Una taza de café

Capitulo 2

La joven corría de un lado a otro llevando café, té y pasteles; aunque el numero de personas había incrementado, no parecía estar lleno. Otros puestos parecían estar también ocupados, Jack observo una florería enfrente, un estudio de fotografía y una galería de arte más al fondo, la estación era un buen lugar para pasar el rato mientras el tren llegaba, la cafetería era de los pocos puestos en ofrecer comida y bebida; a Jack le pareció curioso que en todo ese rato no había visto a otro empleado de la cafetería, se pregunto si acaso la joven manejaba el puesto por si sola.

Cuando finalmente las cosas se calmaron un poco la joven regreso a su lado, pero permanecía atenta a cualquier petición; Jack bebió con calma de su té, no sabia como iniciar la conversación nuevamente.

- Día bastante agitado – dijo con calma

- Solo un poco, ha habido días peores – dijo con cierta tristeza –una vez la estación estaba tan llena que ni podía moverme – soltó un suspiro – fue un día realmente horrible

- ¿No había nadie que le ayudara? – pregunto

- No, atiendo sola la cafetería desde que decidí abrirla – dijo con orgullo

- Entonces es su negocio, debe ser duro

- Un poco, pero siempre me esfuerzo para dar lo mejor de mi misma – sonrió – además me mantengo ocupada, era demasiado aburrido solo pasear por la estación

- No entiendo, ¿eras una pasajera?

- Bueno – ladeo la cabeza – es una larga historia

- Cuéntamela, yo ya te he contado sobe mi vida, ahora es tu turno

 

La joven miro si no había a nadie más que atender, fue por una taza de café y tomo asiento junto a Jack. Dio un largo suspiro y comenzó a narrar su historia.

- En efecto era una pasajera, llegue aquí como todos esperando a abordar mi tren; pero … no pude abordarlo, no es que lo perdiera o algo así, es solo que.. simplemente no podía irme tan fácilmente – tomo un sorbo del café – sé que cuando uno llega aquí, debe dejar ir todo, pero yo … aún quería verlo, aunque fuera una ultima vez – una pequeña lagrima corrió por su mejilla

 

Jack miro brevemente su portafolio, él aún no se desasía de su equipaje, él quería seguir recordando su vida y a su familia; y tiraría aquella caja negra cuando estuviera lo suficientemente lejos. No podía culpar a la joven por querer aferrarse a un recuerdo.

- ¿A quien quería ver? – pregunto suavemente

- A mi novio – sonrió de lado – bueno, ya no creo que sea mi novio, ha pasado mucho tiempo – dio otro sorbo a su café – pero yo aún lo sigo amando

- ¿Cuándo fue la ultima vez que lo vio?

- Bueno – hizo una pausa – quizás un par de años, los suficientes para que él conociera a alguien más

- Un verdadero amor, podría resistir el tiempo y la distancia, quizás él también espera por usted

- No lo creo, yo siempre fui la que estaba totalmente enamorada – dio una ligera sonrisa – además, seria muy triste pensar que él aun me espera, el es libre de ser feliz con alguien más

- Eres demasiado bondadosa – la miro fijamente – así solo las personas te pisotearan

- Jajaja que cruel es

- ¿Y que hay de ti? ¿No mereces también ser libre y seguir adelante? – le pregunto serio

 

La joven miro con tristeza su taza, sus manos temblaban un poco, tomo su tiempo para poder calmarse y hablar.

- Todos me dicen lo mismo – sonrió con tristeza – hasta mi padre me lo dijo cuando me encontró aquí, dijo que merecía ser libre de su recuerdo; pero yo no podía olvidarlo – nuevamente una lagrima corrió por su mejilla – aun cuando me dijo que se había casado ya – tomo todo el contenido de la taza – no espero verlo y que me ame como antes, solo quiero verlo y decirle que me alegro por el, que realmente espero que sea feliz.

- Eso suena como una mentira para mí, no te sientes feliz por el, seguramente quieres golpearlo – bebió su té – yo lo aria

- No diga eso, yo lo digo enserio, me alegro por el… si aún me duele saber que ya no me ama, pero si él es feliz, yo también lo soy, solo quiero decirle eso

- ¿Y en que momento aparece la cafetería en la historia?

- Bueno, como no sabia en que momento podría aparecer, me quede a vivir en la estación, les pedí permiso a los trabajadores – señala el edificio – estas eran bodegas vacías, en la parte de arriba duermo, pero tras un tiempo me aburría, así que pensé en poner una cafetería – ríe un poco – a el le encantaba el café, así que puse la cafetería, así si viene un día, forzosamente tendrá que pasar por la cafetería




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