Una tarde cuando Christian volvía de la escuela su padre le pidió que le llevará a su vecino, el abuelo de Ana, algo que él le había pedido y necesitaba.
Christian se dirigió a la casa de su vecino, después de un largo trayecto llegó. Golpeó la puerta y lo atendió el ama de llaves.
-Jovencito en qué lo puedo ayudar?
-Estoy buscando al señor Josh, le traigo un paquete que le pidió a mi padre.
-Muy bien, espere acá que ya lo voy a buscar.
Christian
Mientras espero escucho a lo lejos la melodiosa música de un piano. Me surge la curiosidad y busco de donde proviene el sonido. Cuando llegó al lugar observó como una niña saca esa hermosa melodía del piano. Me acerco despacio y la puedo ver de frente. Tiene un rostro angelical, está muy concentrada y no se da cuenta de mi presencia. Noto que alguien me toca en el hombro, me giro y es el señor Josh.
-Hola Christian. Mi nieta es una maravilla tocando el piano.
-Hola señor Josh. Tiene mucha razón, es un sonido angelical.
-Hace poco vino a vivir con nosotros, a consecuencia de que fallecieron sus padres y su hermana en un accidente de tránsito.
-Pobre niña, que pena que haya perdido tanto siendo tan pequeña.
-Muy cierto, pero además por culpa del accidente Ana quedó ciega. Lo único que hace desde que llegó es tocar el piano y estar en su cuarto.
-Si usted me permite me gustaría visitarla todos los días para hacerle compañía.
-Harías eso por mi nieta, eres un gran joven y se nota que te han educado muy bien. Te pareces mucho a tu padre, que también es así de amable.
-Muchas gracias por sus palabras. Siento que una niña tan dulce no debe estar encerrada y tiene que poder disfrutar de la vida, a pesar de todo lo malo que le pasó.
-Hablas como un adulto y eso me da tranquilidad. Ahora te la voy a presentar. Ana puedes venir.
Ana
Justo cuando estoy terminando de tocar me llama mi abuelo. Por suerte me levanto sin problemas, porque a veces me tropiezo con los muebles, todavía me cuesta acostumbrarme a esta oscuridad.
-Ana quiero presentarte al hijo de nuestro vecino, se llama Christian.
Noto que se acerca y besa suavemente mi mejilla, siento que me da vergüenza, por suerte yo no me puedo ver.
-Hola Ana, encantado de conocerte. Quiero felicitarte por lo bien que tocas el piano.
-Hola Christian. Tu eres el primero que conozco de este lugar. Muchas gracias, el piano es algo que le da paz a mi alma.
-Te creo porque solo escucharte un rato me dio una paz única. Me gustaría poder escucharte más, claro si no te molesta.
-Será raro que alguien me escuche, pero si mi abuelo no tiene problema puedes venir cuando quieras.
-Christian puedes venir las veces que quieras, acá siempre serás bienvenido.
-Muchas gracias seño Josh. Ahora los dejo porque seguro mi padre me debe estar esperando. Es un placer conocerte Ana, mañana trataré de venir a escucharte.
-Para mi también Christian es un placer conocerte. Ven cuando quieras, yo siempre estaré acá. Hasta luego.
Christian
Me despido de ambos y me apresuró a volver a mi hogar. Me voy con un sabor amargo en la boca, no puedo creer que una niña tan tierna haya sufrido tanto y se vea tan entera. Tengo muchas ganas de ayudarla a salir adelante y poder visitarla para que no se sienta sola. Espero que mi padre me permita hacerlo, cuando llegue le voy a comentar todo a ver que me dice él.
Christian conoció a Ana, su historia le llegó al corazón. Algo en él hace que necesite estar a su lado, aunque no sepa porque, siente que lo tiene que hacer. Su padre lo apoyará en lo que quiere hacer?