Hay veces que ocurren cosas en nuestra vida de forma inesperada.Y que mi querida mejor amiga y hermana en Cristo Lauren ,junto a su pequeña niña de 8 años,llegará por sorpresa a mi departamento, un jueves a las 6:00 de la mañana ,eso sí que no lo veía venir.
Alegre y algo desconcertada me hice a un lado para que ambas pudieran pasar,mientras un ligero bostezo escapaba de mis labios.Juntas se adentraron en el departamento.Y extrañada me fijé en como Lauren arrastraba una pequeña maleta rosa con dibujos de gatitos.
-Tía, ¡te extrañé mucho! -chilló la menor, lanzándose a mis brazos con una fuerza inesperada.Se aparto segundos después con una expresión dramática en el rostro, y añadió: -Mamá no me deja comer dulces y cocina horrible-se quejó la menor haciendo un puchero con sus labios.Apreté los míos, conteniendo a duras penas la carcajada. Los niños y su implacable sinceridad.
-¡Oye! -Lauren lanzó un grito ofendido, con las manos en la cadera-. ¡Mi comida es deliciosa! ¡Vale! .Lo que pasa es que tu padre y tú no tienen ni idea de apreciar el arte culinario -declaró, adoptando una pose de diva digna de un escenario.
-Claro Mily, tú mamá tiene toda la razón,
asentí con falsa seriedad,-su receta de pollo al horno que terminó convirtiéndose en carbón,dice mucho de su "talento culinario". También está la vez que intento hacer un pastel y confundió la sal con el azúcar,eso sin mencionar que estaba más duro que un ladrillo-mencioné entre risas-Ahhh y también está la vez que...
-Ya-lanzo un gritito a avergonzada,para finalmente soltar una estruendosa carcajada,provocando que la pequeña y yo hiciéramos lo mismo .-Le doy gracias a Dios todos los días por ser esposa de un hombre que ama cocinar,sino no,no sé qué sería de nosotros,al parecer la cocina me odia.
-Bueno yo reservo mi comentario con respecto a eso-dije viendo como ella me sacaba la lengua.
-Por cierto,amo que ambas estén aquí pero ,¿está todo bien?,- pregunté mirando a la mayor con algo de preocupación.
-Mily cariño porque no te sientas un rato en el sofá,mientras yo converso con tía Sam un momento-la mini versión de ella asintió,y arrastró su pequeño cuerpecito hasta el sofá de la sala,para luego proceder a jugar con una muñeca que sacó de su mochila.
Aparté el rostro de la pequeña al sentir la penetrante mirada de su madre,y la observé con ojos entrecerrados viendo como una enorme sonrisa comenzaba a surcar sus labios.Oh no,conozco esa sonrisa,esa sonrisa que pone cada vez que va a pedirme algo.Suspiré internamente sabiendo que mi voluntad se derrumbaría.No sé porque a veces me cuesta tanto decirle que no a las personas.
-Sam-mencionó acercándose a mí y tomándome de la manos.- No sabes lo mucho que le agradezco a Dios todos los días por haberte puesto en mi camino,eres mi mejor amiga,que digo mi mejor amiga, eres mi hermana.La bendición que Dios derramó sobre mi vida, la luz de mis mañanas,bueno ese en realidad es Dios ,pero tú eres otra luz que ilumina mi vida,la..
-¿Lauren qué quieres?-pregunté interrumpiendo su palabrerío,y dirigiéndome al refrigerador en busca de algo que desayunar.
-¿Qué quiero?...Enserio me preguntas qué quiero-mencionó haciéndose la ofendida y caminando tras de mí -¡Nada Samantha! Para tu información yo no quiero nada.No esperaba eso de ti,eh.¿Qué clase de persona crees que soy?¿Qué acaso no puedo visitar a mi mejor amiga porque la extraño?.¡Uno se preocupa ,queriendo ser buena persona,y tú mira lo que me dices!. Me insultas Sam,me insultas-
Negué con la cabeza y rodee los ojos ante su dramatismo.Y me dispuse a servirme un poco de jugo de manzana en un vaso.
-Bueno... ya que estamos platicando y eso, la verdad es que sí me hace falta un pequeño favor tuyo -soltó la pelirroja. Alcé una ceja intuyendo que el "pequeño" era subjetivo.
-No es nada del otro mundo no te preocupes-murmuró mientras se servía un poco de jugo y sus dedos jugueteaban nerviosamente con el borde del vaso.-La verdad es que... necesito que te quedes con Mily por unos días- Soltó la frase de golpe, y sin esperar mi reacción, se llevó el vaso a los labios y tomó un largo sorbo.
Escupí el jugo que estaba bebiendo al escucharla,y comencé a toser desesperada tratando de obtener un poco de aire,Dios mío me estaba ahogando.Lauren corrió rápidamente hacia donde estaba y comenzó a golpear con fuerza mi espalda tratando de ayudarme.Respire ahora un poco más calmada al sentir como el aire volvía a llegar a mis pulmones.
-¿Estás mejor?-preguntó la pelirroja preocupada.
-Ujhum,musité asistiendo con la cabeza y secando una lágrima que caía por mi mejilla producto a ese momento-.Por cierto Lauren, era que me dieras ligeros golpes, no que casi me desprendieras los pulmones.
--Jeje -se rió, con un brillo culpable en los ojos-. Acuérdate de apuntarme después a un curso de primeros auxilios, ¿vale? -Entonces...Sam -carraspeó, con la mirada clavada en sus dedos que se entrelazaban una y otra vez-. ¿Puedes quedarte con Mily? - preguntó con voz suplicante.
-Eh ,yo...
-Solo serán cuatro días-agregó la pelirroja rápidamente-.Alex y yo hace rato que no pasamos un tiempo juntos,y se nos dió la oportunidad de viajar a Grecia,ya sabes en plan romántico y eso.-Ayúdame amiga por favor -hablo poniendo un puchero en sus labios y haciendo con sus manos una pose exagerada de súplica.
-Pe-pero mi trabajo,e-él Señor Ethan, y estricto, y luego despido ,y trabajo no, y-y Alan, y extrañar, y yo triste y-y.. murmuré moviendo repetidamente las manos pensando en todos los escenarios que podían ocurrir,hasta que finalmente suspirando expresé:
-Lo siento mucho Lauren pero no puedo,y esta será mi última palabra-dije viendo como abría su boca para decir otra cosa.
[•••]
-Ya casi llegamos, Mily-murmuré lanzando una mirada a la pequeña a mi lado.Y sí,Lauren lo había logrado.Así que aquí estábamos, en un taxi que ella misma se había empeñado en pagar, a punto de llegar a la casa del pequeño príncipe. Lo realmente bueno de esto es que no tenía idea de que decirle al señor Ethan cuando me viera llegar. Por lo que me encontraba con la incertidumbre de saber si iba o no a perder mi trabajo,ya vez un jueves de lo más normal.