Ana
Salimos y nos subimos al auto, el recorrido no es muy largo y pronto llegamos al destino. Christian me toma de las manos, lo noto un poco inquieto y no se porque será.
-Mi preciosa Ana te amo desde lo más profundo de mi corazón y hoy quiero mostrarte de una manera muy especial. Deseo hacerte el amor con mucha ternura y dulzura. Lo haré solo si tu también lo deseas hacer.
-Christian mi corazón es tuyo, mi cuerpo y mi alma también. Te amo de una manera que nunca creí hacerlo. Deseo hacerme mujer en tus brazos, entregarme entera a tu amor.
Christian
Bajamos del auto y entramos al lugar. Mi amigo me prestó su casa para esta noche tan especial. Quiero darle lo mejor a Ana en esta noche donde nuestros cuerpos se fusionan por el amor que nos procesamos.
Vamos de la mano hasta la habitación, nos paramos delante de la cama. Le saco el abrigo y la paró frente a mi.
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-Ana quiero saber si estas segura de lo que vamos a hacer.
-Si Christian, se que quiero entregarme a ti por completo y que puedas sentir todo mi amor.
-Amor vamos a ir despacio. Si algo te incomoda por favor dímelo y lo dejó de hacer.
-Se que me vas a cuidar como lo vienes haciendo desde que me conociste.
La beso volcando mi amor en ese sencillo gesto, su confianza me llena el alma. Lentamente le voy sacando la ropa, sintiendo la suavidad de su tersa piel. Observó por un momento la bella mujer que tengo frente a mi, la ayudó a recortarse en la cama para luego quitarme mi ropa. Se la ve tan hermosa aunque un poco nerviosa y la comprendo porque yo también estoy igual, hoy es nuestra primera vez, tiene que ser muy especial sobre todo para Ana. Me acuesto a su lado, recorro con mi mano su cuerpo que se eriza con mi contacto. Voy dejando un reguero de besos por su cuello hasta su pecho, retiro con el pulgar una de las tasas del corpiño y hago lo mismo con la otra, sus pechos son perfectos. Los cubro con mis manos y acarició sus pezones, ella gime suavemente cuando introduzco en mi boca un pezón mientras ruedo entre mis dedos el otro. Con mis manos sigo el recorrido por su vientre, le retiró lentamente la trusa, me pongo un condón y me coloco sobre ella.
-Ahora te voy a penetrar, lo haré despacio para que tu cuerpo se vaya adaptando a tener algo extraño. Quieres que siga?
-Si amor, por favor hazme tuya.
Con mucha suavidad la penetró, me quedó un instante quieto y comienzo a moverme lentamente, estar en su interior se siente tan bien y verla gozar a ella me completa a mi. Sin darme cuenta aumentó la velocidad de entrada y salida, la voy llevando al orgasmo y logró que llegue primero tirando la cabeza hacia atrás, pronunciado mi nombre muy dulcemente. Con una última estocada llegó a mi orgasmo, apoyó la frente sobre la suya mientras nuestras respiraciones se van normalizando. Salgo de ella y me colocó a su lado, nos tapó a ambos con la sabana.
-Cómo te sientes Ana?
-Me siento bien. En un principio te soy sincera tenía un poco de miedo. Pero tu dulzura y ternura hicieron que me olvidara y pudiera disfrutar del momento. Muchas gracias por cuidarme tanto.
-Aunque no me creas yo también estaba nervioso, para mi esta fue mi primera vez como para vos. No tienes nada que agradecer porque solo quiero verte feliz y haré siempre todo para lograrlo. Si fui dulce y tierno es porque tu lo eres siempre conmigo, porque a una flor tan delicada como vos hay que tratarla de esa manera.
-Christian escucharte hablar así me hace amarte cada vez más. Me emocionan mucho tus palabras. Por ahora no hablemos más, solo hazme el amor.
Su primera vez fue soñada gracias al amor que se procesan. Ahora les queda por delante enfrentar el tratamiento para que Ana recupere la vista.