Prólogo
- ¡Yaneth despertaste! - me abraza fuertemente.
- ¿¡Anghela!? – abro mis ojos como plato.
Al separarse del abrazo, la veo con sus hermosos rizos, su enorme sonrisa y sus ojos a casi llorar.
- Yaneth estaba tan asustada, los doctores dijeron…
- Anghela ¿eres tú? – interrumpo su hablar - ¿dónde estoy? ¿y Ricardo?
Ella seguía igual a como la conocí, su semblante era la de una joven de 19 años, ¿dónde está su laceado?, ¿sus caderas prominentes? ¿sus senos de madre primeriza? ¿su mirada profunda y seria?
- ¿Qué te pasa Cariño? - me ve como si hubiera perdido la razón - ¿quién es Ricardo?, llamaré al doctor - intenta separarse de mí.
- No espera, no te vayas, no me dejes - la detengo dándole un fuerte abrazo.
FLASHBACK
- ¡Al fin!... – dice Anghela totalmente exhausta - la última caja que embalamos…estoy tan cansada – se sienta en el suelo.
- Lo bueno es que de aquí vendrá los de mudanzas y se llevaran todo – me senté a su lado.
- Créeme que, si hubiera sabido de todo este trabajo, no me mudaba. – sonríe traviesa.
- ¿Es en serio? estás hablando en serio Anghela…
- Claro que no…tonta… - me da un beso casto.
- Como juegas con mis sentimientos… - hago puchero - y ¿cómo que tonta?, tendré que enseñarte modales ahora que nos casaremos. – la reprimo en tono gracioso.
- ¿Nos casaremos?
- En un futuro, pero ahora que vivamos juntas eso cuenta como matrimonio.
- ¡Es verdad! no lo había pensado como tal.
- Si señorita, - me acerqué a ella sentándose frente a frente -, así que ahora en adelante me debe respeto y tendrá que decirme a dónde va y con quien y la hora de llegada - la abrazo.
- Ya me estoy desanimando… creo que empiezo a desempacar… - sonríe traviesa.
- O sea, te estas desanimando... ¿no? - le hago cosquillas cayendo encima de ella dándole un beso.
- No, no, no me estoy desanimando – me contesta entre risas - Nunca me desanimaría, te amo.
- ¿Nunca, nunca? - pego mi frente al de ella.
- Nunca – me da un beso – cariño ¿Volviste a tratar de comunicarte con tu madre?
- Sí - me senté junto a ella -, lo intenté muchas veces… pero como siempre no responde mis llamadas, por suerte tengo a mi…
Sonó el timbre de la puerta interrumpiendo la conversación
- Lo siento cariño, debe ser Laura, quizás se olvidó sus llaves…iré abrir la puerta - se puso de píe -, ya regreso…cariño…- me mira - vuelvo y continuamos con lo que me contabas ¿sí?
- Descuida amor, aquí te espero.
Empiezo a recordar que una vez que Anghela bajó las escaleras me subí en un banco para poder alcanzar un retrato de nosotras que no habíamos guardado… cuando caigo golpeándome la cabeza perdiendo el conocimiento.
FIN FLASHBACK
Es entonces que caigo en la cuenta de que todo había sido un mal sueño, un horrible sueño. Anghela estaba conmigo, a mi lado, la tenía entre mis brazos. Todos los años que habíamos pasado lejos la una de la otra, no existieron, las mentiras que nos separaron, los días y noches sin ellas, nunca existieron. Todo lo malo que vivimos nunca pasó.
- No te separes de mí - le digo al oído - tuve un mal sueño, soñé que te perdía - ella se separa del abrazo.
- Nunca me has perdido - me mira con amor - siempre estuve a tu lado velando tu sueño - me besa cálidamente.
Extrañaba sus besos, sus manos, su olor, extrañaba a mi Anghela, sí mía solo mía
Una semana después donde me chequearon completamente y comprobaron que estoy bien salí del hospital, mi princesa me contó que Laura y ella me encontraron inconsciente, que ella lloraba todas las noches al no verme despertar. Fueron tres largos días de inconciencia.
Un mes después.