Me siento en este momento como una niña pequeña siendo regañada por su madre. Eché un ligero vistazo al pequeño príncipe y apreté los labios, aguantando la risa al ver su cabello cubierto de harina. La señora Ana continuaba regañándonos por el desastre que habíamos hecho en la cocina, y yo solo podía pensar en que, al final, todo había valido la pena. En el poco tiempo que había permanecido al lado de Alan, me pude percatar de que casi nunca, o mejor dicho, nunca sonreía. Muy pocas veces sus ojitos se iluminaban de alegría, pero nunca sonreía. Así que, interiormente, me propuse cambiar eso, hacerlo sonreír, y fue muy gratificante para mí ver cómo finalmente sus labios se estiraban formando una hermosa sonrisa. Es por eso que todo este desastre valió la pena.
–No se puede coger uno respiro en esta casa,salgo a hacer la compra.¿Y qué me encuentro?, la cocina echa un tiradero–decía la señora Ana alterada caminando de un lado para otro mientras movía las manos–Señorita Samantha se supone que usted es la adulta aquí.¿Cómo permitió esto?–dijo deteniendo su andar y mirándome fijamente a los ojos.
–Y tú Alan–giro sus ojos para colocarlos en él–mirate mi niño pareces un bizcochito cubierto de harina –La señora Ana continuaba hablando hasta que se detuvo abruptamente viendo como en los labios de Alan se formaba una pequeña sonrisa,parpadeo varias veces ,y llevo una de sus manos a sus labios conmovida mientras sus ojos se aguaron por las lágrimas.Carraspeo segundos después y volteo su rostro secando disimuladamente una lágrima, para luego colocar su mirada nuevamente en nosotros.
–Que más da,-dijo cambiando su semblante a uno más relajado –La cocina está echa un asco, pero eso que importa, después de todo se puede limpiar otra vez,a que sí–mencionó viendo como el pequeño hombrecito asentía risueño.–¿Te divertirse Alan?–preguntó colocándose a la altura de él. Y este en respuesta asintió varias veces con la cabeza mientras sonreía.
–Pues eso es lo que importa–dijo tomándolo de las manos.El sonido emitido por el horno anunciando que ya había terminado su función, hizo que apartara la mirada de ellos y procediera a encaminarme hacia el.Me coloqué los guantes y saqué las deliciosas galletas de avena,banana y chocolate que había echo junto con el pequeño hombrecito. A quien nombraré a partir de hoy, como mi nuevo ayudante de cocina. Finalmente coloqué las galletas en un plato para que se enfriaran un poco, para luego poder comerlas.
Mirándolo bien,si habíamos echo un desastre,había harina regada por el suelo,y en la encimera de la cocina. Algunos rastros de chocolate se encontraban presentes en la ropa y las manos de Alan,y es que al parecer el pequeño tenía una ligera fascinación por este .Y yo bueno......,yo tenía harina creo que hasta en los oídos,no sé como una simple idea de preparar galletas con ayuda del pequeño príncipe termino así.Solo sé que de un momento a otro comenzamos a jugar después de haber colocado las galletas en el horno, y todo termino de esta manera.Y sí, tanto Alan como yo teníamos que darnos un buen baño lo más pronto posible.
El señor Ethan entro con su habitual porte elegante a la cocina y sus ojos casi salen de sus órbitas al ver todo lo que habíamos echo.
–¿Acaso paso un huracán por aquí?–preguntó extrañado. Aún así me pareció notar como sus ojos brillaban con un deje de diversión. O tal vez fue alguna alucinación de mi mente y haya sido mi cerebro queriendo autoengañarme.La verdad es que había olvidado por un momento al señor Ethan, y esto que había echo podía tener consecuencias, Marcos me contó que nuestro jefe era alguien muy estricto, y que hace poco despidió a una persona solo por dejar caer accidentalmente un vaso .Y luego voy yo, hago un desastre en su cocina,y convierto a su hijo en un muffin
¿No me irá a despedir por esto?.¿O sí?,trague saliva,y respire profundo tratando de no entrar en pánico,me seque el inexistente sudor de mi frente,y respondí.
–Yo ....b -bueno se-señor E- Ethan lo que pasó f-fue que ....y bu- bueno u- una c-cosa llevo a la .....a la o -otra y lu- luego jeje– balbucié dejando escapar una risa nerviosa al final.Que no me despidan Dios mío, que no me despidan, pensé mientras le rogaba ayuda a Dios mentalmente.
–¿Esas son galletas?–dijo señalando algo detrás de mí.
–S-sí A-Alan y yo l-las....las hicimos–mencioné nerviosa viendo como se dirigía hasta allí y llevaba una de las galletas a su boca para probarla.
–Mmm,están buenísimas–tomó el plato de galletas entres sus manos y llevándose otra a la boca camino hacia donde estaba Alan.
–No sabía que tenía un pequeño chef en casa,están buenísimas Alan tienes que probarlas–dijo mientras le ofrecía una de las galletas al pequeño. Quien muy gustosamente la comió.–Prueba esto Ana te van a encantar–mencionó ofreciéndole algunas pocas galletas a ella, pues todavía se encontraba presente en la cocina.
Yo quiero,pensé mientras tragaba saliva y los veía disfrutar a los tres de las galletas. Moví la cabeza alejando esos pensamientos.Concéntrate Samantha por Dios, puede que estén a punto de despedirte y tú estás pensando en comer.
El señor Ethan al parecer acordándose de mi existencia segundos después me dio a probar de las galletas,y sí, la verdad es que estaban riquísimas.
–Señorita Samantha usted nunca deja de sorprenderme–mencionó mirándome fijamente a los ojos.–Por cierto luce usted diferente,se ve.....–aparto el rostro y coloco una de sus manos en sus labios tratando de ocultar una sonrisa.¡Espera un momento acaso se estaba burlando de mí!.Carraspeo aclarando su garganta y volvió a colocar sus ojos fijamente en los míos–Tiene usted un cierto parecido a Claus el gato del vecino–mencionó apretando los labios para no reír.
Sentí las carcajadas de la señora Ana quien rápidamente la oculto fingiendo una tos,y achique los ojos cuando vi una sonrisa en los labios del pequeño hombrecito.
–¿Se estás usted burlando de mi señor?