Anghela?
  • Ella está siendo atendida por un doctor, se desmayo al no encontrarla por ningún lado – se limpia las lágrimas – Ricardo está llamando a todos sus contactos.
  • Tienen alguna señal de quien se la llevó.
  • Anghela dice que fue una enfermera con cabello rubio, ojos negros, llevaba anteojos, pero nadie conoce a una enferma con esas características. Los policías revisaron a todo el personal del hospital… pero nada.
  • Las cámaras de seguridad del estacionamiento o la salida, fueron a revisarlos.
  • No, nadie ha hecho eso.

Me acerco a mi hermano y le digo que vayamos juntos a solicitar ver los videos de videovigilancia de acuerdo a las horas que sucedió el rapto.

 



#4150 en Novela contemporánea
#43021 en Novela romántica

En el texto hay: anghela, yaneth, ricardo

Editado: 23.01.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.